Siempre se ha considerado una parte sustancial del Bien Común la preservación de la paz en la vida política de las naciones. Como la naturaleza humana es imperfecta, contingente y tan limitada, para alcanzarla y conservarla es imprescindible saber practicar el perdón y la reconciliación. Hablar de paz, comprensión y perdón puede parecer un lugar común demasiado trillado y algo desprestigiado; quizás utópico o propio de predicadores trasnochados. Será trillado el hablar, porque luchar por defender la paz en la vida política y social, y buscar comprender y perdonar, sigue siendo propio de unos pocos, heroicos las más de las veces.