martes, 5 de julio de 2022

HACIA UNA CONFIGURACIÓN DE PODER EN EL SUR GLOBAL -BREVE RESEÑA SOBRE EL CASO SUDAMERICANO-

Al referirme en los artículos anteriores a la situación internacional planteada por el conflicto en Ucrania1, señalo el caso del Sur Global o aquel espacio geopolítico y económico conformado por aquellos países en vías de desarrollo o emergentes, según la tipología comúnmente usada. Estos actores, si bien no detentan el poder tecnológico o industrial o financiero, poseen en conjunto y distribuido de modo más o menos irregular, una dotación de factores estratégicos para la estabilidad y desarrollo sustentable de la comunidad internacional en su conjunto. Me refiero a recursos naturales de todo tipo, principalmente alimenticios, hídricos, forestales, energéticos, minerales, etc; así como riqueza demográfica, con desparejos niveles de educación, pero que en su conjunto componen una masa poblacional de importancia clave como fuerza laboral, principalmente a la vista de las tasas demográficas negativas del resto del mundo más “desarrollado”.

La relevancia del llamado Sur Global en el mundo ha vuelto al primer lugar en la escena en el contexto del mencionado conflicto en el este de Europa, similar a lo ocurrido con la crisis petrolera de 1973, en que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) planteó un abierto desafío a Occidente al elevar el precio del petróleo de USD 2,5 a USD 18, en respuesta a la Guerra de Yom Kipur, así como a motivos estructurales2. Actualmente, el sur global recobra protagonismo por las crisis energéticas y alimentaria que progresivamente la guerra en Ucrania ha desencadenado3. Ello, consecuencia por un lado del bloqueo de rutas usadas para el comercio de granos y aceites provenientes de Ucrania y Rusia4; así como por la alegada política europea de almacenamiento y distribución de tales  commodities5; la aplicación indiscriminada, masiva y multidimensional (comercio, transporte, financieras, etc) de sanciones contra Rusia, con consecuencias nefastas sobre el comercio de insumos críticos para el resto del mundo (energía, fertilizantes, alimentos)6. A lo que se suma el no reaseguro por parte de Occidente de fuentes alternativas de aprovisionamiento de tales insumos previo a la adopción progresiva de medidas tan drásticas para lograr el objetivo declarado no sólo de defensa de Ucrania, sino derrota y debilitamiento estructural de Rusia7, tema este último ya abordado en mi artículo de abril pasado8.

Este último elemento hubiera requerido una planificación mucho mayor que lo que permitía la coyuntura o una aplicación de sanciones más estratégicamente diagramada, más allá de que los Estados Unidos ha perseguido tradicionalmente evitar toda vinculación y dependencia energética y hasta de insumos críticos en general entre Europa y Rusia. Al final, con unos Estados Unidos con autosuficiencia energética y una Europa con serias señales de fragmentación por el carácter de las medidas contra Rusia y sus consecuencias9, se  buscó suplir los desequilibrios causados por medidas de último momento por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea, que en conjunto han flexibilizado sus posiciones en política exterior y defensa, así como en cuestiones de defensa de democracia y medioambiente, recurriendo a países catalogados como parias, díscolos o ubicados en  el “Eje del Mal”, para lograr aprovisionamiento adicional de energía principalmente (Venezuela, Irán, Arabia Saudita, Medio Oriente en general), así como almacenar más alimentos en Europa, bloqueando la salida hacia otros países y regiones en situación de mayor vulnerabilidad, curiosamente del Norte de Africa y Medio Oriente.

Si algo se deduce de los diversos procesos que esta nueva coyuntura ha creado es, no sólo que la globalización ha mostrado sus límites, lo que ya fue evidente con la pandemia y medidas arbitrarias tomadas por los Estados, sino que además la auto-suficiencia a que este fenómeno  conduce tiene, a su vez sus límites10. En el estado actual de inter-dependencia sistémica de los Estados y sociedades, procesos regresivos a esquemas de autonomía  estatal nacional tienen corta duración temporal y terminan por dar lugar a mecanismos de cooperación regional y “clubes de amigos”11, con que suplir las deficiencias y falencias nacionales y/o del sistema internacional en su conjunto, sobre lo que me referí en los artículos anteriores12.

En este contexto que se avizoran posibilidades de una mayor convergencia regional en el espacio civilizacional que en este  blog he identificado como sudamericano13. Dichas posibilidades las avizoro no tanto por los cambios de signos políticos en los gobiernos de la región, que con las elecciones en Colombia  están completando un arco político orientado a corrientes de izquierda o centro-izquierda. Principalmente veo posibilidades de mayor entendimiento  porque con ello habría una pausa en los debates teñidos de mezquindad ideológica para dar prioridad a las necesidades reales de la población. Como he escrito en este blog, son dichas necesidades y descontento social generalizado lo que ha dado lugar a alternancias políticas en la región, por lo que el rechazo generalizado a los gobierno de turno que han tenido que hacer frente a la pandemia ha marcado a mi entender el advenimiento de una nueva era, en la que el origen, legitimidad y dinámica del poder político está principalmente definido por la variable territorial, más que por la ideológica14. De este modo, el triunfo de las corrientes de izquierda es secundario, dependiente y subalterno a la cuestión de la necesidad y descontento real de la población civil, circunscripta en un territorio definido, con un peso fundamental y clave del factor cultural de dicho entorno en el que se hace y es sociedad, contra las corrientes disgregadoras y estigmatizadoras que la han marcado históricamente, incluyendo  el elemento ideológico.

Dicho fenómeno considero que no es exclusivo del espacio civilizacional sudamericano y hasta latinoamericano, sino que  la ola de descontento global que se viera en el marco de la pandemia y medidas tomadas ha cobrado un nuevo impulso con la severa situación económica que afecta de diverso modo la comunidad internacional, en un contexto de fallidas políticas económicas en los países  centrales15, relacionadas con las tardías medidas contractivas después de la gran expansión monetaria durante el COVID; a lo que se suma una crisis financiera global, con múltiples burbujas especulativas ya manifiestas previas al conflicto en Ucrania16; lo que paulatinamente derivó en severas turbulencias bursátiles17 y derrumbe vertiginoso en el voluminoso mercado cripto18. En consecuencia, la crisis actual termina siendo multi-causal y resultaría tendencioso admitir considerar que Rusia y el lanzamiento de su operación en Ucrania es la única causa de esta nueva agudización de múltiples síntomas de desequilibrios estructurales, que al igual que con el COVID, sólo necesitaban un nuevo disparador para manifestarse, produciendo reacciones escalonadas que agudizan la crisis, esta vez vía inflación, ruptura de cadenas de valor y posible recesión en los principales mercados internacionales, que en su conjunto tiene altísimos niveles de deuda. El efecto contagio reactiva el descontento social visto durante la pandemia, configurándose nuevamente un mapa de protestas, con numerosos países en desarrollo en riesgo de impago de sus compromisos de deuda y otros, como Sri Lanka, ya en default.

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Como se observa en dicha cartografía, nuevamente es en el “Sur Global”, donde nuevamente se manifiestan las peores secuelas de falencias del sistema internacional y de decisiones políticas, financieras, económicas o estratégicas adoptadas en espacio geopolítico y económico del norte “desarrollado”. Frente a ello y un multipolarismo que se asoma principalmente como consecuencia del abierto desafío de Rusia a Occidente y la complicidad de China y otras “potencias revisionistas”19, resurge la cuestión de la ubicación estratégica que le cabe al espacio sudamericano, y si se quiere a Latinoamérica en su conjunto20, en este tablero global21. Como ha quedado demostrado históricamente y nuevamente en esta ocasión, la dotación de valiosos recursos estratégicos no es suficiente si hay fallas estructurales que desalientan integración estratégica de dichos recursos con una orientación política de largo plazo que oriente y de sentido de política de Estado, como ente soberano en relación de interdependencia, asimétrica por cierto, con los demás sujetos de la comunidad internacional.

En tal sentido, es posible que los países del espacio sudamericano exploren o re-exploren caminos y canales para orientar un trabajo en conjunto y profesional para atender dichas necesidades y descontentos. En primer lugar, aparece el re-lanzamiento del mecanismo de concertación política conformado por la Unión de Naciones Sudamericana (UNASUR)22 en un contexto político regional donde se avizoran mayores posibilidades para la convergencia política y un marco internacional asolado por fuerzas de fragmentación, conflicto y crecientes amenazas y desafíos.

De producirse dicha circunstancia, el marco político sería más propicio para avanzar en proyectos continuamente postergados, como una vinculación seria y progresiva entre las dos principales áreas de integración en la región, además del CARICOM en América Central y Caribe. Me refiero a la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR. Las exigencia sistémicas que supondrían a ambos espacios de integración el trazado de metas de vinculación escalonada entre ellos produciría efectos positivos al interior de dichos bloques, vía modernización de los Estados, racionalización de procesos económicos, además de mejoras en competitividad e impulso en la recomposición y reconfiguación de cadenas de valor con un enfoque a favor de la economía circular  y industria 4.0 y la revalorización de activos tangibles y no tangibles23.

Por otra parte, en el marco de la ¨Presidencia pro Témpore de la Argentina en la Comunidad de Estados Latioamericanos y Caribeños (CELAC)24, lograda por consenso regional, la mencionada convergencia política produciría un mayor involucramiento de los Estados partes en los diversos mecanismos de diálogo político, cooperación científico-tecnológica y facilitación del comercio intra-regional. En tal sentido, especial importancia adquieren los siguientes puntos:


1. Consideración de amenazas regionales, como la cuestión Malvinas, para consolidar su tratamiento como una causa latinoamericana en resguardo de la integridad territorial argentina en el espacio sudamericano; reafirmación del status de zona de paz latinoamericana; preservación del Atlántico Sur libre de presencia y dominación colonial de todo tipo y principalmente por potencias extra-regionales, Reino Unido, con pertenencia plena a bloques militares como la OTAN; así como protección contra la depredación de recursos ictícolas.

2. Consolidación de una agenda regional que impulse, conjuntamente con la UNASUR, las obras de infraestructura regional, su financiamiento y proyección hacia un relacionamiento geométrico con países y bloques extra-regionales, con una visión estratégica, con especial atención  a los corredores bi-oceánicos y nodos territoriales para mejor integración geo-económica, dominio y organización territorial y dotación de logística multi-modal al sector productivo, además de mejoras en las telecomunicaciones, dotación de Internet y últimas tecnologías.

3. A partir de los contactos realizados entre los delegados latinoamericanos en la XII Conferencia Ministerial de la OMC, consolidación de dichas gestiones de tratamiento conjunto regional de las negociaciones en torno a la cuestión agrícola en el actual contexto internacional de inseguridad alimentaria y la oportunidad para revertir el sistema de proteccionismo agrícola y subsidios distorsivos por parte de los países industrializados.

4. Integración y constitución de redes de valor en torno a una mayor integración intra-industrial regional atento a la falencias en la materia, tal como se observa en el MERCOSUR,  con la excepción de contados sectores.   Consideración y generación de compromisos para eliminar medidas distorsivas del comercio regional bajos los mecanismos previstos en la ALADI, los ACE (Acuerdos de Complementación Económica) y sistemas de integración vigentes.

5. Fortalecer vinculación de los mecanismos previstos en la CELAC y UNASUR con aquellos organismos financieros multilaterales y regionales,  para acompañar los proyectos de asociación estratégica, creación de sinergias regionales y generación paulatina y progresiva de intercambios comerciales en monedas locales.

6. Promoción de los mecanismos de interacción entre los diversos organismos nacionales encargados de investigación y desarrollo en el sector de ciencia y tecnología, diseño de hojas de ruta y mecanismos de control de ejecución para la generación y puesta en marcha de una agenda digital regional, que incluya Gobernanza de Internet, Ciberseguridad, Inteligencia Artificial, tecnologías Blockchain, Internet de la Cosas, economía digital y comercio electrónico. Escenarios para el desarrollo regional y proyección de relacionamientos externos.

7. Inclusión de mecanismos de diálogo y cooperación en materia de seguridad energética regional sustentable. Este objetivo permitiría un mejor aprovechamiento de los recursos propios con el objetivo de superar los recurrentes cuellos de botella  energéticos que experimentan no pocos países de la región y los posteriores desequilibrios en la balanza comercial, a la vez, que generar una posición común para negociar seriamente con los países industrializados cualquier transición energética a fuentes renovables, en el marco de los acuerdos internacionales vigentes en la materia.

Por último, en la vinculación con Asia, a nivel regional sería positivo  una articulación más intensa con foros como FOCALAE (Foro de Cooperación entre América Latina y Asia del Este), para la promoción del diálogo político y la cooperación multisectorial con Asia del Este, posible canal para la Ruta de la Seda, al mismo tiempo que puente para las agencias de cooperación japonesa, coreana y tailandesa, además de la promoción del comercio e inversiones con dicha estratégica región que incluye además de dichos países a Indonesia, Vietnam, Filipinas, entre otros, Australia y Nueva Zelandia. En este blog se han incluido artículos sobre dicha relación con Asia del Este a través de dicho foro25, por lo que no abundaré en mayores detalles.



RAPA

27 de junio 2022.

1 https://buenosynuevosaires.blogspot.com/2022/05/el-conflicto-en-ucrania-y-la.html

2 AKRAM BELKAID: “La larga crisis de 1973”. Le Monde Diplomatique. Junio 2022.

3 https://finance.yahoo.com/news/fertilizer-prices-just-hit-record-174439996.html

4 https://sputniknews.com/20220531/lavrov-west-prevents-russian-ships-from-docking-at-ports-to-exacerbate-food-crisis-1095893385.html

5 https://actualidad.rt.com/actualidad/431784-putin-afirmar-occidente-agravar-crisis-alimentaria

6 https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/hambre-mundial-empeora-subir-25-155112592.html

7 https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/estados-unidos-reafirma-un-abordaje-mas-agresivo-y-advierte-que-quiere-ver-a-rusia-debilitada-nid25042022/

8 https://buenosynuevosaires.blogspot.com/2022/04/rusia-y-el-conflicto-en-ucrania.html

9 MATHIAS REYMOND y PIERRE RIMBERT: “La batalla energética”. Le Monde Diplomatique. Junio 2022.

10 https://valdaiclub.com/a/highlights/did-keynes-anticipate-the-need-for-self-sufficiency/

11 https://www.forosur.com.ar/blog/america-latina-y-la-guerra-de-ucrania-la-geopolitica-del-siglo-xxi-y-la-eclosion-de-los-mapas-binarios/

12 https://buenosynuevosaires.blogspot.com/2022/04/rusia-y-el-conflicto-en-ucrania.html

13 https://buenosynuevosaires.blogspot.com/2021/12/perspectivas-para-un-diseno-de-politica.html

14 https://buenosynuevosaires.blogspot.com/2021/11/el-ordenamiento-territorial-en-la.html

15 https://www.economist.com/leaders/2022/04/23/why-the-federal-reserve-has-made-a-historic-mistake-on-inflation?etear=nl_weekly_1

16 https://www.economist.com/business/2022/05/14/tech-bubbles-are-bursting-all-over-the-place?utm_content=ed-picks-article-link-2&etear=nl_weekly_2&utm_campaign=r.the-economist-this-week&utm_medium=email.internal-newsletter.np&utm_source=salesforce-marketing-cloud&utm_term=5/13/2022&utm_id=1165474

17 https://www.economist.com/leaders/2022/05/26/why-investors-are-increasingly-worried-about-recession-in-america?utm_content=article-link-1&etear=nl_today_1&utm_campaign=r.the-economist-today&utm_medium=email.internal-newsletter.np&utm_source=salesforce-marketing-cloud&utm_term=5/27/2022&utm_id=1182719

18 https://www.economist.com/finance-and-economics/2022/05/12/the-crypto-infrastructure-cracks?utm_content=article-link-2&etear=nl_today_2&utm_campaign=r.the-economist-today&utm_medium=email.internal-newsletter.np&utm_source=salesforce-marketing-cloud&utm_term=5/12/2022&utm_id=1165547

19 https://buenosynuevosaires.blogspot.com/2022/04/rusia-y-el-conflicto-en-ucrania.html

20 https://warontherocks.com/2022/04/explaining-latin-americas-contradictory-reactions-to-the-war-in-ukraine/

21 https://es-us.noticias.yahoo.com/guerra-ucrania-alianzas-enemigos-giros-002206496.html

22 https://www.nacion.com/opinion/foros/que-es-unasur/DHI22MEUQRERFD2MWZZEUTPLGY/story/

23 https://buenosynuevosaires.blogspot.com/2020/08/argentina-hacia-una-respuesta-frente.html

24 http://s017.sela.org/celac/quienes-somos/que-es-la-celac/

25 https://buenosynuevosaires.blogspot.com/2020/05/argentina-en-su-relacion-con-asia-del.html

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