miércoles, 21 de noviembre de 2012

INNOVACIÓN, PRESUPUESTO Y PROGRESO . Por José-Ángel Zubiaur



Antes teníamos más recursos que proyectos para materializar. Ahora los recursos, por lo menos los financieros, que mueven la investigación a cierta escala y la subsiguiente innovación, son muy escasos. ¿Quiere decirse con ello que se renuncia a materializar aquéllos, que se abandonen? ¿De qué sirve todo aquello por lo que nos esforzamos? ¿Es esta una consagración del pesimismo?

Decía Jacques Delors (1988) que «en una economía inmóvil el progreso social está congelado». Y sin embargo —añadía— «este progreso recupera toda su fuerza y se convierte en la necesidad de una economía en movimiento». Sabemos que progreso y desarrollo no son términos  sinónimos y que puede haber desarrollo sin progreso, porque éste suma el desarrollo material y el moral. «Social» no creo que signifique —en boca del socialista Delors—  que haya un crecimiento en valores humanos y morales, sino que encubre el puro estado hedonista de bienestar (Welfare State).