sábado, 18 de junio de 2011

LOS ANTIGUOS ENSEÑAN A LOS MODERNOS

En la formación de un buen estadista deben concurrir conocimientos políticos teóricos, una buena cultura histórica junto a una visión cultural amplia, pero también esa sabiduría práctica que da la experiencia del trabajo político-social, y el ejercicio para desarrollar virtudes morales como la prudencia.



Una magnífica formación académica se ha demostrado que es conveniente pero insuficiente. Hay que lograr la acertada articulación entre lo teórico y lo práctico: el pensamiento ayuda a la acción; la acción enriquece el pensamiento. Los conocimientos teóricos deben ser interdisciplinares; los prácticos han de facilitar que el actor político sepa moverse y sintonizar bien en todos los registros de la escala social; algunos llamarían a esto poseer inteligencia emocional.

En la formación de empresarios ha tenido éxito el llamado “Método del caso”. Quienes están destinados a la vida pública pueden encontrar un correlato de ese método en el “caso histórico”: se ha dicho muchas veces que el historiador es un profeta que mira hacia atrás… Predice lo que va a suceder, estudiando bien lo que ya ha sucedido. Winston Churchill reconocía la estupenda formación que le inculcó su padre –Lord del Tesoro- haciéndolo concentrarse en su juventud casi exclusivamente en el estudio del Imperio Romano: según él eso le ayudó sobremanera para ejercer la política en el siglo XX.

En CIVILITAS desde el principio nos hemos inspirado también en el pensamiento político clásico. En la Antigüedad greco-romana hemos encontrado ya bien desarrolladas algunas de las ideas que nos mueven.

Hoy está de moda “la vuelta a los clásicos” para buscar inspiración en el ámbito político y en la formación de dirigentes empresariales.

Nosotros llevamos ya más de veinte años buscando allí una parte importante de nuestras raíces, lo que nos ha permitido ofrecer una sólida base de sustentación al servicio formativo que pretendemos ofrecer.

Ricardo Rovira Reich

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