Al referirme en los artículos anteriores a la situación internacional planteada por el conflicto en Ucrania1, señalo el caso del Sur Global o aquel espacio geopolítico y económico conformado por aquellos países en vías de desarrollo o emergentes, según la tipología comúnmente usada. Estos actores, si bien no detentan el poder tecnológico o industrial o financiero, poseen en conjunto y distribuido de modo más o menos irregular, una dotación de factores estratégicos para la estabilidad y desarrollo sustentable de la comunidad internacional en su conjunto. Me refiero a recursos naturales de todo tipo, principalmente alimenticios, hídricos, forestales, energéticos, minerales, etc; así como riqueza demográfica, con desparejos niveles de educación, pero que en su conjunto componen una masa poblacional de importancia clave como fuerza laboral, principalmente a la vista de las tasas demográficas negativas del resto del mundo más “desarrollado”.