Queridos amigos:
Termina el año 2010, en el que hemos
formalizado la proyección internacional de CIVILITAS. Como bien saben, no es una
institución de carácter confesional, y está abierta a todo tipo de mentalidades
que comprendan la importancia de servir a la sociedad también desde el ámbito
político. Lógicamente, un número considerable de nuestros adherentes son
cristianos, y precisamente por su Fe –además de como ciudadanos- entienden su
especial responsabilidad hacia la acción pública; así como otros se sienten
impelidos exclusivamente desde su conciencia de ciudadanos. Todo ello no obsta
para que escuchemos siempre con particular interés las frecuentes palabras del
Romano Pontífice –y de modo creciente y cada vez más intensamente- las de la
Jerarquía católica respecto a la dedicación al bien común de la sociedad.
También por la importancia que tiene Benedicto XVI como pensador, y ahora por la
amplitud de información y de visión que le confiere su misión universal, y
porque la Iglesia suele tener siempre “un oído puesto en el pecho del pueblo” en
todos los rincones del mundo. Esas advertencias nos hacen sentir que en
CIVILITAS estamos bien orientados, y que nos hemos adelantado, en su momento, a
intentar ayudar a solucionar problemas que ahora se han agudizado.
Por eso –a pesar de no ser institución de
carácter confesional- hoy traemos aquí unas palabras que bien recientemente
decía el Papa Benedicto XVI a los asistentes a la Semana Social Italiana, el 12
de octubre de este año 2010:
"Renuevo el llamamiento
para que surja una nueva generación de católicos, personas interiormente
renovadas que se comprometan en la actividad política sin complejos de
inferioridad. Esta presencia no se improvisa; es, más bien, el objetivo al que
debe tender un camino de formación intelectual y moral que, partiendo de las
grandes verdades, ofrezca criterios de juicio y principios éticos para
interpretar el bien de todos y de cada uno. (...), se trata de empeñarse en la
formación de conciencias cristianas maduras, es decir, ajenas al egoísmo y al
ansia de carrera, y coherentes con la fe profesada, conocedoras de las dinámicas
de este tiempo y capaces de asumir responsabilidades públicas con competencia
profesional y espíritu de servicio. El compromiso socio-político es una vocación
alta, a la que la Iglesia invita a responder con humildad y
determinación".
Repartidos en estos días en diversas
ciudades de Europa y América, los integrantes de CIVILITAS-EUROPA y
CIVILITAS en ESPAÑA les deseamos muy Feliz Navidad y un año 2011 muy
dichoso.
Pamplona, 23 de diciembre de
2010