martes, 29 de septiembre de 2020

YO NO SUICIDO - POR JUAN CARLOS CARRASCO

En el presente debate sobre la eutanasia estamos oyendo mucho a los políticos y poco a los médicos. Y sin embargo el proyecto de ley es para los médicos. Se está legislando para la comunidad médica. En el artículo 1 se comienza diciendo “Está exento de responsabilidad el médico que actuando de conformidad….le da muerte o la ayuda a darse muerte”. El cambio que introduce es trascendental. Basta pensar que si una persona con enfermedad terminal me pide que acabe con su vida, y lo hago, soy un homicida; pero si lo hace un médico, la ley le asegura que no lo es. En adelante habrá dos personas distintas ante la ley: los médicos y todos los demás. Y no serán distintas por razones de raza, de religión o de orientación sexual, sino por su status moral. El proyecto pretende cambiar, en el caso del médico, su condición moral. El suicidio asistido no es sino un homicidio a pedido. El que lo solicita, si reúne las condiciones que el proyecto determina, tiene derecho a solicitar al médico que cambie sus convicciones morales para atender su requerimiento. No le pide que cambie sus opiniones o sus gustos o sus aficiones. Le pide que cambie sus valores morales, que deje a un lado su identidad personal, por el simple hecho de padecer una enfermedad terminal y querer poner fin a su vida.