lunes, 9 de marzo de 2015

PERO... ¿QUÉ ES REALMENTE LA JIHAD?

Resumen del coloquio del Presidente de CIVILITAS-EUROPA con intelectuales musulmanes palestinos. Se clarifica que no puede llamarse Jihad -como está haciendo la prensa occidental- a un concepto religioso que ha sido deformado intencionadamente por terroristas islámicos.

La jihad en el Islam empieza en uno mismo, esforzándose  en cumplir sus obligaciones hacia Dios-las oraciones, el ayuno, el zakat y la peregrinación a la meca y cumplir con los buenos mandatos de no matar, robar, mentir-en ser una buena persona consigo mismo, cuidando su limpieza, salud, educación, formación y ser perfeccionista en su profesión. También esforzándose en ser bueno con las personas de su entorno, en ser amable, no dañar e intentar ayudar a los necesitados según su capacidad, aparte de cumplir con su deber y obligaciones hacia la sociedad donde vive y con las leyes del país donde vive- ser buen ciudadano y participar en la vida social y política, contribuyendo a construir una sociedad democrática y sin discriminaciones; también esforzándose en proteger el medio ambiente y los recursos naturales que le rodean; esforzarse en trabajar por la paz y evitar conflictos y utilizar la fuerza si no queda otro remedio solamente en defensa propia, pero sin tomar nunca la justicia por su mano. La jihad en defensa propia es un pilar del Islam.

Ahora existe una versión extendida y equivocada de la Jihad en el Islam, más por las comunicaciones modernas, Internet; ganando seguidores incluso en Europa, que puede ser y es usada para justificar toda clase de atrocidades. Sin embargo, esto es un Islam fabricado del dogma y que no se basa en el Corán ni el ejemplo del Profeta Mohamed. Ha venido de creencias falsas y una consecuencia de la guerra de Irak y posteriormente al convertir por Assad una revuelta popular por la libertad y democracia en una masacre y la destrucción de Siria, en vez de crear un estado democrático y convertirse en el Suárez de España en Siria.

Todo lo imaginable en las peores guerras ha sido utilizado por esta dictadura contra su pueblo: la tortura documentada por el mismo régimen- Esto es lo que se conoce desde que un desertor divulgó  fotos que muestran que 50.000 personas han muerto por las torturas infringidas en las cárceles de la dictadura, los misiles Scud y los barriles explosivos sobre ciudades como Alepo, Homs, Daraa, Duma  etc.,eligiendo panaderías, mercados, hospitales, edificios y otros sitios de aglomeraciones para producir el mayor número de víctimas, aparte del uso de armas químicas ya confirmado en varias ocasiones con miles de muertos. Se ha utilizada también la hambruna como arma, vista con crueldad en el campamento palestino de Yarmouk y en Homs. Son ya demasiados crímenes de guerra contra la humanidad que han sido documentados por organismos internacionales.

Al menos 225.000 ya han muerto y 4 millones (de una población de 22 millones) han escapado fuera del país y otros 7 millones desplazados dentro de Siria. La mayoría son niños que no pueden acceder a una escuela, sin que la comunidad internacional pueda ni siquiera esbozar lo mínimo necesario para frenar este drama de dimensiones regionales, incluso mundiales. Yo sé lo que es esto ya que lo he vivido de niño cuando mi familia fue expulsada de Haifa en Palestina en 1948, por la limpieza étnica que practicó el movimiento sionista para establecer su estado de Israel en Palestina.

El régimen dictatorial quiso desde un principio convertir esta revolución ciudadana pacífica por la libertad de la primavera árabe en algo que podría parecerse a una guerra entre su régimen dictatorial y grupos extremistas de AL- Qaeda, esperando ganar legitimación internacional. Para ello, en vez de liberar a los opositores democráticos los primeros días de la revolución, lo que hizo fue liberar a líderes de Al-Qaeda encarcelados, que posteriormente unos engrosaron y otros lideraron el frente llamado: Estado islámico en AL-Sham (La gran Siria) e Irak. Estos se enfrentan al resto de grupos opositores al régimen; detienen, matan y maltratan a la gente normal por no aplicar sus reglas; han secuestrado a periodistas, algunos ya liberados como los españoles Javier Espinosa y Ricardo García,así como los periodistas franceses: Didier François, Edouard Elias , Nicolás Hennin y Pierre Torres.

¿De dónde vienen estas creencias? De los dirigentes extremistas hoy, por supuesto. Pero también, históricamente, de califas y clérigos que se dieron cuenta de que la religión podría desempeñar una función muy útil para ellos: utilizándola para mantener a las masas en su sitio y asegurarse de que el poder pueda quedar en manos de unos  pocos selectos.

El mejor ejemplo de este pensamiento-control es la noción de que la ley Sharia es divinamente ordenada y debe ser aceptada en su totalidad sin lugar a dudas. De hecho, sus ordenanzas fueron inventadas en el siglo IX D.C. – cerca de dos siglos después de la muerte del profeta Muhammad – durante la era Abasí del imperio musulmán. La ley de la apostasía, por ejemplo, fue formulada para desalentar la rebelión contra el estado imperial,

Por ejemplo, en un decreto muy influyente del siglo X CE, el califa abasí Abdul Qadir, denunció el pensamiento crítico como contrario al Islam y ordenó a sus súbditos a disociarse de los filósofos y los pensadores libres, que estaban obligados a arrepentirse, a pesar de que numerosos versos en el Corán exhortan a los creyentes a pensar, reflexionar y plantear cuestiones.

Cuatrocientos años más tarde, cuando el poder había cambiado del Abasí en Bagdad a el Mameluk en Cairo, los eruditos religiosos prohibieron el razonamiento independiente sobre cuestiones de fe –  cerraron las puertas del ijtihad. Al hacerlo, creían  haber resuelto todos los problemas de la humanidad. Sin embargo, cerraron la puerta a la Ilustración en sus aspectos positivos.
Y aún continúa,  ejemplos recientes de intentos de suprimir el pensamiento crítico, ya al borde de lo absurdo. En septiembre de 2011, un clérigo Saudí pidió prohibir la astronomía  y  que los astrónomos sean castigados, porque alientan al escepticismo acerca de la Sharia. (Esto a pesar del hecho que la astronomía, considerada como una ciencia musulmana original, tiene una historia distinguida en la civilización islámica.) Este mes, un clérigo Saudí emitió una fatwa prohibiendo la construcción de muñecos de nieve porque representan seres humanos y por lo tanto están prohibidas por la ley sharia

El mensaje esencial de estos decretos históricos y contemporáneos es claro: los autoproclamados guardianes del Islam deben ser venerados, no cuestionados. Las normas dictadas deben ser aceptadas, no cuestionadas. Los pronunciamientos de los imames y jeques, mullahs y ayatolás – ya sean educados o semi-analfabetos – son tanto la palabra como la voluntad de Dios.

Pero a pesar de que estos déspotas religiosos podrían tener  sus seguidores creo que, en realidad la historia islámica está llena de pensadores libres que se han defendido contra tal autoritarismo. 

Durante el siglo VIII EC, cuando se estaba formando la Sharia, el  escritor y pensador persaIbn al-Muqaffa declaró que esta ley tenía el potencial de convertirse en una herramienta política en manos de los reyes y clérigos para manipular a los creyentes. Y durante los siglos IX y X, una serie de escritores, satíricos y librepensadores se le unió en denunciar el dogmatismo.

El erudito y científico de  naturaleza Abu Bakr al-Razi, insistió en que el Islam sin razón no tenía ningún valor.

Su contemporáneo, el científico Rayhan de Abu Al-Biruni, quien es considerado por algunos como un pensador libre, no sólo de su edad, sino a través de todas las edades, insistió en que era esencial  cuestionar todo – de la religión a la filosofía – y de respetar  la crítica, incluyendo de la religión, con el fin de beneficiarse de sus argumentos. Y el filósofo del siglo XII Ibn Rushd, Averroes en lenguas latinas, quien más tarde tuvo enorme influencia en el pensamiento europeo, argumentó que los asuntos de creencia deberían ser decididos solamente en base de la razón y la evidencia – una posición considerada tan peligrosa que sus numerosos libros fueron prohibidos, y él mismo Ibn Rushd fue deportado durante un tiempo..

Desde sus diferentes perspectivas, estos y muchos otros pensadores libres de la historia islámica llegaron a una conclusión común: el Islam patrocinado por el Estado está lleno de edictos y rituales que muchas veces son absurdos y un insulto a la razón. El Libre pensamiento era la única manera de cortar este sin sentido y acercarnos a Dios.

Todavía hoy hay algunos pensadores contemporáneos, siguiendo los pasos de los intelectuales clásicos. Como Nasr Hamid Abu Zayd, un egipcio que murió en julio de 2010, quien declaró que la sharia fue hecha por el hombre y que el Corán fue deliberadamente manipulado por los eruditos religiosos para justificar su incuestionable autoridad. Por querer una interpretación más humanista y contemporánea del Corán, fue marcado como un apóstata, requerido  para divorciarle a la fuerza de su esposa y ser perseguido en su país.

También, el gran poeta sirio Adonis, 85, ha sido declarado hereje y encarcelado por sus creencias, simplemente porque quiere volver a enmarcar el concepto de Dios en el Islam. Los ortodoxos, a Dios, dice, lo representan como el patriarca de una tribu árabe vengativo. Él cuestiona esta caracterización de Alá como lejano, perpetuamente enojado y sin piedad, siempre listo para castigar incluso la más pequeña desviación de la creencia correcta. Y en sus obras busca una conexión humana con un Dios misericordioso que siempre está cerca.

Hoy, al igual que a lo largo de la historia, todos los intentos de repensar nuestra comprensión y relación con Dios, para cuestionar  la creencia ortodoxa, para devolver la razón al Islam, son rechazados – no sólo por los fanáticos, sino por muchos musulmanes. Los artículos fabricados de fe parecen tener una fortaleza inexpugnable en muchas mentes musulmanas. Y así el legado de pensadores libres moderada, tan vital en este momento de la guerra sectaria dentro del Islam, se barre colectivamente bajo la alfombra aceptada, de una  doctrina artificial.

Este fenómeno es el problema central en todas las variedades del Islam. En ausencia de la razón y la crítica, esta herencia se ha convertido muchas veces  en algo tóxico, promoviendo a veces la intolerancia y el fanatismo; y en el peor, se manifiesta como  violencia terrorista contra inocentes y sin ver nada con la Jihad de autodefensa y el esfuerzo personal. Más musulmanes lo cuestionan, diciendo que tales manifestaciones no tienen nada que ver con el Islam. La ocupación, la falta de libertades y la violencia de regímenes nutren estos fenómenos.

Imagen: http://www.theliberal.co.uk/images/issue11/spectre_of_jihad.jpg


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