Se me ocurren varias razones, pero una sola es suficiente. Después de casi veinte años estudiando e investigando sobre la identificación y el desarrollo del talento, parece buen momento para compartir por este cauce, potencialmente masivo, ideas, experiencias y resultados de investigación tanto propios como ajenos.
La investigación y la práctica educativas por una parte y la divulgación y formación por otra, han sido el cauce más habitual hasta ahora, pero no parece suficiente.
Compartir es una actitud de servicio que se debe suponer en quien estudia un tema con espíritu universitario. Eso es, precisamente, lo que nos enseña la Universidad: a tener un decidido afán de búsqueda de la verdad, con mentalidad abierta y espíritu de servicio. A poner al alcance de otros lo que hayamos logrado con nuestro esfuerzo, quizá de años.
Se trata básicamente, de allanar el camino mostrando el recorrido por uno mismo, no porque quiera ser ejemplar, lo que seria -con seguridad- pretencioso, si no porque puede mostrar luces y sombras que inspiren otras rutas a seguir o evitar; de ofrecer ideas que puedan ser inspiración de otras mejores; de aportar datos e información que ayuden a explorar nuevas sendas, o a mejorar el trazado de las que ya cada uno haya emprendido.
Me gustaría señalar, sin embargo, para evitar desilusiones, que este espacio no es una revista, ni un periódico, ni una página de recursos, ni un libro de recetas o un catálogo de consejos. Aunque de todo ello puede -eventualmente- haber.
Simplemente es un espacio en el que quiero poner al alcance de cualquiera mis ideas - o las de otros que yo haya madurado o me parezcan de interés- para que, como en un ambigú, cada uno se sirva a su gusto. Quizá uno de los grandes riesgos que tenemos hoy en día es la dificultad para seleccionar y valorar la información que puede estar a nuestro alcance: distinguir entre lo que merece la pena y lo que no; entre la mera opinión poco fundada y el conocimiento basado en evidencias rigurosas; entre la investigación y la charlatanería; entre la mera opinión y la reflexión seria. Ninguna de estas son cuestiones menores o baladíes.
Tenemos poco tiempo y hay que aprovecharlo del mejor modo posible. Es preciso leer más y opinar menos. Nada de esto quiere decir, sin embargo, que haya posturas o enfoques únicos, particularmente para los problemas complejos, como los educativos. Pero sí es cierto que hay unos mejores y otros peores. Lo importante es el fundamento que inspire el que cada uno siga. Hablaremos de esto con seguridad en el futuro. Dicho claramente, ¿tus opiniones en qué se basan? ¿Cuál es su fundamento?
Este camino que empiezo conmigo mismo como compañero de viaje, tendrá acompañantes, eso espero, en algunas etapas, visitas en algunas escalas. Quien sabe...
Con frecuencia un trabajo de este tipo puede acabar siendo una tarea compartida. Seria estupendo, porque esto también es propio del trabajo universitario.
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