Con motivo de la Fiesta de la Hispanidad que, en España y varios países Iberoamericanos, se celebra junto a la festividad de la Virgen del Pilar el 12 de octubre, algunos integrantes de nuestra Institución participaron y colaboraron en una jornada de visita y estudio exhaustivo de la ciudad de Trujillo –cuna de descubridores como Francisco Pizarro y Juan de Orellana, entre otros- y al Monasterio de Guadalupe, antecedente histórico y origen de la denominación de la Virgen de Guadalupe de México, Patrona de este país y de toda Iberoamérica.
Esta actividad se enmarcó dentro
de la actual polémica suscitada principalmente en México, Estados Unidos y
España, respecto al falseamiento de la verdad histórica de los bienes que
llevaron al Nuevo Mundo el Descubrimiento, Colonización y Evangelización de
América por parte de la Madre Patria. Se realizó el pasado 11 de octubre con la
finalidad de que los profesores asistentes pudieran actualizar y potenciar in situ sus conocimientos a fin de
difundirlos aún más en sus ámbitos de actuación, como ya se está haciendo desde
Civilitas.
La visita y el estudio siguió las pautas de la Guía de viaje elaborada por D. Manuel Martín Bernáldez, madrileño, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, doctor en Teología y experto en el Siglo de Oro español. Ofrecemos aquí a nuestros asociados y lectores esta Guía con la ilusión que puedan utilizarla en futuras visitas a ese rincón de Extremadura que ha tenido tanta repercusión en nuestra Historia.
1.
Guadalupe
Monasterio
y Puebla de Santa María de Guadalupe, un conjunto histórico, Patrimonio de la
Humanidad desde 1993, como bien recuerda el guía del monasterio a los
interesados en visitarlo. El conjunto artístico de arcos, plazas, fuentes,
barrio de la judería, viviendas, calles, etc., data de los siglos XV y XVI.
Real Monasterio de Guadalupe[1]
Desde
el siglo XIII, una sencilla ermita fue transformándose, hasta llegar a ser el majestuoso
monasterio que hoy se puede ver. Gran impulsor en ese proceso fue Alfonso XI,
confiando la custodia de la iglesia a un priorato secular. En 1389 a los
Jerónimos se les confió la custodia y atención de lo que ya sería monasterio
bajo la Orden de San Jerónimo. Hasta la desamortización de Mendizábal, que dejó
el monasterio en estado ruinoso. En 1908 fueron los Franciscanos los que se
encargaron de sanearlo y recuperarlo.
Tantos
años de formación explican la convivencia en esta edificación de artes
distintos: gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico.
1.1.
Contexto
histórico
La
imagen de la Virgen de Guadalupe, muy venerada, había sido encontrada tiempo
atrás en las inmediaciones del río Guadalupe.
1.1.1.
Historia
de la imagen
Una antigua leyenda: la talla fue realizada en Palestina en el
siglo I por San Lucas Evangelista. Muerto San Lucas, la imagen fue
enterrada junto a él y trasladada junto a sus restos desde Acaya (Asía Menor)
hasta Constantinopla en el siglo IV. Desde allí el cardenal Gregorio,
nuncio de su santidad, la llevó a Roma (582); cuando fue elegido papa en el año
590 como Gregorio Magno, la tuvo con él. Hasta que la regaló a San
Leandro de Sevilla por sus trabajos en la conversión de los
visigodos. Durante la invasión musulmana del 711, los cristianos de Sevilla guardaron
la imagen en una caja y la escondieron junto al río Guadalupe (como
escondieron tantas reliquias fuera del alcance de los invasores), en la zona de
la serranía de las Villuercas.
En el XIII, se le apareció la Virgen a un vaquero de la provincia de
Cáceres llamado Gil Cordero, cerca del castillo de Alía, para decirle
que había una imagen de Ella escondida junto al río Guadalupe. Cerca del
río, al vaquero se le perdió una vaca. La encontró muerta cerca del río,
y cuando se disponía a desollarla para aprovechar la piel. Pero al hacer, como
se solía, una cruz en el vientre, la vaca resucitó y se levantó. El vaquero se
preguntó si esto fuese una señal del lugar al que se refería la aparición. Excavó,
y a un metro de profundidad encontró la caja con la Virgen. Agolpó
piedras, a modo de cabaña, donde esconder la imagen. Y fue a informar a Cáceres
del hallazgo y del deseo de la Virgen de recibir culto en ese lugar. El clérigo
que le atendió no le creyó. Gil Cordero, de vuelta a su casa, encontró a su
hijo muerto, y rezó a la Virgen para le devolviera la vida. Cuando los
clérigos iban a oficiar el entierro del hijo, éste volvió a la vida
diciendo que una mujer le había ayudado a levantarse. Ahora sí prestaron
atención a Gil Cordero, y fueron, con gente de la ciudad al río. Donde estaba
la cabaña acordaron construir una ermita.
1.1.2.
Alfonso
XI de Castilla
Según la leyenda, Alfonso XI se encontró por
primera vez con esta ermita en 1330, cuando se encontraba de cacería.
De cabaña de Gil Cordero a la Virgen no quedaba
nada. En 1335 el rey Alfonso XI mencionó en una carta, que la iglesia se
encontraba en ruinas. Por ello, entre 1335 y 1338 mandó construir una nueva
iglesia, de mayor tamaño. De esa iglesia original también que poco: algún muro con
restos de pintura. Estaba situada en la hoy, nave de Santa Paula. El 2 de junio
de 1335 el papa Benedicto XII, mediante la bula Dum ad personam,
nombró rector de la iglesia de Santa María de Guadalupe al cardenal Pedro
Gómez Barroso.
Los tiempos que corrían eran amenazantes. Es
cierto que con la victoria de las Navas de Tolasa, 1212, la hegemonía de los
almohades llegó a su fin. Pero en África se preparaba una nueva ola, la de los benimerines,
que después de tomar Rota, Algeciras y Gibraltar, pretendían plantar batalla a
Alfonso XI. El rey confió en la protección de la Virgen de Guadalupe para la batalla
del Salado, en 1340. La victoria fue para la coalición al mando de Alfonso
XI y Alfonso IV de Portugal. Los benimerines tuvieron que volver a África.
El rey no tuvo ninguna duda sobre la intercesión
de la Virgen en la victoria, y en agradecimiento hizo donación de varios
trofeos obtenidos en la batalla y mandó añadir a la iglesia unos edificios
adyacentes y un albergue para los peregrinos. Fue el protector del primer
santuario dedicado a esta virgen. A partir de ese momento se fue asentando
población alrededor del santuario, y Alfonso XI reconoció a esa “Puebla” como
lugar de realengo.
El monasterio quedó al cuidado de un priorato
de clérigos seculares (1341-89). Ese priorato pasó a manos de los monjes
jerónimos hasta la desamortización de 1835, que los expulsó. El santuario
pasó a ser una parroquia de la archidiócesis de Toledo, hasta que en 1908 los
franciscanos se hicieron con ella, con la tarea de restaurar todo el
conjunto, ya muy deteriorado por el paso del tiempo.
1.1.3.
Isabel
la Católica y Fernando
Isabel la Católica visitó el monasterio de Guadalupe unas veinte
veces, pues sentía una gran devoción por la Virgen de Guadalupe. Estuvo por
primera vez en 1464, contaba con 13 años, diez años antes de ser coronada reina
de Castilla en 1474, por iniciativa de su hermanastro, el rey Enrique IV, que
quería casarla con Alfonso V de Portugal. En Guadalupe se vieron, e Isabel se
negó a casarse con él. Tras contraer matrimonio con Fernando, los Reyes
Católicos visitaron el monasterio en otras ocasiones.
El monasterio ayudó a la Reconquista de Granada
con la donación de dineros y bienes para el culto. Con Granada ya
reconquistada, Guadalupe fue el lugar de encuentro de los Reyes Católicos
con Cristóbal Colón (en 1486, 1489 y 1492). El 20 de junio de 1492 los
Reyes dictaron en la Sala Capitular, cartas dirigidas a Juan de Peñalosa,
perteneciente a su Guardia en Palos y Moguer, para que entregara dos carabelas
a Colón para su proyecto. En 1493, Colón volvió a Guadalupe a agradecer el
descubrimiento de América, como había prometido en su diario de a bordo.
El 29 de julio de 1496 fueron bautizados los
indígenas americanos que trajo Colón como criados (Cristóbal y Pedro), en
la pila que hoy forma parte de la fuente en la plaza de Santa María.
En 1492 Fernando concedió varios
privilegios al monasterio y ofrendó a la Virgen costosas lámparas, un crucifijo
de cinco kilos labrado con el primer oro de las Indias, una rica capa de
brocado carmesí y dos coronas de oro (una para la Virgen y la otra para el
Niño) con muchas piedras preciosas, una valiosa casulla morada y un manto verde
que sirvió para hacer el terno del "Tanto Monta".
El almirante Juan Andrea Doria llevaba en
su barco un estandarte con la Virgen de Guadalupe durante la batalla de
Lepanto, en 1571.
1.1.4.
En
América
El 4 de noviembre de 1493, Colón, en su 2º viaje,
desembarcó en una isla del Caribe que llamó Santa María de Guadalupe.
En la actualidad, esta es la mayor de las islas de un pequeño archipiélago
llamado Guadalupe.
Gonzalo de Sandoval, alcalde de justicia de Nueva España, era natural
de Medellín, cerca de Guadalupe. El culto a la Virgen de Guadalupe en la región
del Tepeyac, a las afueras de Ciudad de Méjico, como atestigua el amigo y
compañero de Gonzalo de Sandoval, Bernal Díaz del Castillo, es de entonces (Historia
verdadera de la conquista de la Nueva España).
El culto a la Virgen de Guadalupe en Méjico, el
antiguo virreinato de Nueva España, después de la aparición a Juan Diego,
y su imagen en la tilma del indio, con rasgos de india y representada como
Inmaculada, se extendió por toda Hispanoamérica.
1.1.5.
En
tiempos modernos
La Virgen es Patrona de Extremadura desde
el 12 de octubre de 1906, ratificada por el Papa Pío X, en marzo de 1907
(8 de septiembre).
El 12 de octubre de 1928 la Virgen de
Guadalupe fue coronada canónicamente como Hispaniarum Regina, "Reina
de la Hispanidad" (Reina de las Españas), por el Cardenal Primado de
España, Pedro Segura, legado especial de S.S. Pío XI, en
presencia del rey Alfonso XIII.
En 1955 el papa Pío XII le otorgó a este
templo la categoría de basílica.
El 4 de noviembre de 1982 el papa Juan
Pablo II visitó el santuario y la imagen: "Es indiscutible la estima
tan grande que le tengo a la Virgen de Guadalupe de México. Pero me doy cuenta
de que aquí están sus orígenes. Antes de haber ido a la Basílica del Tepeyac,
debería haber venido aquí para comprender mejor la devoción mexicana."
En 1993 la UNESCO declaró al monasterio y
la basílica Patrimonio de la Humanidad.
En 2005, Juan Pablo II otorga al Santuario
y Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe la celebración de un Año Jubilar,
con sus correspondientes beneficios espirituales.
1.2.
La
imagen
Está
fechada como de finales del siglo XII. Se trata de una virgen sedente,
realizada en madera de cedro. Es de estilo románico o protogótico. La talla
mide 59 centímetros y pesa 3.975 gramos. Para vestirla como una del siglo XIV
se reformaron varias partes, destacando su cabeza y su mano derecha.
Originalmente tenía incorporada una corona almenada realizada con trozos de
madera y un relleno de yeso, aunque le fue retirada y se le colocó una
sobrepuesta. También se cambió el brazo derecho del Niño Jesús por uno de
plata.
1.3.
Personajes
enterrados en Guadalupe
·
Enrique IV de
Castilla (1425-1474), rey de Castilla. Hijo de Juan II de Castilla y de María
de Aragón.
·
María de
Aragón (1403-1445), primera esposa de Juan II de Castilla y madre de Enrique IV
·
Dionisio de Portugal
(1354-1397), hijo de Pedro I de Portugal y de Inés de Castro.
·
Juana
Enríquez de Castilla, hija natural de Enrique II de Castilla y de Juana de
Cifuentes, además de ser la esposa del anterior.
1.4.
Peregrinos
ilustres
Alfonso XI, y la práctica totalidad de los reyes de Castilla tenían por tradición
acudir a este lugar, la cual también se extendió a la casa de Austria y se
perdió, entre los siglos XVIII y XIX con la llegada de los Borbones, siendo
recuperada la misma por Alfonso XIII (abuelo del actual Juan Carlos I).
Juan II de Castilla en el año 1430, con su privado Álvaro de Luna;
Juan II de Aragón y I de Navarra. En 1464 Enrique IV (muerto en
1474, yace allí enterrado, como su madre, María de Aragón). Isabel y Alfonso
V de Portugal.
Los Reyes Católicos, Cristóbal Colón. El emperador Carlos V
pasó también por Guadalupe la semana Santa de 1525, con su hermana, la reina de
Francia doña Leonor, Infanta de Castilla, y otros altos personajes de la
Corte Imperial. Hernán Cortes, en 1528.
Felipe II, en 1570, camino de Córdoba acompañado por algunos sobrinos. Y otra vez
en 1576, para encontrarse con el rey de Portugal, sobrino suyo, don
Sebastián. Felipe III en cuatro ocasiones (1605, 1618 y doblemente
en 1619) y Felipe IV y su hijo natural, Juan José de Austria.
Alfonso XIII, junto con el Cardenal Segura, el encargado de coronar a la
Virgen de Guadalupe como reina de la Hispanidad, el 12 de octubre de 1928.
Juan Carlos I, como príncipe y como rey, con su familia. En el año 1994, los Reyes
de Bélgica, don Alberto II y su esposa doña Paola. Felipe y Leticia,
como príncipes de Asturias, en 2004.
Miguel de Cervantes, en 1580, ofreciendo a la Virgen las cadenas de
su cautiverio en Argel, como también otros hicieran. El médico alemán Jerónimo
Münzer, el cronista portugués Gaspar Barreiros, el historiador
sevillano Pedro de Medina, Antonio Ponz, Bartolomé de Villalba
y Estaña… El capitán inglés Samuel Edward C. Widdrington, el doctor
Daubeny de Oxford…
Miguel de Unamuno en 1908, publicando tres años más tarde los
recuerdos del viaje en su libro Por Tierras de España y Portugal. Iñigo
López de Mendoza, (Marqués de Santillana), Luis de Góngora, Félix
Lope de Vega Carpio, Vicente Barrantes Moreno, Antonio Reyes
Huertas, Rafael Alberti, José María Pemán…
Santos como Vicente Ferrer que peregrinó a
finales del siglo XIV. Los hermanos portugueses, San Amadeo de Saboya y Santa
Beatriz de Silva, y los tres juanes: San Juan de Ávila, San Juan
de Dios y San Juan de Ribera, allá por el siglo XV. También Santa
Teresa de Jesús peregrinó al santuario en 1548 para encomendar su reforma
del Carmelo a la Morenita de Las Villuercas. En el mismo siglo, San
Francisco de Borja (1554) y San Pedro de Alcántara. Ya en 1867, San
Antonio María Claret estuvo dos días en Guadalupe.
Juan Pablo II llegó a Guadalupe el día 4 de noviembre de 1982.
2.
El
real monasterio de Guadalupe
El
Monasterio de Guadalupe es y fue un monumento de notable importancia: fue el principal
Monasterio de la Orden Jerónima, de arquitectura singular por su diversidad
y variedad de estilos, vinculado a la historia media y moderna de España
por su relación con los reyes Católicos, por el protagonismo de excepción en la
evangelización y conquista de América; centro de cultural de primer nivel, de
investigación y enseñanza (escuela de medicina, botica, scriptorium…), rica biblioteca,
centro de peregrinación y hospedería, y diversos talleres.
2.1.
Elementos
interiores
2.1.1.
Iglesia
o Templo gótico (Siglos XIV y XV)
Edificada en tres fases: primitiva ermita (extinguida en su
totalidad) de finales del XIII. La segunda es de estilo mudéjar, de
principios del XIV (subsiste un ábside), y la tercera, la actual,
finalizada en 1403.
Tres naves, crucero y cabecera, de cruz latina y ábside
poligonal. Bóvedas de crucería. Grandes ventanales góticos de
lacerías. Elementos característicos del gótico español y de las escuelas
inglesa y francesa, dándole una autenticidad y originalidad de excepción.
Retablo mayor de Juan Gómez de Mora,
ejecutado por Juan Bautista Montenegro, con esculturas de Giraldo de
Merlo, Jorge Manuel Theotocópuli y Juan Muñoz. Lienzos de Vicente
Carducho y Eugenio Cajés. Dorados de Gaspar Cerezo y Gonzalo
Marín. El altar del Sagrario fue escritorio de Felipe II, en madera
de cedro con aplicaciones de bronce.
2.1.2.
Coro
de la Iglesia
El Coro alto, con sillería barroca e
iconografía con 96 relieves. Un facistol barroco, labrado en bronce, dos
retablos adosados a los pilares inmediatos al templo con dos lienzos grandes
atribuidos a Zurbarán y otros más pequeños de autor desconocido.
2.1.3.
Claustro
mudéjar y templete
Construido entre
1389 y 1405. Con dos plantas de forma rectangular, de unos 40 metros de lado y
doble número de arcos en el cuerpo alto con respecto al bajo.
El templete en su centro de barro cocido y
ladrillo, decorado con azulejos y yeserías. Obra de Fray Juan de Sevilla.
Otro templete, más sencillo, de planta cuadrada con cuatro arcos de herradura,
está frente a la puerta que conecta la actual Hospedería con el claustro; una
réplica de la fuente del lavabo o Lavatorium, realizada en 1402 por Juan
Francés, en la actualidad se sitúa en la Capilla de Santa Ana.
Unos lienzos de gran tamaño decoran el claustro, y
relatan los numerosos milagros en los que ha intervenido la Virgen, de ahí que
a este claustro también se le llama “de los milagros”. Son obra de fray Juan
de Santa María, que los pintó entre 1621 y 1623. En el suelo encontramos buen
número de sepulcros de priores del monasterio, como el realizado entre 1458 y
1460 por Egas Cueman para fray Gonzalo de Illescas, Obispo de Córdoba y
Prior del Monasterio; también el del último Prior secular, Don Juan Serrano.
2.1.4.
Claustro
gótico
Hoy dentro de las instalaciones de la Hospedería
del Monasterio, albergaba la enfermería y la botica. Obra mixta, mudéjar,
gótica y clásica. Planta rectangular y tres pisos, fábrica de
ladrillo, con 6 arcos en los lados este y oeste, y 5 en el norte. Arcos de
medio punto (piso bajo), apuntados de tracería gótica de ladrillo aplantillado
y pretil calado con rosetones y nervaduras (2ª planta) y arcos escarzanos sobre
pilares octogonales los de la tercera planta. Cuatro ventanales con motivos
mudéjares y elementos decorativos de influjo islámico y gótico. Su cerramiento
exterior es de mampostería, y en los ángulos torreones cilíndricos con tejas
policromas de cerámica vidriada.
2.1.5.
Capillas
del monasterio
-
De Santa
Ana. Del XV, con pinturas murales
gótica-flamencas. A la entrada del templo. En el cuerpo inferior de la torre
(izquierda de la entrada) está el lavatorium de 1402. Un relieve gótico de la
Anunciación en alabastro de Egas Cueman, como el sepulcro de los Velasco, del
mismo autor. El retablo barroco tiene lienzos de Pablo de Céspedes.
-
Nave de
Santa Paula. Comunica con el
templo, decorado con pinturas murales mudéjares en su parte superior. Destacan
dos lienzos: “La Aparición de Nuestra Señora al Pastor Gil Cordero”, barroco de
Pedro José de Uceda (1737) y “Aparición de fray Fernando Yáñez a fray
Juan de Carrión”, del pintor guadalupense fray Juan de Santa María.
-
Real
Capilla de Santa Catalina. De
mediados del XV, planta cuadrada con bóveda de crucería, y dos retablos
barrocos de Santa Catalina y Santa Paula, de Giraldo de Merlo, s. XVII. Además
tiene otras esculturas y una rica colección de 7 lienzos, medianos, barrocos,
de la escuela sevillana atribuidos a fray Juan de Santa María.
-
Capilla de
San Gregorio. Entre el claustro
mudéjar y la Capilla de Santa Catalina. Con un retablo barroco en honor a San
Gregorio, con dos lienzos de Pedro de Villafranca: San Gregorio Magno y
Inmaculada Concepción de María.
-
Relicario
o Capilla de San José. De fines
del XVI, para reliquias del monasterio. Planta octogonal, y cúpula con linterna
y ornamentación de estilo barroco y escuela sevillana. En cada casquete hay 4
escenas de la vida de San José.
-
Bóveda del
Relicario. Hoy se emplea de
museo, para orfebrería de mucha calidad y valor, como la Arqueta de los
Esmaltes de Juan de Segovia, “El Platero”, de 2ª mitad del XV y la Cruz
relicario del mismo autor.
-
Camarín de
la Virgen. Barroco, “la antesala
del cielo”, estilo rococó, planta octogonal en dos cuerpos: el camarín
propiamente dicho, con cúpula semiesférica abierta con linterna y cupulín
superior; y una estancia inferior, el “Panteón” o “Capilla de los Siete
Altares”, del XVII. El camarín es obra de Francisco Rodríguez Romero, acabada
en 1696. Aquí se recogen murales, esculturas y lienzos de gran calidad, como
los de Luca Giordano, Francesco Leonardoni, Pedro José de Uceda, o las
esculturas de Marcelino Roldán.
2.1.6.
Pabellón
del capítulo y antigua librería
Dos elementos del XV, a los pies del templo. La
primera planta fue sala capitular, y hoy sala de congresos y seminarios. El
piso superior, con bóvedas de crucería, fue la antigua librería. De la sala
capitular destaca la pintura al fresco, gótica, en la bóveda de crucería, con
motivos florales y emblema del monasterio (jarrón de azucenas).
2.1.7.
Iglesia
de la Santísima Trinidad
“Iglesia Nueva”,
construcción de influencia americana, levantada por Pedro Nuño Florentín
Colón, descendiente de Colón, el duque de Veragua y almirante de las
Indias, , que finalizó la obra en 1736, con planos de Manuel Lara y
Churriguera. De planta rectangular, con tres naves. Bóvedas de cañón con
lunetos, y laterales de aristas. Hoy se usa como espacio cultural.
2.1.8.
Museo
de bordados
En el antiguo
refectorio del monasterio, frente al templete del lavatorium y ha sido
reformado para tal fin, con bordados realizados en el taller del monasterio,
desde 1415.
2.1.9.
Museo
de libros miniados
También en el claustro mudéjar, alberga una de las
mejores colecciones de libros miniados o iluminados realizados en el
scriptorium del monasterio durante más de 300 años. La colección de miniados de
Guadalupe consta de 107 códices, de los cuales 97 son cantorales de gran
tamaño, destacándose por su calidad artística los realizados en la 2ª mitad del
XV y primer tercio del XVI.
2.1.10.
Museo
de pinturas y esculturas
Es la antigua repostería del monasterio. Con un
fondo de pinturas y esculturas del monasterio, donde destacan lienzos del
Greco, de Zurbarán, de Goya o Juan de Flandes, entre otros.
2.1.11.
Sacristía
Construida entre
1638 y 1647, por fray Alonso de San José, de planta rectangular (17,65 x 7,70
metros), con bóveda de medio cañón dividida en tramos por arcos fajones, con
lunetos. La antesala es gótica, del XV, con una majestuosa fuente de mármol
como aguamanil. La nave de la sacristía tiene ornamentación al temple en muros
y bóvedas, y lienzos de Francisco de Zurbarán. Cierra el conjunto la capilla de
San Jerónimo, al que se dedica el retablo, con pinturas al temple y otros 3
cuadros de Zurbarán; el que corona el
retablo, es la “Perla de Zurbarán”, o Apoteosis de San Jerónimo.
2.2.
Elementos
exteriores
2.2.1.
Fachada
principal del Santuario
Mira al sur, a la Puebla, y se abre a la plaza de Santa
María de Guadalupe. Se extiende entre el espacio entre las torres de Santa Ana
y de la Portería, construcciones sólidas del siglo XV. De gótico español, con
influencia mudéjar, construido por el primer prior del monasterio fray Fernando
Yáñez de Figueroa, muerto en 1412, aunque posteriormente sufrió incorporaciones
poco estéticas.
En dos cuerpos: doble entrada del templo con
réplica de las puertas de bronce originales (estas se encuentran en el
Auditorio) que Pablo de Colonia repujase en el siglo XIV, y encima, dos
arcos adornados con elementos góticos; el segundo cuerpo, con dos grandes
ventanales góticos con arcos apuntados y vidrieras sobre un zócalo de arquería.
Recorre toda la fachada un friso coronado por una elegante crestería.
El rosetón gótico-mudéjar está enmarcado en un
cuadrado con las armas reales de Castilla y de León, defendido por dos
pilastras-contrafuertes y adornado con otros dos pilares.
2.2.2.
Torre
de la portería
Es del XIV-XV, a la izquierda de la fachada.
Ofrece en su frente un matacán y tres arcos apuntados, y está rematada con un
tejado a cuatro aguas con frisos de molduras de ladrillos. En el muro de esta
torre en su parte baja, todavía se conservan un arco gótico de medio punto y
una columna (vestigios del antiguo pórtico de la portería).
$$$
2.2.3.
Torre
de Santa Ana
De la misma época que la anterior (XIV-XV) y
estrechamente relacionada a aquella y a la fachada principal del monasterio
esta torre presenta en su frente dos vanos con arcos góticos apuntados y otro
adintelado con balconaje. Remata con una serie de almenas por sus cuatro lados
que le imprimen un recio carácter de fortaleza. Sobre esta torre se encuentra
“La Campana del rey Don Pedro” fabricada por los maestros broncistas Bernal
Pérez y Alfonso Domínguez de Sevilla sobre 1364. También aloja la capilla de
Santa Ana y el reloj actual. La torre está coronada por almenas.
2.2.4.
Torre
de las campanas
Levantada en 1363, consta de cuatro cuerpos de
mampostería con sillares en las esquinas. El cuerpo que aloja el campanario tiene
tres ventanas con arco apuntado encuadradas en alfiz de ladrillo en cada lado.
En el cuerpo superior se alojaba el relojero y el reloj. La rematan unas
almenas y un pequeña espadaña. Se sitúa en la zona este del monasterio.
2.2.5.
Torre
de San Gregorio
Cerca de la torre de las campanas con la que se
conecta mediante un arco puente. En la primera planta se aloja la capilla de
San Gregorio próxima al claustro mudéjar; el segundo cuerpo forma parte del
claustro alto.
2.2.6.
Otras
torres
Construidas en los Siglos XIV-XV son torres que se
sitúan en los lados norte y oeste. Una de ellas, llamada del “Chapitel bonito”
está en el ángulo noreste del claustro mudéjar; la de “Las Palomas” se sitúa en
el ángulo noroeste y en el entreclaustro dos torreones semicirculares, el del
Norte y el del Poniente.
2.3.
La
Puebla
Interesante
Conjunto Histórico-Artístico de los siglos XIV-XVI, con preciosas callejas y
casas con soportales. Entre sus monumentos destacan:
2.3.1.
Colegio
de Infantes
O Colegio de
Gramática, antiguo centro de enseñanza de humanidades y canto religioso, donde
se impartía el trivium. Obra de Antón Egas (XVI), es un precioso ejemplar del
arte mudéjar por el claustro, techos y portadas. Fue convertido en el Parador
Nacional de Zurbarán en 1966.
2.3.2.
Conjunto
de hospitales
Red de antiguos
albergues y hospitales (siglos xiv-xvi) para atención de peregrinos y enfermos;
se conservan la Enfermería de Monjes (parte de la Hospedería del monasterio), y
los de San Juan Bautista (o de Hombres, hoy dependencia del Parador de
Turismo), Nuevo (o de Mujeres), la Pasión y San Sebastián. En el Hospital de
San Juan se practicó por primera vez en España, con autoridad pontificia
concedida por el papa Eugenio IV en 1442, la cirugía y disección por cirujanos
frailes y seglares.
2.3.3.
Iglesia
de la Santa Trinidad
Ya vista. Iglesia
Nueva, obra de Barroca de Manuel de Lara Churriguera. Edificio con portada
barroca es un templo de tres naves con crucero y cúpula dedicado a la Trinidad.
Fue construido en los años 1730-1735 a expensas del Duque de Veragua,
descendiente de Cristóbal Colón.
2.3.4.
Arcos
medievales
De las antiguas
cintas de murallas; se conservan cinco (tres - San Pedro, Sevilla y Chorro
Gordo - de la muralla interior, y dos - Eras y Tinte - de la muralla exterior).
2.3.5.
Antigua
judería
Con casas de los
siglos xiv al xvi. Las casas que circundan la Plazuela de los Tres Chorros y
las calles hacia el oeste se presentan agrupadas, con típicos soportales de
madera y balcones floridos, evocando las antiguas costumbres de la sierra.
También debe mencionarse el Belén Artesanal de Norberto, conjunto con más de
400 piezas de barro cocido, concebido por la familia Barba González, y de
visita libre todo el año.
Trujillo
2.1. Introducción
Tierra de conquistadores,
que partieron desde aquí hasta el Nuevo Mundo: Francisco Pizarro, a la
conquista del Perú, Francisco de Orellana, descubridor del Amazonas, Alonso de
Hinojosa, Diego García de Paredes, Gaspar de Carvajal, Francisco y Gonzalo de
las Casas entre otros.
En
2019 tenía cerca de 9.000 habitantes. La sexta localidad más poblada de
Cáceres. Toda la historia ha pasado por ella: desde la prehistoria hasta
nuestros días, aunque el mayor auge de la ciudad se dio entre la Edad Media y
la Moderna. Fue capital de la provincia de Trujillo desde 1528, integrada en
Salamanca en 1591. Luego en la creada provincia de Extremadura en 1653.
2.2. Trávelin histórico
Se
han encontrado restos prehistóricos y prerromanos, en castros
defensivos en sus alrededores. Turaca o Turacia era el nombre prerromano de la
ciudad. Los romanos le dieron el nombre de Turgalium, prefectura de
Augusta Emerita, en la calzada que unía esta ciudad con Caesaraugusta. En ella
se instalaron los visigodos, aunque su población siguió siendo hispanorromana.
Luego llegaron los musulmanes, que la gobernaron desde Badajoz.
Por
influencia árabe, pasó a llamarse de Turgalium a Trujillo. Fue
estratégica en la Reconquista, siendo reconquistada y vuelta a reconquistar. De
toda esa época son su fortaleza, aljibe y muralla. A mediados del XII fue
reconquistada, y quedó como señorío semi independiente, al mando de Fernando
Rodríguez de Castro, de la Casa Castro. Volvió a caer en manos almohades, y
vuelta a reconquistar, ahora definitivamente, por las Órdenes Militares y el
obispo de Plasencia en 1232. Ahora pasó a pertenecer a la Corona de Castilla
durante el reinado de Fernando III. Alfonso X el Sabio le
concedió unos fueros en 1256.
Constituida
como ciudad por Juan II de Castilla (1430), en 1465, Enrique IV de
Castilla le concedió un mercado franco. Por entonces su barrio judío, fuera
de sus muros medievales, fue importante. El esplendor de la ciudad llegó en
el XVI, gracias al descubrimiento de América, donde muchas familias de
trujillanos emigraron (especialmente señalados fueron Pizarro, García de
Paredes u Orellana), que al regresar como indianos, con las riquezas
obtenidas construyeron casas y palacios, iglesias y hospitales.
En
los siglos siguientes, fue perdiendo patrimonio por las crisis económicas y los
conflictos, como la Guerra de Sucesión Española o la Guerra de la Indepencia,
con lo que su población fue descendiendo, hasta que en el XVIII quedó
como ciudad semidesértica y ruinosa.
En
el siglo XX se fue recuperando, junto con su reconstrucción y el
crecimiento del interés turístico por la ciudad medieval.
2.3.
Patrimonio
El
conjunto monumental de Trujillo es bien de interés cultural desde 1962, con
6 monumentos trujillanos incluidos en la lista de bienes de interés: el
castillo, la iglesia de Santa María la Mayor, el palacio de la Cadena, el
palacio de la Conquista, el palacio de Juan Pizarro y el palacio de San Carlos.
2.3.1.
Alcazaba
de Trujillo
El
castillo de Trujillo es una fortaleza construida en su mayor parte durante el
dominio musulmán del lugar, entre los siglos IX y X. Se sitúa en lo alto de un
cerro, Cabeza del Zorro, con vistas a muchos kilómetros a la redonda. La
fortaleza ha sido reconstruida y reformada varias veces en su historia. Alberga
en su interior dos aljibes árabes. Tenía diecisiete torres y el arco
de herradura de la entrada.
2.3.2.
Iglesia
de la Vera Cruz
Junto a la Alberca de Trujillo y la Casa Fuerte de los Escobar. Antigua iglesia de Vera Cruz, erróneamente conocida como de San Andrés desde el XIX. De románico del XII. Este templo sufrió importantes reformas durante el siglo XVII, momento al que pertenecen sus bóvedas de cañón con lunetos y el enterramiento de la cabecera, obra del célebre maestro de cantería Garci Carrasco. Desacralizada a finales del siglo XIX, fue reutilizada como fábrica de sombreros durante décadas. En la actualidad es una residencia privada.
2.3.3.
Plaza
mayor.
La mayoría de monumentos de Trujillo
se concentran en torno a su Plaza Mayor (Edificaciones de San Martín, la casa de Chaves, la de la Cadena o Chaves
Orellana, el palacio de San Carlos y Piedras albas o de la Conquista. La
estatua de Pizarro). De entre
todos, destaca la Iglesia de San Martín (Del XIV al XVI). Llaman la
atención las lápidas en su interior y es que no hubo cementerio hasta el siglo
XVI y atesora muchos objetos religiosos de gran valor.
Otro elemento llamativo es la escultura
de Pizarro en plena explanada, un reconocimiento de su ciudad natal al
conquistador español. Algunos edificios importantes son el Palacio de
Orellana (adinerada familia de Toledo; hoy día es un colegio), y el Palacio
de la Conquista, construido por la hermana del citado Pizarro.
La Plaza Mayor, rodeada por
soportales en gran parte, es el lugar más conocido de Trujillo. En sus
orígenes, esta plaza era ocupada por arrabales, artesanos y comerciantes.
Posteriormente, en ella se construyeron palacios y casas señoriales que
convirtieron a esta plaza en el lugar central de la vida en la ciudad a partir
del siglo XVI.
2.3.4.
Iglesia
de San Martín.
Se comienza en el XIV, sobre un edificio medieval destruido en la Guerra de Sucesión Castellana, siendo acabada, con importantes modificaciones hacia 1564. Sobria y austera, con elementos arquitectónicos propios del gótico, pero en su última etapa incorporó el renacimiento.
Es
de una sola nave, amplia, de piedra de sillería y cubierta con bóvedas de
crucería estrellada. Con capillas entre los contrafuertes. En su interior
cuenta con importantes sepulcros renacentistas pertenecientes a distintas
familias importantes del municipio.
Destaca
la virgen de la Coronada, del antiguo templo de los templarios. Es de talla románica
y sorprende por su buena conservación. Hay que advertir del espectacular órgano con una de las mejores
acústicas de Extremadura.
Su
portada es sencilla, renacentista, recostada sobre una torre, de base cuadrada
y con una fina torrecilla poligonal con reloj al otro; esta, abierta
superiormente y rematada con chapitel piramidal.
Al
igual que la iglesia de Santiago, la de San Martin fue durante cierto tiempo el
lugar donde se reunía el Concejo de Trujillo
2.3.5.
Iglesia
de Santiago
Dentro
de las murallas, junto a la puerta del mismo nombre y de la Casa fuerte de Luis
de Chaves El Viejo. Antigua parroquia del XII, se levantó sobre uno de
los centros urbanos de la Alcazaba hispanomusulmana. Su plaza inmediata se
usaba como mercado, la lonja del templo como espacio de reunión para el Concejo.
Si se levantó a finales del XII en estilo románico, la transformación en el XVII dividió el espacio original en tres naves mediante pilares de orden toscano, que sujetaban bóvedas de aristas. Las puertas son obra del siglo XV y la capilla de los Loaisa y la sacristía de la primera mitad del siglo XVI.
Conserva
la célebre talla del Cristo de las Aguas, elaborada en el siglo XIV, talla
del Crucificado, que se saca en procesión en épocas de sequías.
Cuando
se empezó a construir, Trujillo estaba defendida por las Órdenes militares, por
eso la advocación a Santiago. Pero sólo dio tiempo a construir la parte baja de
la iglesia románica, de una nave y ábside semicircular, pues la conquista
almohade de 1196 impediría su conclusión. Algunos años después de la
reconquista definitiva de 1232 se reemprendería la construcción inacabada y
medio destruida de Santiago, ya en un estilo románico tardío.
El exterior es bastante
sencillo, con paramentos lisos y ábside semicircular. Adosado a él, se levanta
la cuadrada torre, de sillería en dos cuerpos; el superior, de campanas,
con vanos de medio punto. La portada del oeste, sobria, tiene un arco
apuntado sobre impostas acanaladas.
En el interior hay altares
y enterramientos góticos y renacentistas. En el costado del Evangelio es
singular la capilla de Diego Alonso de Tapia y María de Loaisa, por abrirse el
sepulcro de pared con un arcosolio carpanel y dos tramos de bóveda estrellada.
En
la misma capilla se conserva una imagen de vestir de la Virgen de los
Dolores, del siglo XVIII, con cara y manos en madera policromada. En el
presbiterio hay un sepulcro de pared de la familia de los Tapia. Una imagen
de la Inmaculada del siglo XVIII, en madera policromada, mal repintada. El retablo
mayor está en proceso de restauración. En la calle central,
estaba la imagen de Santiago peregrino, de discreto valor artístico, obra
reciente. El remate del retablo contiene relieve de la Virgen con atributos
mariológicos, de la primera mitad del siglo XVII.
2.3.6.
Iglesia
de Santa María la Mayor. Retablo hispanoflamenco.
De un románico tardío, se comenzó a
construir en el XIII y reformada casi en su totalidad en el XV y XVI en estilo
gótico. Parece ser que se edificó sobre la mezquita musulmana en uso hasta el
siglo XIII. Tras la reconquista cristiana el 25 de enero de 1232 se consagró a
la Virgen María en el misterio de su Asunción.
El templo fue el de mayor categoría
religiosa de la población, con un culto litúrgico casi catedralicio. Pero con
la decadencia de la ciudad, perdió importancia. Reconstruida en 1943, se rehízo
su torre románica, “Torre Julia”, dañada por los terremotos de 1521 y 1755. La
“Torre Nueva” es también maravillosa. El templo tiene tres naves, con bóveda de
crucería. La capilla mayor es poligonal.
El retablo mayor, realizado por
Fernando Gallego y el Maestro Bartolomé en 1480, se compone de 25 tablas en
estilo flamenco hispano, sobre la vida de la Virgen María; el relato viene
flanqueado por cuadros de la Pasión y Gloria de Cristo, los evangelistas y dos
Padres de la Iglesia. Fue restaurado por el Instituto del Patrimonio Histórico
Español en 2004-05.
En el suelo hay numerosos enterramientos de familias principales: Pizarro, Orellana, Altamirano, Loaisa… Entre ellos está el del famoso militar español Diego García de Paredes, apodado "El Sansón de Extremadura" que fue citado por Cervantes en El Quijote. Y destaca la capilla funeraria de los Vargas-Carvajal, de 1522. El templo fue declarado Monumento Nacional en el año 1943.
El coro, de 1550, es obra de Sancho
de Cabrera. Está a los pies de la nave, y es plateresco. Llegó a tener 17
asientos y órgano. Como cosa curiosa, tiene un escudo del Athletic labrado a
modo de capitel, pues el artesano de los demás, Antonio Serván, era entusiasta
del equipo vasco.
2.3.7.
Convento
de San Francisco
Sobre el solar de la última mezquita aljama de Trujillo, los franciscanos, en tiempos de la reina Isabel, levantaron un pequeño cenobio de una nave con claustro. Luego se amplió hasta el siglo XVIII, haciendo una iglesia nueva, como queda hoy. Por las desamortizaciones se transformaron sus dependencias monásticas, que desacralizaron una gran parte de su perímetro.
En
las obras de la iglesia, que se prolongaron un siglo, trabajaron importantes
maestros de cantería como Pedro de Larrea, Francisco Becerra, Francisco Sánchez
o Pedro de Ybarra. De planta cruciforme con transepto, su crucero fue
reformulado en el siglo XVIII, momento en que se levantó la cúpula actual y se
cerró exteriormente el cimborrio. El retablo es barroco, obra de Bartolomé de
Jerez.
La
puerta de acceso al templo se abre en arco de medio punto, con dovelas
radiadas, enmarcadas por el cordón franciscano. En una pequeña hornacina está
la imagen de San Francisco en el centro. A un lado el escudo de la ciudad, y al
otro lado, el blasón de Carlos V; encima un relieve del padre Eterno. Una ventana
permite la entrada de luz al coro, rematada con un frontón triangular y el
escudo franciscano. Remata la portada una espadaña de tres vanos para las
campanas.
El
coro se alza sobre bóveda de crucería, que tiene claves con los escudos de
Felipe II, de la Ciudad de Trujillo y de la Orden Franciscana. El claustro es
de estilo clásico, en dos pisos, con arcos de medio punto y bóveda de cañón.
Estos elementos son de estilo herreriano. Al claustro se abren 6 capillas, con
pilaretes góticos y arco carpanel.
Aquí
vivieron los frailes franciscanos de la observancia hasta su exclaustración en
1836. Desde entonces, este edificio ha tenido distintos fines militares, como
sección de caballos sementales del Ejército y cuartel de tropas. Después,
Instituto Técnico de Enseñanza Media y actualmente Escuela Taller para la
rehabilitación del patrimonio artístico de Trujillo. Del primitivo convento,
también se conservan algunos vanos, sepulturas en el pavimento y un el patio
central doblemente claustrado, herreriano clasicista. En este convento -en la
iglesia primitiva- estuvo el enterramiento de Hernando Pizarro y su mujer
Francisca Pizarro Yupanqui, en una cripta que fue tapada durante las obras de
adaptación a Instituto. El enterramiento de ambos, después de la construcción
de la iglesia nueva, pasó a formar parte de la antesala del refectorio o de
profundis.
2.3.8.
Palacio
Juan Pizarro de Orellana. Casa de
contratación para el Nuevo mundo.
En el otro extremo de la plaza tenemos el Palacio de Juan Pizarro de Orellana, primo de Francisco Pizarro y primer corregidor de la ciudad de Cuzco, en Perú. Este palacio posee dos torres rectangulares y un precioso balcón renacentista que las une en su fachada. Este lugar también es famoso ya que Cervantes estuvo hospedado aquí en su viaje al Monasterio de Guadalupe.
2.3.9.
Casa
Fuerte de los Altamirano de Trujillo
Adosadas a la Muralla de Trujillo fueron levantadas tras la reconquista definitiva de Trujillo en 1232, una serie de residencias fortificadas que pertenecieron a la nobleza que protagonizó aquella hazaña. Los principales linajes de la entonces villa de Trujillo: Altamirano, Añasco y Bejarano, y las ramas nacidas de estos troncos, como los Chaves, Pizarro, Torres, Escobar o Vargas fueron honrados por disposición real con este derecho, que, sumado a otros privilegios como la ostentación de los cargos del Concejo, procuró a estas familias un poder y un control absoluto sobre las amplias tierras que comprendían el Alfoz trujillano. Un control no sólo económico y temporal, sino especialmente militar, que facilitó la fragmentación en bandos y la zonificación militar de la villa, rodeada de torres, casas-fuertes y un estrecho y peligroso parcelario urbano.
Esta
nobleza fue pacificada por los Reyes Católicos, que condenaron en 1480 a
desmochar los tercios superiores de la torres de estas residencias
fortificadas, de difícil acceso e incómodas.
2.3.10.
Casa
de Rol Zarate y Zúñiga
La Casa de los Rol Zárate y Zúñiga, conocida popularmente como "casa de las Palomas" por tomarse como tales las tórtolas del escudo de los Rol que bajo el alfiz, se sitúa sobre la puerta de arco escarzano. Se trata de una obra de sillería y mampostería de fines del siglo XV, en la que es preciso destacar su interesante patio de estilo gótico, como atestiguan los pilares, capiteles y tracería del antepecho que recorre la galería de aquel.
2.3.11.
Palacio
Juan Pizarro de Aragón
Juan
Pizarro de Aragón era hijo de Sancho Pizarro y Juana de Aragón, nieto de Juan
Pizarro "el Magnífico" por línea paterna y del comendador de Sant
Angelo, Álvaro Pizarro, por línea materna. Casado con una hija de Juan Pizarro
de Orellana, doña Juana de Orellana, Juan Pizarro fue uno de los grandes
personajes de la vida militar y social de Trujillo en el siglo XVII.
Construyó
sus casas principales en el que fuera centro neurálgico de la ciudad durante el
seiscientos, la plaza de la Encarnación.
Cercano a los gustos arquitectónicos del reinado de Felipe III, el edificio tiene planta de parrilla invertida, con cuatro torres en las ángulos, dos de ellas con balcón en rincón y esquina, si bien las del frente principal quedan embebidas en una fachada telón.
Ampliamente
transformado durante el siglo XIX, en que su patio claustrado fue adaptado como
Teatro, acoge en la actualidad, entre otras dependencias, el Archivo Histórico
Municipal.
2.3.12.
Casa
de los Chaves-Cárdenas
Situadas en el costado occidental de la Plaza Mayor, junto a las antiguas casas Consistoriales, este edificio de las primeras décadas del siglo XVI fue residencia de don Juan de Chaves Sotomayor y de su esposa, doña Isabel de Cárdenas.
El
edificio primitivo, cuya fachada telón conserva todavía dos magníficas columnas
entorchadas y varios vanos del último gótico, fue reformado primero a comienzos
del siglo XVII con un majestuoso balcón sobre ménsulas voladas, y ampliado,
después, un siglo más tarde, con la incorporación de las antiguas casas
municipales de Pesos y Medidas, del siglo XV, y sobre las que ahora se dispone
un balcón de similar factura para mejorar así la unidad del conjunto.
Fue
aquí donde en 1583, durante su vista a la ciudad, pernoctó Su Majestad el
rey Felipe II.
2.3.13.
Casa
fuerte de los Chaves el viejo.
Baluarte defensivo y torre palaciega de la familia Chaves de Orellana. Embutida en un lienzo de la muralla, protegiendo el acceso a la alcazaba por la puerta de Santiago. Luis de Chaves “el Viejo”, casado con María de Sotomayor, hija del Maestre de la Orden de Alcántara, don Gutierre de Sotomayor fue prohombre y defensor de Isabel I de Castilla. Por eso la casa fue residencia de los Reyes Católicos en sus visitas a Trujillo. Aquí fue donde se redactó la famosa frase «Tanto monta, monta tanto». Y el lugar en el cual se firmaron las capitulaciones matrimoniales de Isabel y Fernando.
Sus
esbeltas torres, la occidental desmochada, y sus recios muros, jalonados por un
rico repertorio de huecos con arcos y ornamentos del último gótico, amén de
algún que otro ladrilloso vano mudéjar, convierte este edificio en uno de los
mejores ejemplos de la arquitectura civil castellana de la baja Edad Media. Edificio
construido durante al reinado de Alfonso XI, cuyo aspecto actual fue dado por
Luis de Chaves (siglo XV). Fue asilo de ancianos y después perteneció a los
Hermanos del Sagrado Corazón de Jesús.
2.3.14.
Casas
del Concejo de Trujillo
En este lugar se levantaron los años finales de siglo XV, aprovechado la torre de Blasco Fernández, las primeras casas del Concejo de Trujillo, que, hasta entonces, se reunía a campana repicada y en sesiones abiertas en los atrios de las parroquias de la ciudad: Santa María, Santiago y San Martín.
El
edificio gótico de tres alturas, una galería porticada y dos corredores, cuya
fachada se perdió, de factura similar a las proyectadas ese mismo siglo para
los ayuntamientos de Ciudad Rodrigo (Salamanca) y Plasencia (Cáceres).
Cuatro
nuevos proyectos ejecutados a lo largo del siglo XVI transformaron y ampliaron
sucesivamente este edificio multiusos, que albergó la primera Alhóndiga
municipal, la Cárcel Real, la llamada Capilla del Buen Gobierno, y el Archivo
de Escribanos. El patio en L conservado en su interior fue trazado y ejecutado
por el maestro de cantería Sancho de Cabrera.
2.3.15.
La
Casa de la Cadena
Situada en la Plaza Mayor. Denominada así por la cadena que cuelga sobre el dintel y que representa el derecho de asilo concedido por Felipe II, en agradecimiento a la hospitalidad brindada. Fue una casa-fuerte edificada por Juan de Chaves para defensa de los accesos a la puerta de Santiago y la muralla próxima al castillo.
Tras
posesionarse en el reino de Portugal, llega Felipe II a Trujillo, el 13 de
marzo de 1583, según reza el acta original que el escribano Bartolomé Díaz dejó
en el libro capitular del Concejo. Entre las personas de su séquito , estaba
Fray Diego de Chaves, su confesor, que le hospedó para descansar en casa de
unos familiares, Don Luis Chaves hijo de Juan Chaves.
La Torre del Alfiler
Pertenece a la Casa de la Cadena. Esta torre que observa la plaza desde arriba fue desmochada en su día por la Reina Católica y reconvertida en torre del homenaje del palacio de Chaves-Cardenas.
Edificada
con sillares romanos, fue espigón defensivo de la villa musulmana y
posteriormente reutilizada como blasón nobiliario. Hoy es un pequeño museo de la
historia de las culturas que han forjado esta tierra superponiendo y
reutilizando sus piedras.
Tras
el proceso reconquistador de la ciudadela, Trujillo se extendió a lo largo del
llano, ubicándose el centro neurálgico de la ya ciudad (concesión de Juan II en
1432) en el siglo XVI fuera del recinto amurallado. Desde la torre se domina la
Plaza, del siglo XVI, centro de la vida de la ciudad. La presencia próxima a la
Torre del Alfiler era el lugar habitual para los pregones concejiles.
Luis
de Chaves, propietario del Palacio de Chaves-Cárdenas, reaprovechó la torre
defensiva de la ciudadela como torre del homenaje de su palacio. Más adelante
la casa-fuerte de la Cadena será de los sucesores del mayorazgo de Martín de
Chaves, hermano de Luis de Chaves y en él se entroncan los Orellanas por el
matrimonio de Nuño García de Chaves, hijo de Martín de Chaves con Francisca de
Orellana.
El
almenaje que fue desmochado, como los de otros palacios, por la Reina Católica
para acallar la arrogancia de la nobleza castellana. Presenta este cimborrio
ricos azulejos talaveranos en los que campean las armas de los Chaves-Orellanas
que se colocaron cuando la fábrica perdió su finalidad militar.
2.3.16.
Casa-palacio
del Marqués de la Conquista.
Casa de don Gonzalo Pizarro el largo, quien tuvo un hijo ilegítimo que fue el conquistador del Perú, Francisco Pizarro.
El palacio de la Conquista,
palacio de los marqueses de la Conquista o palacio del escudo, es un edificio
de estilo renacentista en la Plaza Mayor de Trujillo. Recibe su nombre debido
al título nobiliario de marquesado de la Conquista que recibió la familia
Pizarro por su papel protagonista en la campaña de conquista del Perú.
Se
empezó a edificar en 1562 por orden de Hernando Pizarro y por su esposa y
sobrina, Francisca Pizarro Yupanqui, hija de Francisco Pizarro siguiendo las
indicaciones recogidas en el testamento de este último.
En
el siglo XVIII, ante el delicado estado del edificio que amenazaba ruina, se restauró
por el arquitecto Manuel de Lara Churriguera, sobrino de José de Churriguera, que
dio nombre al estilo churrigueresco.
De
entre sus elementos arquitectónicos destaca un enorme balcón en una de sus
esquinas coronado por un inmenso escudo con donde flanqueado por las armas de
Carlos V se pueden apreciar varios motivos alegóricos a la conquista del Perú,
así como el escudo de armas de la familia Pizarro.
2.3.17.
El
palacio de San Carlos (también llamado palacio de los Vargas-Carvajal)
Edificación plateresca. El palacio sufrió un incendio el 15 de julio de 1595 y sus interiores datan de mediados del siglo XVII. La portada plateresca es original, además de la fachada que se ofrece a la calle Domingo.
El
Palacio de los Carvajal Vargas es la residencia civil extremeña más monumental del
Renacimiento, fundada por Don Diego de Carvajal a mediados del siglo XVI y fue
residencia de los correos mayores de la India. Es llamado también de San Carlos
por el título que mantenía la familia del Ducado de San Carlos con grandeza de
España.
La
puerta principal es renacentista entre columnas jónicas, y bustos en alto
relieve, con medallones. La otra fachada se compone de cuatro niveles, galería
porticada con tres balcones en línea, sobre ella una logia con ventanas
rectangulares, rematando la cornisa las dos alas del edificio. El balcón tiene
un busto en alto relieve con angelotes a los lados y encima el escudo de la
familia, las tres ondas de los Vargas, y la banda de los Carvajal sujetando u
águila con dos cabezas que les fue concedido por Carlos V.
Tiene
en el interior un patio central, y
alrededor se distribuyen las salas y dependencias de palacio. El patio es de
líneas clásicas con columnas toscanas y una gran escalera volada de amplios
peldaños. Para subir a los últimos pisos existen tres escaleras de caracol.
Tiene
sótanos, chimeneas talladas en granito en el interior, cubierta de ladrillo
estilo mudéjar, y aljibe. El escudo de la familia está en varios sitios de la
fachada y en el interior, tiene artesonados muy decorativos. El palacio está
construido sobre lo que fue una fortaleza de los visigodos. En el
incendio se quemaron varios techos de madera de Flandes.
A
partir de los años 60 el edificio es convento de las Jerónimas, congregación
que estaba antes en otro convento intramuros.
2.3.18.
Palacio
de los Orellana Toledo
Estas casas fueron fundadas por Pedro Suárez de Toledo, regidor de la ciudad de Trujillo y nieto de los Condes de Oropesa, y su esposa doña Juana de Aragón Piccolomini (deuda del Papa Pio II), hacia 1550. Su fachada principal retoma un modelo característico de la edilicia civil castellana del Renacimiento, como el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo, el Ayuntamiento de Úbeda y el Ayuntamiento de Plasencia.
La
galería daba protección a los comerciantes que cada jueves vendían en la plaza
sus mercaderías, y se forma a partir de arcos de medio punto que apoyan sobre
capiteles itálicos. La superior lo hace con arcos carpaneles ornamentados con
platabandas renacentistas. Una crestería con crochet gótico remata este
conjunto hibridado y ecléctico, en que se funden soluciones góticas y
renacentistas.
2.3.19.
Casa
Fuerte de los Escobar
Junto a la antigua puerta y cuesta de Vera Cruz (hoy cuesta de San Andrés), cuya defensa garantizaba, la casa-fuerte de los Escobar que se estructura en dos grandes bloques paralepípedos; uno, el más antiguo (s. XV), funcionaba como torre defensiva, sobre el que, no obstante, se realizaron importantes transformaciones durante el reinado de Isabel I de Castilla (vanos en arcos conopiales y carpaneles, decoraciones de bolas); otro, de usos residenciales, menos elevado pero igualmente potente, ejecutado la primera mitad del s. XVI.
Este
último se abre a la llamada plaza de los Franciscanos Descalzos mediante un
conjunto de ventanales ligeramente volados y rematados con guardapolvos, que
fueron de uso común la segunda mitad del 1500. Una cornisa de florones remata
este volumen, cuya arquitectura e incómoda distribución interiores se
corresponde asimismo con los de un edificio castrense que hubo de ser
reformulado tras la pacificación definitiva de estas tierras al finalizar la
Guerra de Sucesión Castellana en 1479
2.3.20.
La Coria. Por esta puerta se accedía a una calzada que
llevaba a la población de Coria.
Las
murallas de Trujillo están construidas en sillería y mampostería, con algunas
torres y almenas. Originalmente poseía siete puertas, pero actualmente se
conservan cuatro: las de San Andrés, Santiago, de Coria y del Triunfo. Dichas
puertas fueron reformadas en los siglos XV y XVI. También quedan diecisiete
torres con forma rectangular. El espacio que queda dentro del recinto
amurallado es conocido como el barrio viejo de la villa.
[1] Información tomada de las explicaciones en el mismo monasterio, de las páginas web, tanto del propio monasterio, como de www.viajesyrutas.es, o https://es.wikipedia.org . Para Trujillo las fuentes son las del ayuntamiento y Wikipedia.
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