viernes, 15 de diciembre de 2017

PRAXIS FILOSÓFICA, APOLOGIA DE LAS CIENCIAS HUMANAS EN EL SIGLO XXI - por Miguel Angel Rosales Alvarado



La Universidad Autónoma de México pidió al Dr. Miguel Ángel Rosales Alvarado que escribiera un artículo en defensa de las ciencias humanísticas. Por entender que puede ser de interés general para los amigos de Civilitas en todo el mundo, lo reproducimos aquí.








Praxis Filosófica

Apología de las Ciencias Humanas en el Siglo XXI

  
"Vivir sin filosofar es, propiamente,
tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás."

René Descartes.

Mas allá de la Defensa de la Filosofía[1] de Josef Pieper donde se ensaya en el siglo XX una apología de la disciplina filosófica ante los reclamos de la exclusión del pensamiento positivista desencadenado por la taxonomía germana iniciada por Fichte, Hegel, Weber entre otros pensadores que fueron relegando a las ciencias del espíritu de los modelos científicos del pensamiento riguroso, matemático, verificable de manera necesaria por medio de la prueba material-empírica de las Ciencias Naturales, es decir, la mesurable evidencia de la lógica físico-matemática.

Por ello, las Ciencias Humanas en general y en particular la Filosofía que no responden a las aproximaciones de los modelos epistemológicos de la Física, Química o Biología son descalificadas de cientificidad y sobre todo de praxis. Sin embargo, esto es un error que las últimas décadas ha puesto en tela de juicio en los sistemas educativos nacionales e internacionales donde se pone en cuestionamiento, sí acaso es necesarias cierto tipo de materias en la formación académica media-superior y superior, cuando los modelos educativos requieren la cualificación de competencias conducidos hacia los procesos de manufactura, tecnificación y mercado.

Cabe recordar que en nuestro contexto nacional después de la desarticulación en la educación básica de materias como civismo, ética. Incluso, las Doctrinas Filosóficas se pretendieron eliminar de la curricula del área cuarto de las Humanidades en la educación preparatoria.[2]

De esta manera, se apuesto directamente en cuestionamiento ¿de qué sirve la Filosofía en la formación social del estudiante? Aquí, la respuesta radical como preparación a la integración de su vida, convivencia y desarrollo como ciudadano pleno derechos, obligaciones en comprensión e integración de saberes, asimilación consiente del ser social, la naturaleza humana y su entorno de interacción.

Sin embargo, el mercantilismo educativo a nivel mundial y en México ha ido restringiendo el acceso digamos democrático al estudio de la Filosofía a nivel profesional. Por ejemplo, en nuestro contexto nacional. La carrera de Filosofía persiste en las universidades públicas y privadas con orientación religiosa. Unas más conducidas por cuestiones ideológicas, prestigio o tradición. También, unas más inclinadas al aspecto del desarrollo teorético filosófico, a la justificación de posturas filosóficas tradicionalistas, a la historiografía del pensamiento. Otras más inclinadas a los aspectos incluso literarios-estéticos. Unas tantas con vinculación humanista-empresarial.

A pesar de estos interesantes grandes campos de desempeño de la Filosofía en la formación académica profesional ningún centro educativo ha vinculado los aspectos teóricos implicados mediante la Filosofía de la Ciencia en la justificación del propio progreso de los centros tecnológicos donde queda supuesto el entendimiento pleno de las razones que hacen posible la comprensión y aplicación de los productos de la investigación científica y sus repercusiones en la vida cotidiana del ser social. Es por ello, que el área de desempeño profesional del egresado de una carrera como Filosofía tienen el importante reto, brecha de oportunidad para fundar nuevos campos del conocimiento que presenta el desarrollo tecnológico. Tal es el caso, de la reflexión filosófica desde el punto de vista ético-moral implicado digamos en el uso armas en los drones. Lo cual, implica mesurar el uso de la tecnología en tareas reservadas solo para seres humanos.

Precisamente, este es campo de reflexión de la Filosofía de la Ciencia que desciende a la Tecno-Ética en la aplicación de las herramientas de las ciencias exactas en el ejercicio moral del hombre frente a su entorno, frente a si mismo. Es por ello, que al constante progreso tecno-científico, al avance exponencial de la cuarta revolución industrial, esto es la robotización, la Filosofía sigue vigente para brindar respuestas, tan solo que estemos dispuestos acceder el pensamiento humano a las maquinas. De esta manera, en países anglosajones y europeos las Ciencias Humanas y la Filosofía se han visto revaloradas, ya que, ante el desplazamiento paulatino, así como acelerado de la inteligencia artificial y la robótica son todavía las materias, las carreras y las especializaciones humanísticas una necesidad más imperante en la transformación de la vida del hombre en el Siglo XXI.

Es verdad, que ciertos centros educativos se han hecho la pregunta, si seguir manteniendo a la Filosofía como carrera. Sin embargo, en cuanto cierran la carrera se entregan al mercantilismo educativo de manera total. Una perdida que valorada por otras universidades se presentan como ventanas de oportunidad para la prevalencia.

Ejemplos de contrastes. La Universidad Anáhuac Sur cerro la carrera de Filosofía, mientras su campus hermano en el Norte ha intentado buscar justificación desde un punto de vista pragmático de una carrera de Filosofía Aplicada a las ciencias físicas y sociales. Sin embargo, no se ha concretado avance al respecto. Por otro lado, la Universidad Panamericana ha posibilitado el ejercicio académico como práctico de los estudios de Filosofía mostrando que la formación del filosofo se encuentra en un sentido adjetivo y sustantivo.[3] En el primero, se forman intelectuales para la investigación, la catedra, la formación continua de la reflexión del conocimiento y sus implicaciones en la vida social, política y económica. En el segundo sentido, se vincula la formación intelectual al ámbito de la empresa donde los egresados en filosofía han mostrado gran valía en el mundo de la Alta Dirección de Empresas en las áreas de Recursos Humanos, Relaciones Publicas, Psicología Organizacional, Auditoria, Gobierno y Políticas Corporativas, Comunicación Institucional, Historia Empresarial, Innovación y Desarrollo.

Así mientras, en las Universidades Públicas la Filosofía pareciera ser un lastre en la implementación de las políticas públicas educativas más dispuestas a ceder a los modelos educativos neoliberales del resto de los Centros Educativos Privados que consideran a la Filosofía como una carrera no rentable, no redituable desde las exigencias de la óptica del mercado laboral.

Por ello, plantearse en la educación pública superior la desaparición de la Carrera de Filosofía significa la entrega absoluta ese neo-liberalismo educativo, que pretende adelgazar en la formación la propia comprensión del Estado frente al Mercado y el Capital. Inclusive, de pretenderse eliminar la carrera de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México significa la perdida del baluarte más importante de la Filosofía en América y en el Mundo. Ya que la UNAM heredo el estudio forjado de la Filosofía por casi 350 años de la Real y Pontificia Universidad de México de 1551. Centro educativo que fortaleció los argumentos formulados por los defensores de indios como Vasco de Quiroga, Bartolome de las Casas, Alonso de la Veracruz, Bernardino Álvarez, Juan de Palafox ante las discusiones de quienes negaban la naturaleza humana y espiritual de los indígenas. E incluso, quienes discutían su exterminio total, ya que ni si quiera se les consideraba en buena disposición para ser esclavizados.[4]  Es más recordemos, que tras la transformación de la Pontificia Universidad a la Autónoma de México en el siglo XX el mayor enriquecimiento del estudio de la Filosofía en el país se debió a los migrantes españoles como Villoro, Joaquín Xirau, León Felipe, Eduardo Nicol entre otros que iniciaron el cuestionamiento de la Filosofía de México, es decir, la reflexión sobre el ser del mexicano, que es lo mexicano, que significado tiene México ante occidente.[5]

De manera, analógica la universidad publica por excelencia, es decir, la UNAM tiene el importante reto en los inicios del Siglo XXI la defensa de la Filosofía desde sus raíces y su reformulación proyectiva hacia el ámbito de la praxis. Se expresa en las escuelas de filosofía un dicho popular entre filósofos “no hay mejor teoría que la práctica.” Como “no hay práctica sin teoría.” Desde esta perspectiva, la Filosofía se muestra como un conocimiento necesario como en otras épocas de crisis para esgrimir los argumentos más racionales, razonables para la continuidad de la Historia de la Humanidad. Es así, que donde existe un problema en la ciencia, en la sociedad, en la política, en la economía, en todo ámbito del hombre se encuentra una respuesta filosófica.

Por lo tanto, el estudio y la aplicación de la Filosofía exige en una solución práctica ante la deshumanización de las actividades humanas, ante la fractura de los sistemas, ya que permite valorar y comprender la situación individual y colectiva del hombre en su estar y hacer en el mundo. De aquí la importante misión de la Filosofía no solo en el ámbito privado sino fundamentalmente en su esfera pública. Ofrecer desde el estudio de la propia carrera de Filosofía la formación de criterio de análisis y síntesis, el saber prudencial, la habilitación del sentido común que debe imperar en el actuar humano. En este caso, la UNAM tiene el horizonte de la raza cósmica formando a los filósofos que deberán formular, sustentar y defender la reforma educativa que demanda la sociedad mexicana e incluso la propia transformación de la sociedad global en cuanto desde el impulso pragmático de la Universidad se habré el panorama para ofrecer la Filosofía al resto de la ciudadanía puesto que acaso ¿no es necesario enseñar a pensar un poco al pueblo? ¿la sabiduría es solo terreno exclusivo de una pequeña elite académica? ¿la Filosofía como madre de todas ciencias será devorada por sus hijos? ¿El estudio y aplicación filosófica es tan solo una quimera? En última instancia, ¿Cuál es beneficio de prescindir del estudio formal de la Filosofía ya sea en periodo preparatorio y profesional?


Esta apología se encuentra abierta a la discusión, al dialogo filosófico serio para argumentar que son mayores los beneficios de la praxis filosófica que el mero cuestionamiento y su posterior rechazo de la Filosofía en la vida del mexicano y del ser humano de todos los tiempos.


[1] Josef Pipper, Defensa de la Filosofía, ed. Herder, Barcelona, 1989.

[2] Recuérdese que entre los años 2011-2013 la lideresa Elba Esther Gordillo empujo fuerte para eliminar la Filosofía de los estudios de bachillerato por considerar el siguiente indebido supuesto: “La Ética y la Filosofía son materias Transversales de poca importancia en la formación de los alumnos del Sistema Nacional Bachillerato; no saber de Filosofía ayuda a tomar una mejor decisión sobre que se quiere estudiar profesionalmente.”



[3] Hernández Franco Juan Abelardo, La Revolución de los Intelectuales, Ed. Ducere, México, 2000.

[4] Pavón-Cuéllar David, La Psicología Novohispana: Defensores de Indios, Filósofos Escolásticos, Religiosos Hipólitos e Intelectuales Ilustrados, Revista de Historia de la Psicología, 2013, vol. 34, núm. 2 (junio), Publicacions de la Universitat de València 2013.

[5] Téngase en cuenta que el acceso a la Filosofía alemana en México se debido a las traducciones de los refugiados españoles. Tanto la conformación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM como el propio Colegio de México se debe al impulso de los ibéricos en el exilio al estudio de la Filosofía desde la divulgación, formación e investigación.


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