lunes, 17 de enero de 2011

¿HACIA DONDE VA EL MUNDO? LA VISIÓN DE PETER KOPA

Todos, por hecho de ser y vivir hoy, estamos en la misma barca, que parece que va a la deriva, hacia un horizonte nebuloso y fugitivo. Es un planteamiento con visos de poesía, pero en el que está en juego nuestra realización  y el sentido que tiene todo este impresionante espectáculo en sí mismo, y por tanto también para cada uno de nosotros.

Con la libertad que otorga la frescura de un brainstorming prolongado, en una tarde de Sábado en Praga, el 15 de Enero del 2011, junto a unas manijas de cerveza,  se me ocurrió hacer una serie de preguntas a Peter Kopa, porque creo que reúne unas buenas condiciones de edad (66 anos), experiencia de vida en 5 países y en dos continentes –Sudamérica-Suiza-Roma-España-Praga-, con estudios de Derecho, Filosofía y con una experiencia de 35 anos en el mundo del business, en el que se ha movido toda su vida, domininando 6 idiomas y habiendo tomado unas 200 veces al avión. Por tanto, en el se encuentran las principaless improntas de varias épocas, mundos y ambientes culturales, en una vida que comenzó en 1944 en Praga hasta hoy, nuevamente en Praga, desde hace 19 años.

Peter, hacia dónde va el mundo?

Hacia delante, para mejor.  Para poder contemplarlo, hay que asumir una perspectiva distanciada. Me estoy ahora acordando del cuento de una mosca, que estaba triste porque corría por un suelo oscuro, luego más claro, pero siempre desértico y sin sentido. Otra mosca le dijo al vuelo:  ´vuela hacia arriba  y desde lo alto mira sobre lo que estabas pisando´. Así, de repente, pudo apreciar extasiada  un cuadro de Van Gogh, El Sembrador.

Igual nosotros, necesitamos mirar al mundo desde la perspectiva correcta: desde una cierta distancia y desde arriba, para evitar ver sólo el canto del marco que contiene el cuadro. Y la mejor perspectiva la tiene el hombre que está convencido, de que nuestro mundo no es un barco que va ciegamente a la deriva, zarandeado por las olas de las casualidades de un destino fatalista. Esta actitud llevaría al pesimismo profundo y, sobre todo, a intentos de intervención que no lograría mejorarlo. Es decir, sólo el que cree con optimismo  en la providencia divina será capaz de tener la perspectiva óptima para reconocer aposteriori el sentido de toda la historia pasada, que es el cuadro que se nos ofrece hoy y que hemos de proyectar hacia el futuro. A pesar de tanta limitación humana, ha surgido –hasta ahora- un obra maestra en la que hoy por hoy, en el cuadro estamos también  nosotros.


Los italianos te dirían a ésto: si non é vero, é bene trovato. Pero poca gente vé las cosas así,  por qué?

Porque está muy extendido el materialismo fáctico, incluso entre personas que se consideran bien formadas, de buenas familias cristianas, judías o musulmanas. Tienen metido en el alma una especie de ´chip´, programado por los sloganes del consumismo, que ha redefinido o reprogramado  profundamente el pensamiento de las masas, tan dependientes de los patrones de conducta superficiales  que proponen los medios de información y el internet. Creo que las masas humanas, tanto en el primer como en el tercer o cuarto mundo se dan cuenta que están en cierto sentido están siendo  manipuladas, por lo que sus juicios sobre hacia dónde va el mundo es lógicamente pobre y pesimista en sus conclusiones. A esto va acompanada una actitud pesimista, que tiene mucho de comodidad y cobardía: es fundamental que el individuo se convenza profundamente de que todo está en sus manos, que él puede contribuir a mejorar el mundo sólo con ser buena persona.

Entonces, qué hacer ante éste panorama?

Todos buscamos  un camino que nos  haga felices  y un sentido más profundo en la propia vida, y por tanto también en la vida de todos, en  la vida de las naciones. Pero algunos sufren lo que yo llamaría el síndrome del ´ésto tiene que cambiar´ o  ´ésto no puede quedar así´ u otras quejas análogas, sintiéndose escandalizados de que no haya nadie que venga a arreglar el mundo. Es el prejuicio de pensar que ´otros arreglen el problema, porque yo no tengo ni poder, ni dinero ni influencia para arreglarlo´. Y aquí está el gran problema: el cruzamiento de brazos de millones de personas desencadena, lastimosamente, a través de los mecanismos democráticos, procesos de ejercicio del poder político que puede llegar a ser horriblemente nefasto. No olvidemos que el Nazismo subió al poder por votación democrática. También el Comunismo en diversos países, como en Checoeslovaquia en 1948 ... etc. La democracia en sí misma no ofrece ninguna garantía contra el totalitarismo, si los votantes no controlan continuamente el ejercicio del poder concedido por ellos mediante el propio voto.

Y en nuestros días, el fruto amargo de los errores legitimados democráticamente en la vida de las naciones es evidente: el aborto, la corrupción en el  sector público y privado, los errores en las leyes sobre familia y educación, una subcultura con ingredientes de erotismo, fijación exclusiva en los asuntos materiales, culto al dinero etc. Un pueblo poco preparado para la democracia elige una calidad baja de gobernantes, que a su vez dañan todavía más a su propio pueblo y además con el dinero que él le dió mediante los impuestos.

Me preocupa que actualmente, que algunas naciones estén alimentando a sus estados con altos impuestos, que dan  un poder enorme a las autoridades públicas que ellos han elegido. Y con éste poder, algunos pisotean sus derechos, como un leviatán que devora a sus hijos: pienso en la UE y en ciertas situaciones lamentables que se dan en muchos sitios: corrupción administrativa, despilfarro del erario público, maltrato del ciudadano por un exceso de reglamentaciones innecesarias que además fomentan el parkinson público etc. etc.  

Pero Peter, al principios eras optimista, pero parece que eres más bien pesimista...

Bueno, intenté hacer un diagnóstico de la enfermedad del materialismo, pero hay o pueden haber muchas soluciones buenas y profundas, pero desde la perspectiva correcta: desde una ´weltanschauung´o visión del mundo y de la vida providencialista y no dejando de ver y valorar el mucho bien que hubo, hay y seguirá habiendo en él, que muchas veces pasa desapercibido porque no hace ruido, no se anuncia, y sin éstos bienes nuestro mundo ya hace tiempo que se hubiese hundido. ¿Quién anuncia un Martes, por ejemplo, que el día anterior en Gran Bretana 18 millones de madres han dado el desayuno a sus hijos y los han preparado  para ir el colegio? ¿Quién habla de los millones que trabajan para sacar adelante su familia etc.?  Como no es noticia, no cuenta en los análisis, pero son estas buenas acciones las que sostienen todo el mundo.

O sea, creo en la capacidad del hombre de reaccionar, de lanzarse a buscar soluciones, pero necesita de un  liderazgo de pensadores, de hombres sabios que por la entereza de su vida convenzan como sin querer, de auténticas autoridades que tengan la capacidad de mover y conmover con su palabra, utilizando un lenguaje asequible para todos. Aquí quisiera advertir que muchos, muchísimos escritos y conferencias no llegan a la mayoría,  porque utilizan un lenguaje difícil, profesoral y abstracto, con pocos ejemplos, con citas en latín, griego y hebreo! Hay que tener en cuenta que todos estamos algo deformados por comunicaciones por imagen, y  por palabras escritas con secuencias de pensamientos demasiado elementales.

Peter, creo que eres un soñador: lo que dices, no es  demasiado bonito (lindo en Sudamérica) para ser verdad?

Bueno, soñar cosas buenas es esencial para luego lanzarse a la acción con  libertad creativa, con pasión.  No tenemos más remedio que agarrar fuertemente el timón del barco de nuestro mundo, navengando ahora entre olas borrascosas, aunque tampoco falta el sol y la bonanza. Lo primero que se me ocurre es considerar  que gracias al desarrollo tecnológico, nunca fué tan asequible difundir las propias ideas o apoyar las posiciones de otros. Pienso en el internet, concretamente en las redes sociales, que están teniendo una profunda influencia,  también política, en USA, y, desde allí, primordialmente en los países más desarrollados. Me estoy acordando ahora de una página web que en los últimos diez años ha alcanzado metas increibles, incluso covocando cientos de miles a manifestaciones abiertas en contra de algunas leyes  malas  del gobierno.

Creo que las constituciones de lo estados garantizan (todavía) suficientemente el derecho del ciudadano a observar y controlar la gestión del poder político por parte de las personas que ellos mismos han elegido. Por tanto, los líderes  a los que acabo de referirme son los que están en condiciones de articular el cotenido de las páginas web y su trabajo será tanto más entusiasta cuanto más apoyo encuentren a nivel nacional o internacional. No me refiero aquí a cargos políticos, sino a líderes espontáneos – desde una barrendero hasta un profesor universitario – que consigan mover la opinión pública con sus palabras y con su ejemplo de vida. Para que la democracia funcione bien,  es necesario un electorado culto y unas personas elegibles para cargos públicos que sean bien conocidas y ofrezcan garantías, al menos de entereza moral. En este sentido, entregar un cheque en blanco a un partido es un error que luego pasa factura.

Reconozco que éste es un gran problema que exige a gritos que sea resuelto. Los que han ideado la democracia moderna – Locke, Montesquieu, Rousseau-  eran unos racionalistas ingenuos que pensaban que el hombre es naturalmente bueno. Sin darse cuenta, estaban edificando un sistema de gobierno sobre el profundo poso cristiano que había entonces en el pueblo, con normas morales claras aceptadas por todos, que hacían que la gente fuera buena.

Cómo ves el gran problema de las tensiones que plantea la inmigración musulmana en algunos países?

Aunque no lo parezca, el Islam provocará  el que el Occidente se plantee seriamente su propia identidad cultural, que llevará a un florecimiento de la fé cristiana y a su unificación.  En este sentido se ha avanzado mucho en el Luteranismo y en la Iglesia Anglicana. Hoy por hoy la actitud religiosa es al menos respetada y admirada.

El acercamiento entre el Islam y el Judeo-Cristianismo será un proceso largo, no falto de sacrificios por ambas partes. Los acontecimientos bélicos, bien conocidos en los últimos veinte anos,  han desencadenado  una dinámica de penetración del pensamiento occidental en el mundo islámico, abriendo fisuras en su cuerpo monolítico, por donde entran contenidos que favorecen una puesta al día de sus modos y condiciones rígidos de ver las cosas (teocratismo). En este sentido es muy interesante observar la actitud de las mujeres musulmanas que, al igual que la mujer en los primeros siglos de la fé cristiana, son las que más acogen una moral que protege  sus derechos humanos.

Peter, muchas gracias y espero volver a vernos.

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