“La única reversión posible debe provenir de la estrategia, en lugar de la lucha” (Gray Mirror)
En mi artículo anterior1 consideraba la situación del denominado Sur Global, sus riquezas y posibilidades, al mismo tiempo que sus falencias estructurales y subdesarrollo, lo que, en los tiempos actuales de inestabilidad geopolítica y económica, condena a sus países, en diversa medida, a un estado de permanente crisis, inestabilidad y potencial desorden y alteración del orden social. Asimismo, analizaba las consecuencias del conflicto en Ucrania sobre dicha situación y las alteraciones que ello producía en la dinámica globalizadora, lo que se agrega a los efectos negativos producidos por las medidas tomadas por los Estados durante la pandemia. Consideraba cómo estos procesos conducen a un fortalecimiento de corrientes revisionistas del statuo quo internacional por parte de ciertos Estados; como así mismo las tendencias hacia un mayor regionalismo; formación de “clubes de amigos” entre países con valores y, finalmente, una nueva configuración geopolítica global. Concluía que todo ello, junto a procesos políticos regionales, ofrecía al espacio sudamericano nuevas condiciones para una mayor integración y coordinación política.