"El mejor médico es aquel que está convencido
de lo inútil que son las drogas"
Benjamín Franklin.
29-08-2013.
La
sociedad mexicana se encuentra en un momento histórico inaudito. Por primera
vez, se ha propiciado un intenso debate sobre las drogas. Romper el tabú para
contrarrestar los resultados de una guerra infecunda que no ha generado ningún
tipo de beneficio sino al contrario ha trastocado el bien común primordial, es
decir, la Paz Social.
Después
de seis años de una política de seguridad pública enfocada al combate frontal
del tráfico de narcóticos con el uso del ejército, los resultados llevan a las
autoridades y a los ciudadanos mexicanos a debatir abiertamente acerca de la legalización del uso médico e
incluso, el consumo recreativo de las drogas ilegales. [1]
El
pasado 31 de Julio del 2013, la Fundación Miguel Alemán[2], convoco al Foro de Despenalización de la Marihuana, donde ex funcionarios de
Estado de primer nivel como, Pedro Aspe Armella, Jorge Castañeda Gutman, Juan
Ramón de la Fuente y Fernando Gomez-Mont quienes desde sus experiencias a cargo
de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, la Secretaria de Relaciones
Exteriores, la Secretaria de Salud y la Secretaria de Gobernación
respectivamente, debatieron la pertinencia de revertir los efectos de una
política criminal desatinada y contraproducente respecto a la producción,
distribución, venta y consumo de estupefacientes.[3]
A
pesar que México es un país sumamente conservador respecto a la temática, lo
cierto, es que un número creciente de líderes políticos, sociales,
empresariales e incluso académicos, presentan una contra-argumentación ante la
postura tradicional de prohibición, criminalización y combate violento para
quienes consumen, comercializan y producen marihuana, y llaman a extender el
debate sobre otras drogas como el opio, morfina, peyote, cocaína, MDMA, LSD,
entre otros narcóticos.
Por
lo tanto, se hallan dos posturas encontradas desde la perspectiva de la opinión
pública, y de mayor relevancia desde la óptica del Gobierno Mexicano. En este
sentido se debate abiertamente; ¿continuar criminalizando los narcóticos? o
¿descriminalizar, liberar, tolerar y regular el consumo en principio sobre la
marihuana?
Al
respecto, es de sorprender que los papeles argumentativos de las clases
políticas se encuentran invertidos. La tradicional derecha mexicana es la
defensora de la despenalización, el propio Ex-Presidente Vicente Fox Quesada
declaró el 6 de Enero del 2013, estar a favor de la legalización de la marihuana
para generar mayor recaudación fiscal e incluso dijo estar dispuesto a sembrar la
hoja narcótica para su comercialización.[4]
En tanto, el opositor de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, ha manifestado
tras el foro de Ex-Funcionarios conservadores oponerse rotundamente a la
legalización [5]; sin
embargo, miembros del propio Partido de la Revolución Democrática como el Jefe
de Gobierno Miguel Ángel Mancera, así como Manuel Granados, líder de la banca
perredista en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y el coordinador del
PRD en la Cámara de Diputados Federal Silvano Aureoles encabezan una estrategia
a que se suma el Partido Revolucionario Institucional para liberalizar y
despenalizar el consumo de la marihuana primero en la Ciudad de México para
continuar con los estados de Puebla, Morelos e Hidalgo.[6]
Ahora
bien, ante la amplia polémica entre la sociedad y la clase política, el
Gobierno de la República ha manifestado una postura neutral al declarar
oficialmente a través del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong
respetar la libre determinación de la sociedad respecto a la legalización de la
marihuana a través de encuestas de opinión y mediante la representación popular
en las Cámaras Legislativas.[7]
Aunque en lo personal el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ha
afirmado no estar de acuerdo en la desregulación de las drogas, lo cierto es
que permite que el tema se debata entre la Cámara de Diputados y la Cámara de
Senadores, e incluso pide un debate hemisférico para calibrar el impacto de la
legalización recreativa de la marihuana en los Estados de Colorado y Washington
ante el Presidente Obama.[8]
Sobre
estos aspectos, es debido reconocer el cambio de paradigma político del
Gobierno mexicano, ya que por un lado, tradicionalmente un presidente mexicano
era capaz de instruir al Congreso mediante un Decreto de Ley para que sólo se sancionen
la postura de la máxima autoridad política del país. En la actualidad, se muestra
la intensión del Presidente de otorgar mayor autonomía legislativa a las
cámaras legislativas para la aprobación de leyes. Y por otro lado, es la
primera ocasión que un presidente mexicano impele al Gobierno de los EUA, a no
ser más un receptor de sus políticas de gubernamentales, sino un formulador de
políticas regionales adecuadas a la integración de América del Norte más allá
de la batuta unilateral yanqui.
En
consecuencia, nos encontramos ante una postura política, social y oficial controvertida
que requiere una revisión a los argumentos que se esgrimen en contra y a favor
de la liberalización de los narcóticos de uso medicinal y recreativo. Por lo
tanto, a continuación hacemos un breve examen de dichos argumentos para
permitir al lector formar un criterio libre de prejuicios y adecuado a su
libertad de deliberación.
A)
Argumentos
en Contra:
A.1) Argumento
Moral: Se
concibe como drogas inmorales a todas aquellas substancias que son capaces de
producir cambios en el estado de ánimo, alteración de la conciencia,
estimulantes del sistema nervioso, que inhiben ciertas funciones del organismo
humano. A lo cual, se asocia su uso cotidiano a la pobreza, la marginación, el
abandono de actividades productivas, el control social y psicológico sobre las
personas, lo cual genera corrupción entre los individuos y sus comunidades.
A.2) Argumento
Penal: La
criminalización del narcotráfico hasta el consumo individual responde al
interés público de catalogar una serie de substancias prohibidas que generan
cambios en la conducta del consumidor inclinándose a cometer actos delictivos
como robo, asalto, fraudes, violaciones, asesinatos, etc. Por ello, toda
actividad relacionada con el uso de psicoactivos ilegales debe mantenerse
penados y duramente castigados.
A.3) Argumento
sobre la Seguridad Pública: Los actos clandestinos ligados a la
ilegalidad de los narcóticos genera una serie de efectos secundarios debido a
la organización de las bandas delictivas para cubrir la demanda de consumo. Por
tanto, el Estado debe combatir la violencia de los cárteles por el control de
las plazas de comercio, la compra de voluntades de servidores públicos, oficiales
de aduanas, magistrados, jueces, banqueros, políticos, periodistas y líderes de
opinión que omiten actos operativos en el conocido mercado negro como son la
intimidación, la extorsión, el lavado de dinero, terrorismo, delitos contra la
salud, delincuencia organizada, entre otros asociados a las actividades de la
delincuencia organizada.
A.4) Argumento
sobre la Salud Individual y Pública: Los narcóticos
generan adicciones y dependencia física y psicológica, de tal manera, se
generan posibles daños al sistema nervioso, endocrino, digestivo, circulatorio,
y también pueden producir graves trastornos mentales. Por un lado, se considera
que las drogas ilegales producen riesgos a la salud individual como es el caso
del VIH/SIDA, hepatitis, tuberculosis, paros cardiacos, deficiencias
respiratorias, sobredosis, accidentes diversos, derrames cerebrales, esquizofrenia, paranoia, depresión, suicidio.
Por otro lado, se considera el alto costo social en las finanzas públicas
debido a lo oneroso de los tratamientos de las referidas enfermedades
degenerativas y consecuencias a la sanidad. Así, se refuerza el argumento penal
al prohibir el uso de substancias ilegales por sus riesgos a la salud
individual y pública.
A.5) Argumento Económico:
La
delincuencia organizada encuentra una fuente de recursos para la compra de
armas, corromper autoridades, financiar guerrillas, entre otras distorsiones del
mercado negro que generan grandes ganancias no controladas por el fisco, que no
contribuyen al gasto público. Por lo tanto, los recursos procedentes de las
drogas son peculios ilegales, que deben ser decomisados y puestos a disposición
del Estado para el tratamiento de las adicciones, así como para el combate
contra la delincuencia organizada.
B)
Contrargumentos
a Favor:
B.1)
Contrargumento Moral: El consumo cotidiano de narcóticos no es
reprobable mientras no tenga consecuencias hacia terceros, e incluso se llega a
considerar como un ejercicio pleno de los derechos humanos como libertad de intoxicación,
es decir, derecho al consumo individual sobre aquellas substancias que generan
estados alterados de la mente o estimulan al organismo. En este sentido es un
prejuicio concebir a los psicotrópicos como represores de la inteligencia, ya
que al contrario como ocurre en ciertas psicoterapias, ritos religiosos, o en
el propio uso recreativo de alucinógenos, presentan una oportunidad para
explorar la conciencia y la realidad, incluso de forma mística.
B.2) Contrargumento
Penal: La
prohibición de las drogas no ha disminuido el consumo al contrario, ha desatado
la marginación, la exclusión social y la violencia. Ahora bien, tratar al
adicto como un delincuente para ser procesado en el sistema penitencial, acarrea la problemática de mezclar a un
consumidor corriente con los delincuentes comunes, o con aquellos de mayor
peligrosidad, con el riesgo de ser reclutados dentro de las cárceles por los
grupos delictivos para nutrir las filas de la delincuencia organizada. Por
ello, se arguye que se envía a un simple consumidor a la Escuela del Delito para graduarse una vez cubierta su condena.
B.3)
Contrargumento sobre la Seguridad Pública: La guerra
contra las drogas genera antes violencia que la paz social que se pretende
lograr. Es una guerra perdida que guarda analogías con la guerra contra el
alcohol de los años 30s en los Estados Unidos de Norteamérica. Las bandas
delictivas tienen uso discrecional de violencia física y psicológica al operar
al margen de la Ley para proteger sus mercados y los grandes dividendos que
producen sus actividades ilegales. Por lo tanto, el uso de la fuerza pública obliga
a la delincuencia organizada recurrir a la violencia absoluta mediante la
compra de armas de alto calibre a fin de combatir a la autoridad, así como a
otras bandas delincuenciales según se disputan el control de las plazas, o
territorios, donde dicho control responde a quien posee mayor capacidad de
destruir al enemigo. La descriminalización de los narcóticos tiene por
consecuencia inmediata frenar las actividades ocultas del mercado negro sin la
necesidad de combatir violentamente una libre empresa. Como en el caso de la
descriminalización del alcohol, este contrargumento fortalece los argumentos
sobre la salud y la economía, ya que la desregulación de las drogas permite al
Estado tener control y vigilancia directa sobre un mercado legalizado donde se
atenúan los efectos negativos de una prohibición que impacta en la salud, la
seguridad y las finanzas públicas. Finalmente, hacia los ciudadanos quienes
padecen de diferentes maneras, incluso con la propia vida, la amplia corrupción
al tejido social causada por una prohibición contraproducente para la propia
Seguridad Pública.[9]
B.4)
Contraargumento sobre la Salud Individual y Pública: Estudios
realizados por diferentes organizaciones coinciden que entre un 70 a 80% de las
muertes relacionadas con drogas se deben a la falta de acceso a dosis
estandarizadas bajo controles de calidad.[10]
Por otro lado, el uso de la mariguana, el LSD, la cocaína, el MDMA, se utilizan
con fines terapéuticos e incluso drogas duras como la morfina, la heroína o la
cocaína son indispensables en el campo de la Medicina Moderna, a tal grado, que
toda operación mayor requiere de estos narcóticos para alterar el estado de
vigilia durante una intervención a cuerpo abierto. Esto quiere decir que más
allá de producir riesgos para la salud el uso regulado y controlado de los
narcóticos conllevan una serie de beneficios medicinales.
B.5)
Contrargumento Económico: La producción, comercialización y el
consumo son actividades económicas que generan grandes sumas de dinero. De
acuerdo a la ONU, el tráfico de drogas genera sumas aproximadas entre $ 400 y
600 mil millones de dólares anuales, es decir, entre el 8% al 12% del comercio
global, cerca del 10 % del PIB mundial. [11]
Por lo tanto, la prohibición limita al Estado la recaudación directa del Fisco
sobre aquellos impuestos derivados del mercado de las drogas. Además, los
propios gobiernos a escala global gastan miles de millones de dólares para
combatir el comercio de narcóticos sin presentar una ganancia económica, o
social. Más aún, el gran peso del gasto en el combate contra las drogas lo
absorbe el sector de la salud pública y la readaptación social, debido a los
altos costos de los tratamientos y confinamiento de los consumidores de drogas.
Por lo tanto, la regulación sobre los narcóticos impacta positivamente a las
finanzas públicas desde una perspectiva de mayor recaudación fiscal, así mismo
un ahorro substancial a los gastos derivados por una política pública
prohibicionista más que educativa y preventiva.
En
consecuencia, se han presentado hasta el momento las dos caras de la moneda;
sin embargo, aún quedan algunas interrogantes acerca de una eventual
liberalización de las drogas en México.
Por
un lado, se encuentra el cuestionamiento respecto a la tolerancia de consumo
entre los pueblos indígenas. Y por otro lado, la llamada “estrategia global de prohibición” mediante la cual todos los países
miembros de la ONU se comprometen a legislar a favor de la prohibición de los
narcóticos.
Respecto
a lo primero, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su
artículo 2 reconoce una composición pluricultural de la Nación asentada en los
pueblos indígenas a quienes se les otorga el derecho a conservar sus
instituciones culturales, sociales, económicas y religiosas ancestrales.
Inclusive, se les confiere la autonomía para organizar sus formas propias de
convivencia y organización social, lo cual, se le conoce como gobernarse bajo
sus usos y costumbres.[12]
En consecuencia, a los pueblos indígenas se les dota de autonomía para generar
sus propios sistemas normativos, en principio, en apego a la Constitución Mexicana
y sus leyes secundarias, sin embargo, bajo su propio fuero de aplicación. Por
lo cual, en la práctica dicha autonomía tolera el consumo del peyote,
mariguana, mezcalina, ayahuasca, setas alucinógenos entre otras plantas, hongos
y cactus sagrados utilizados con fines ceremoniales y religiosos.[13]
Es más algunos pueblos indígenas fomentan el consumo de narcóticos desde la
infancia, sin que el Estado Mexicano propiamente pueda interferir en dichas
prácticas, ya que, significaría una ataque directo a su identidad cultural.
Por
ello, se presenta una profunda incisión en el propio pueblo mexicano, ya que a algunos
grupos de la sociedad se les tolera el uso de narcóticos, mientras al resto se
les aplica una dura política prohibicionista al grado de criminalizar su
consumo. En este sentido, aún queda pendiente resolver esta aguda contradicción
que antepone lo regional, a lo nacional, y de manera similar ante el contexto
internacional respecto al uso de las drogas.
Precisamente,
el segundo término pendiente en la discusión acerca de la liberalización de los
narcóticos en México se refiere a lo que denomina Ethan Nadelmannf como la “estrategia global de prohibición”.[14]
Por ejemplo, el 1 de Agosto del 2013 en Uruguay se aprobó la iniciativa del
Presidente José Mujica en la Cámara de Diputados para legalizar desde la
producción hasta el consumo de la marihuana.[15]
Aunque, se encuentra pendiente el consentimiento de la Cámara de Senadores, lo
cierto es que aprobación de la Cámara Baja generó una amplia polémica entre la
comunidad internacional.
Por
un lado, algunos presidentes latinoamericanos como Juan Manuel Santos de
Colombia, u Otto Pérez Molina de Guatemala, han tomado el caso de Uruguay como
un modelo para pedir reformas y estrategias más prácticas en la guerra contra
las drogas. Y por otro lado, una vez que el país austral mostro sus intenciones
de otorgar una liberalización total del uso de la mariguana e incluso de la
cocaína, no se hizo esperar la condena inmediata de la ONU. Así, mediante la
Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIDE), organismo
dedicado a la implementación de las convenciones sobre drogas de las Naciones
Unidas, condeno la legalización de la marihuana en Uruguay. Y afirma en un
comunicado; “La ley, que permitiría la venta de cannabis para usos no médicos,
estaría en total contravención de la provisiones de los tratados
internacionales de control de drogas, en particular la Convención Única de 1961
sobre Estupefacientes, de la que Uruguay es parte.”[16]
Lo
anterior significa que la legalización de las drogas es una decisión ligada al
orden internacional. Sin embargo, a pesar de la condena a la legalización de
los países y los gobiernos locales como es el caso de Uruguay, Colorado y
Washington en los EUA, lo cierto es que a pesar de las convenciones
internacionales, no existen mecanismos para
sancionar
a los gobiernos sobre la liberalización del cannabis u otras drogas.
En
consecuencia, es muestra una problemática sin resolver hasta el momento. En
primera instancia acerca de la soberanía de las naciones para determinar
libremente su capacidad de permitir y tolerar el uso de narcóticos entre su
población. Y en segundo término, se
antepone la decisión libre e individual de las personas ante las
determinaciones colectivas de los grupos opositores a un libre consumo de
drogas.
Desde
esta perspectiva, México representa un punto de quiebre en el combate o liberalización
de los psicotrópicos, ya que por sus dimensiones poblacionales, su economía, y
su posición geoestratégica, una eventual legalización de la producción al
consumo trastoca profundamente la política internacional prohibicionista. Esto
debido a que México cuenta en la actualidad con cerca de 110 millones de
habitantes y tiene en la actualidad con el conocido bono demográfico; es decir,
se cuenta históricamente con la mayor tasa de juventud. Sin embargo, México cuenta
con el tercer lugar de “ninis”,
seguido de Turquía y Brasil, países miembros de OCDE que se enfrentan al difícil fenómeno de jóvenes entre los 15 y
29 años de edad quienes sufren la tragedia personal de no contar con
oportunidades laborales ni educativas. En la actualidad, los jóvenes que no
estudian, ni trabajan en México, representan 24.3% de la juventud, esto es 7
millones 337 mil 520 personas, potenciales consumidores de narcóticos por falta
de oportunidades y, más grave, potenciales elementos que pueden nutrir la
delincuencia organizada.[17]
Una eventual legalización de la marihuana posicionaría al país como un ejemplo
liberalizador en otras regiones, convirtiéndose en una economía fuertemente
nutrida por el consumo interno, por el narco-turismo[18]
y por el potencial que ofrece como país de tránsito no sólo hacia el mayor
mercado y consumidor de narcóticos del planeta que son los Estados Unidos de
Norteamérica, sino también México al ser un país de enlace con el Centro y Sur
del Continente Americano, sumado a ser un país bioceánico, presenta un punto importante
de tráfico y exportación de drogas hacia Europa, África, Asia y Oceanía. Por dichas razones, México podría producir un
efecto en cascada puesto que la legalización de las drogas puede representar la
liberalización del mercado global.
Ahora
bien, ¿Qué podemos concluir ante el contexto que hoy simboliza México?, ¿qué
podemos comprender del antagonismo entre la prohibición y la liberalización,
entre los argumentos y los contra-argumentos?
En
principio, es válido concluir que más allá de la polémica y las posturas
enfrentadas es indispensable romper el tabú de los narcóticos para encaminar
las políticas públicas educativas hacia
una instrucción veraz y oportuna. Ya sea que continúe la prohibición, o se
despenalice, legalice, libere la producción y consumo de drogas, resulta
indispensable integrar una materia dentro de la educación básica hasta preparatoria
como puede ser la Psicofarmacología[19]
desde la perspectiva de la Ética, que no sólo considere la educación en el
comportamiento individual y colectivo frente a las drogas ilegales, sino
también sobre el consumo de drogas legales que pueden afectar más a la salud y
la conducta como puede ser el caso del tabaco, el alcohol, el café, la propia
televisión y los dispositivos electrónicos con conectividad a Internet. En este
sentido, es necesario educar sobre los efectos, los abusos y los vicios que
generan las substancias naturales y los mismos productos del desarrollo
tecnológico. En este sentido, la verdadera liberalización sobre las drogas se
encuentra en la libertad de otorgar información veraz y oportuna con una debida
actitud ética y pedagógica.
¿De
qué otra forma es posible advertir acerca de los riesgos y peligros de las
drogas legales o ilegales?
Finalmente,
el gran reto no sólo del Gobierno sino también de la propia sociedad mexicana, es
mostrar al resto del mundo la corresponsabilidad para generar los satisfactores
de vida que requiere la persona humana para desarrollar plenamente su
potencial. Un interesante estudio realizado por el Dr. Hart de la Universidad
de Columbia demuestra ante la fuerte adicción que produce el crack, que no solo
los sujetos de muestra entre humanos y roedores pueden dejar la droga al encontrar
satisfactores básicos.[20]
En
última instancia, el auténtico combate ante las adicciones, la delincuencia
organizada y los efectos colaterales del mercado negro se encuentran en el reto
educativo, en el reto de los satisfactores que generan el Gobierno y la
Sociedad en su conjunto cuando realmente son conscientes de las necesidades de
desarrollo de la persona humana mediante estímulos económicos suficientes. Solo
de esta manera, es posible romper la antinomia y la paradoja que representan la
prohibición ante la liberalización.
Dr. Miguel Ángel Rosales Alvarado.[21]
[1] La
Política de Estado de una guerra frontal a los carteles de las drogas mediante
el empleo directo del Ejército generó inicialmente una buena aceptación de la
opinión pública por tratarse de una acción contundente de Seguridad Pública. Sin
embargo, cerca de 70, 000 muertos, ciudades abandonadas, comunidades
desplazadas el incremento de la violencia y el incremento en el consumo de
drogas, han hecho del combate contra los narcóticos una iniciativa cada vez
menos popular.
[2] Fundación Miguel Alemán es una
asociación civil organizada a nombre del Ex-presidente mexicano Miguel Alemán
Valdés 1946-1952 dedicada al fomento, desarrollo, protección y apoyo a las
actividades humanísticas, científicas, educativas, artísticas y de enseñanza en
general. En la convocatoria de la fundación, también se contó la presencia de Armando
Ahued Ortega, secretario de salud del DF, Graco Ramírez, Gobernador del Estado
de Morelos, Manuel Granados Covarrubias, presidente de la Comisión de Gobierno
de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Las citadas personalidades
cuentan con una agenda para legalizar el uso de la mariguana al propiciar la
aprobación de las iniciativas de la despenalización del cannabis en el mes de
Septiembre en los congresos locales del Distrito Federal y Morelos.
[3] www.efe.com/efe/noticias/usa/mexico/foro-con-exministros-aboga-por-despenalizacion-marihuana
mexico/5/50038/2095975
"Es necesario entrar en serio a un proceso de
revisión que nos lleve a la despenalización de la marihuana y a ir
experimentando alternativas distintas a su criminalización que, hoy por hoy,
todos coincidimos, está resultando en una estrategia contraproducente",
Gómez Mont, Ex-Secretario de Gobernación (2008-2010).
[4]
Finalmente, invito a su archirrival, el tabasqueño López Obrador a fumar la
pipa de la paz, dejar atrás los tiempos de enfrentamiento político.
[5] www.proceso.com.mx/?p=349115
[6] http://aristeguinoticias.com/1008/mexico/legalizar-la-mariguana-en-mexico-quien-esta-a-favor-y-quien-en-contra/
[7] http://mexico.cnn.com/nacional/2013/08/02/los-mexicanos-seran-quienes-decidan-si-se-despenaliza-la-marihuana-osorio
El
responsable de la Política Interna de México, Osrio Chong (SEGOB) declaro, que
la discusión debe someterse "como lo
ha manifestado el Presidente de la República, a la voluntad de la mayoría de
los mexicanos. Podríamos presentar diversos procedimientos para ver lo que
le conviene al Estado Mexicano. Una opción es la consulta ciudadana para
conocer opiniones (…) Los mexicanos serán quienes decidan si se despenaliza o
no.”
[8]
http://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,2130970,00.html
http://world.time.com/2012/11/27/can-obama-and-pena-nieto-clear-the-marijuana-smoke/
www.nytimes.com/2012/11/28/world/americas/mexico-seeks-to-recast-relationship-with-us.html
“Personalmente, estoy en contra de la
legalización (…) no creo que sea la ruta correcta”, declaró a la
revista Time. Aclaró que "no
significa necesariamente que el gobierno mexicano vaya a cambiar de pronto lo
que está haciendo (...), pero estoy en favor de un debate hemisférico sobre la
eficacia de la ruta de la guerra contra las drogas que hemos seguido".
[9] Milton
Friedman (1912-2006) destacado estadista e intelectual, premio nobel de
economía, defensor del libre mercado y del neo-liberalismo cuestiona en la
década de los 80s la prohibición de las drogas en los EUA. Califica a la
iniciativa Norteamérica como una “guerra
fallida inmoral”, que produce más muertes por la violencia, que las
supuestas vidas que pretende salvar. Sobre su postura puede consultarse la
conocida carta que dirige al Zar antidrogas William
Bennet de la administración de George Bush padre.También, se
recomienda revisar la entrevista acerca
de las drogas y el próximo colapso económico de 1991.
http://ntrzacatecas.com/2010/10/07/carta-abierta-de-milton-friedman-al-zar-antidrogas/
www.druglibrary.org/schaffer/Misc/friedm1.htm
[10] www.elcato.org/publicaciones/articulos/art-2003-04-02.html
; www.cato.org/publications/policy-analysis/thinking-about-drug-legalization
http://ar2005.emcdda.europa.eu/es/page068-es.html
Ejemplos
representativos son Cato Institute
que el 1989 realizó una investigación conducida por James Ostrowski respecto a
la mortandad derivada de las políticas prohibicionista sobre las drogas. Por su
cuenta, la European Monitoring Center for
Drogs and Drog Addiction en su Informe Annual 2005 “El Problema de la Drogodepencia en Europa” entrega resultados de
interés y amplias estadísticas acerca de las muertes relacionadas con
sobredosis de heroína, opiáceos, metadona, etc.
[11] www.unodc.org/colombia/es/reportedrogas.html
Acerca de 10 años
de estimaciones respecto al comercio de drogas. Puede consultarse, últimas
cifras en el Informe Mundial sobre Drogas, 2012, United Nations
Office on Drugs and Crime.
[12] http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/
[13] Las Enseñanzas de Don Juan, Carlos
Castaneda, Fondo de Cultura Económica, 7ª edición, México, 2011.
http://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-11668784.html
Bibliografía
de interés para profundizar en los usos y costumbres de los pueblos indígenas
respecto al empleo de narcóticos en su vida cotidiana y en ceremonias
religiosas. Ahora bien, en relación con el resto
del continente, México representa la zona más rica tanto en la diversidad de
alucinógenos como en su uso. Existen 24 especies de hongos solo en el sur del
país y un total de entre 80 y 100 plantas “sagradas”.
También denominadas “plantas de
adivinación” o “plantas de los
sueños”, los alucinógenos no solo se utilizan en rituales o ceremonias
religiosas, sino que igualmente son utilizados para soportar condiciones de
especial dificultad física como es el caso de la hoja de la coca en lugares de
gran altitud y poca concentración atmosférica.
[14] Etahn
Nadelmann, continúa el pensamiento liberal sobre las drogas de Friedman y
actualmente es el mayor defensor de la legalización de la marihuana en los
Estados Unidos y Latinoamérica. Principal precursor del uso recreativo del
cannabis en los estados de Colorado y Washington. Se recomienda revisar los
siguientes textos y consultar la página web de su organización no gubernamental
que trabaja a favor de políticas despenalizadoras sobre los narcóticos.
Ethan Nadelmann. Cops Across Borders: The Internationalization of U.S.
Criminal Law Enforcement. Pennsylvania State University Press, 1993.
Ethan Nadelmann,
Ethan; Peter Andreas. Policing the Globe: Criminalization and Crime Control
in International Relations. Oxford University Press, 2006.
http://www.drugpolicy.org/
[15]http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2013/08/130801_ultnot_uruguay_aprueba_ley_marihuana_jgc.shtml
http://www.unodc.org/unodc/en/treaties/index.html#Drugrelated
En
la actualidad existen tres tratados internacionales sobre el control de drogas
que se apoyan mutuamente y se complementan. El primero es la Convención Única sobre Estupefacientes de
1961, el segundo el Convenio sobre
Sustancias Psicotrópicas de 1971, finalmente, el tercer tratado es la Convención de las Naciones Unidas contra el
Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988. En
su conjunto estas tres convenciones regulan las medidas de control aplicables a
nivel internacional con el fin de asegurar el uso exclusivo de estupefacientes
y sustancias psicotrópicas para fines médicos y científicos, así mismo condena
y obliga a los países imponer sanciones penales para combatir la producción, el
tráfico, la posesión y el consumo ilícito de las drogas.
[17]www.oecd.org/edu/skills.../EDIF%202012--N°7%20ESP.pdf
http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9025552
www.imjuve.gob.mx, Encuesta
Nacional de Juventud 2010, pdf.
Las últimas estadísticas sobre el número de jóvenes en México
corresponden a los estudios de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo (OCDE) y el Instituto Mexicano de la Juventud. Dichas estadísticas
correspondientes del 2010 al 2013, muestran que en la actualidad México tiene
cerca de 36.2 millones de jóvenes número que crecerá en los próximos 10 a 15
años según las estimaciones.
[18] El
narco-turismo es un fenómeno como el turismo sexual que aprovecha las ventajas
de demanda de los turistas de origen europeo, estadounidense e incluso
canadienses quienes buscan precios más bajos y dosis de mejor calidad que en
sus lugares de origen. En México es una situación relativamente reciente que se
ha incrementado desde las décadas de los ochentas y noventas. Finalmente,
representa una fuerte entrada de divisas para las economías emergentes.
[19]
Psicofarmacología del griego ψῡχή, psȳkhē, "mente, alma, inteligencia"; φάρμακον pharmakon, "droga"; y λογία, logia,
“estudio, investigación”. Disciplina científica surgida
recientemente en la década de los 50s del Siglo XX. Ligada a la Psicopatología,
su objeto de estudio se centra en el impacto de los narcóticos en los
neurotransmisores que afectan los estados emocionales, cognitivos y
conductuales de la personalidad. En este caso, la Psicofarmacología puede
enriquecer su campo de investigación humanista con una aproximación a la Ética
para poder habilitar una educación adecuada a la prevención sobre las drogas y
sus efectos a la salud física, mental y social.
[20]
www.ceifel.org, La Elección Racional de
los Adictos, Dr. Carl Hart, 2013.
[21] Con
el apoyo y colaboración en la revisión de fondo, contenido y estilo de Octavio
Catalán Sánchez y Gabriel Paredes Fernández integrantes del Centro para la
Formación de Estadistas y Lideres, Ac.
1 comentario:
La marihuana quizás se pueda legalizar, a ver como va la cosa. Sobre las drogas más duras no lo tengo nada claro.Eso si, de legalizarlas tendría que ser una decisión internacional, de muchos países, no de unos pocos.
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