viernes, 11 de septiembre de 2015

EX ORIENTE, LUX. REACCIÓN EMOTIVA, PROACTIVIDAD Y ESPERANZA ANTE UN NIÑO AHOGADO - Por Ricardo Calleja Rovira

Tomado de: www.independent.co.uk 
Todos estamos removidos por las imágenes de ese niño, ahogado por respirar el mar y la arena de las playas donde acabamos de estar de vacaciones.

Pienso que ha sido clave para el impacto de la foto que el niño apareciera vestido (si se me permite el cinismo, “vestidito”), sin deformidades, y que fuera de aspecto “indoeuropeo” (blanco) y en un contexto muy cercano para todos, tras las vacaciones de verano: una playa. Que no se le viera la cara era condición para evitar la deformidad, y refuerza el dramatismo a la vez que lo despersonaliza. “Ese niño podría ser mi hijo, esa podría ser mi playa, podríamos haberlo salvado”. Todo eso hace que la foto no solo conmueva, sino que interpele: ¿qué voy a hacer, qué vamos a hacer, qué van a hacer otros?

CADÁVERES EN LA PLAYA O LA DECLINACIÓN DE EUROPA - Por Héctor Ghiretti*

Tomado de: losdespertadores.com
La imagen desgarradora del cuerpo sin vida de Aylan, el niño sirio de etnia kurda, en una playa turca, me hizo recordar, después del golpe emotivo inicial, la de otros cadáveres empujados a la arena por las olas.

Entre este pequeño y enternecedor cadáver y los cuerpos de los jóvenes soldados norteamericanos caídos bajo el fuego de la artillería y las defensas costeras alemanas o ahogados en las playas de Normandía hay una relación directa, que podríamos definir en términos de causa y efecto.