jueves, 8 de marzo de 2012

IDEOLOGÍA DE GÉNERO: CABALLO DE TROYA CULTURAL - Por Álvaro Fernández


En el Día Internacional de la Mujer, entendemos oportuno comentar algunos aspectos poco difundidos de la "ideología de género".

1.     Concepto de "Género"

Origen y uso del término en idioma español

De acuerdo con la Real Academia Española, “en inglés la voz gender se empleaba hasta el siglo XVIII con el sentido de ‘clase o tipo’ para el que inglés actual prefiere otros términos: kind, sort o class (...). Como en español, gender se utiliza también con el sentido de ‘género gramatical’. Pero, además, se documenta desde antiguo un uso (...) de gender como sinónimo de sex, sin duda nacido del empeño puritano en evitar este vocablo. Con el auge de los estudios feministas, en los años sesenta del siglo XX se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término gender con el sentido de ‘sexo de un ser humano’ desde el punto de vista específico de las diferencias sociales y culturales, en oposición a las biológicas, existentes entre hombres y mujeres”[1].

¿Qué opina la Real Academia Española?

“La palabra género tiene en español los sentidos generales de ‘conjunto de seres establecido en función de características comunes’ y ‘clase o tipo’” (género literario, género de vida, etc.) “En gramática significa ‘propiedad de los sustantivos y de algunos pronombres por la cual se clasifican en masculinos, femeninos y, en algunas lenguas, también en neutros’: El sustantivo ‘mapa’ es de género masculino. Para designar la condición orgánica, biológica, por la cual los seres vivos son masculinos o femeninos, debe emplearse el término sexo (...) Es decir, las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género). En español no existe tradición de uso de la palabra género como sinónimo de sexo.”[2]

En busca de una definición

De acuerdo con la definición original dada por la ONU en la IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer (Pekín, 1995), "El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo."[3]

Esta definición resultó un tanto ambigua y confusa, por lo que se dio esta otra: "El sentido del término 'género' ha evolucionado, diferenciándose de la palabra 'sexo' para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio."[4]

“Género” es por tanto, un concepto según el cual “las diferencias entre hombre y mujer responden a una estructura cultural, social y psicológica y no a condiciones biológicas”[5].  Para los partidarios de esta ideología, "no existe un hombre natural o una mujer natural, (...) no hay conjunción de características o de una conducta exclusiva de un sólo sexo, ni siquiera en la vida psíquica"[6]. Al desvincular la naturaleza sexuada y complementaria del varón y la mujer, la teoría de género concluye que la  complementariedad de los sexos para la reproducción, no es más que una “construcción social “biologizada”. Por tanto, no sería posible afirmar que la sexualidad “natural” sea la heterosexualidad[7].

En consecuencia, el feminismo radical termina afirmando que “ya no puede darse el lujo simplemente de vocear una tolerancia del 'lesbianismo' como 'estilo alterno de vida' o hacer alusión de muestra a las lesbianas. Se ha retrasado demasiado una crítica feminista de la orientación heterosexual obligatoria de la mujer"[8].

Podemos afirmar entonces con el P. Michael Schooyans, que “género” es una "ideología según la cual, los roles del hombre y la mujer no están dentro de la naturaleza, sino que son el resultado de la historia y de la cultura."[9]

2.     Género y sexualidad

La teoría de los intersexos

La ideología de género se basa, en definitiva, en la denominada “teoría de los interesexos”. Esta teoría afirma la existencia de cinco áreas fisiológicas: genes, hormonas, gónadas, órganos reproductivos internos y órganos reproductivos externos.

Según sea la distinta combinación de estas áreas, entre un hombre 100% heterosexual y una mujer 100% heterosexual, puede existir una enorme diversidad de “intersexos”, cuyo punto medio es el hermafroditismo.

“La masculinidad y la feminidad –dicen- no son excluyentes de uno u otro sexo, sino que son dimensiones que coexisten, en distinto grado, al interior de cada persona, hombre o mujer, y que estos esquemas genéricos van a determinar el comportamiento.”[10]

Habrían sin embargo, algunas clasificaciones primarias y provisorias para agrupar los “interesexos”, teniendo en cuenta sólo los caracteres sexuales internos y los “secundarios”: hombres, mujeres, herms o hermafroditas, y estos a su vez en merms o hermafroditas masculinos y ferms o hermafroditas femeninos. Otros autores clasifican a los seres humanos en las siguientes categorías: hombres heterosexuales, mujeres heterosexuales, hombres homosexuales, mujeres homosexuales, bisexuales y transexuales.

Roles socialmente construidos

De acuerdo con los ideólogos de género, la sociedad influye el contenido que cada uno le da al género, y por eso se habla de género como “sexo socialmente construido”. Esto significa que cada cultura concebiría subjetivamente qué es lo femenino y qué lo masculino. Un volante que circuló en las reuniones preparatorias de la Cumbre de Pekín decía que "género se refiere a los roles y responsabilidades de la mujer y del hombre que son determinados socialmente. El género se relaciona a la forma en que se nos percibe y se espera que pensemos y actuemos como mujeres y hombres, por la forma en que la sociedad está organizada, no por nuestras diferencias biológicas."[11]

Si esto es así, cada uno puede interpretar como quiera qué es ser varón y qué ser mujer; cada uno puede elegir hoy y ahora qué quiere ser, varón o mujer, y cambiar cuantas veces quiera esa elección. Uno ya no nacería hombre o mujer, sino que vendría al mundo con un sustrato biológico de hombre o de mujer –ocasionalmente de hermafrodita-, y luego podría ser lo que quisiera: el sexo no estaría determinado por la naturaleza, sino por el gusto y gana de cada uno. Por eso se habla de “opción sexual”: el sexo pasaría de ser algo que viene dado, a ser algo por lo que cada quien puede optar

“Aunque muchos crean que el hombre y la mujer son expresión natural de un plano genético, el género es producto de la cultura y el pensamiento humano, una construcción social que crea la 'verdadera naturaleza' de todo individuo".[12]

El uso del término “rol”, también lleva a confusión, pues “rol” es sinónimo de papel teatral, de representación de algo que en realidad uno no es. “El uso del término 'rol' o de la frase 'roles desempeñados' transmite necesariamente la sensación de algo artificial que se le impone a la persona.”[13]

De acuerdo con Dale O´Leary[14], cuando se sustituye 'rol' por vocación (por ejemplo), se pone de manifiesto cómo el término 'rol' afecta nuestra percepción de identidad. Vocación envuelve algo auténtico -no artificial-, un llamado a ser lo que somos. Respondemos a nuestra vocación a realizar nuestra naturaleza o a desarrollar nuestros talentos y capacidades innatos. Así podemos decir que la mayoría de las mujeres –sino todas-, tienen vocación de madre, y esta no es un rol ni un papel, sino verdadera vocación. “La cultura y la tradición ciertamente influyen sobre el modo en que la mujer cumple con las responsabilidades de la maternidad, pero no crean madres”, aclara O'Leary.
A pesar de ello, los ideólogos de género insisten en afirmar que “toda relación o actividad de los seres humanos es resultado de una "construcción social" que otorga al hombre una posición superior en la sociedad y a la mujer una inferior” [15]. Llevan así la lucha de clases al interior del matrimonio. Con lo cual, para liberar a la mujer y hacerla igual al hombre, hay que librar a la sociedad de estas “construcciones sociales".

3.     “Equidad” de Género

Una buena excusa: la igualdad de la mujer

Para las feministas radicales, “la “desigualdad de género” se da cuando los varones se hacen cargo de la vida pública, el poder y el trabajo; y las mujeres de la vida privada y la procreación: "Pensamos que ninguna mujer debería tener esta opción. No debería autorizarse a ninguna mujer a quedarse en casa para cuidar a sus hijos. La sociedad debe ser totalmente diferente. Las mujeres no deben tener esa opción, porque si esa opción existe, demasiadas mujeres decidirán por ella”[16]
Por eso, para que las mujeres puedan participar en la vida pública y ganar posiciones de poder, hay que eliminar a los hijos mediante la anticoncepción y el aborto. Esto es muy similiar a lo que planteaba Engels: “Conviene, por consiguiente, acabar con el matrimonio monogámico, y liberar a la mujer de los cargos de la familia, de la maternidad, del marido, etc. para que pueda dedicarse a la producción en la sociedad industrial”.[17]
"La igualdad feminista radical significa, no simplemente igualdad bajo la ley y ni siquiera igual satisfacción de necesidades básicas, sino más bien que las mujeres -al igual que los hombres- no tengan que dar a luz… La destrucción de la familia biológica que Freud jamás visualizó, permitirá la emergencia de mujeres y hombres nuevos, diferentes de cuantos han existido anteriormente."[18]
De este modo, quienes hablan de “género” y “equidad de género”, utilizan a la mujer para cambiar la cultura. La mujer es utilizada como excusa para difundir una ideología que va mucho más allá del respeto y la consideración debidas al notable aporte que ella hace día a día en todos los ámbitos de la sociedad (economía, política, educación, cultura, etc.).
Así, mientras el tradicional “feminismo de equidad” pugnaba por la igualdad legal y moral de los sexos, y por un tratamiento justo y sin discriminación para la mujer, “el feminismo del 'género' es una ideología que pretende abarcarlo todo, según la cual la mujer norteamericana está presa en un sistema patriarcal opresivo.”[19]
Toda la evidencia disponible muestra que el propósito de la “agenda de género”, “no es mejorar la situación de la mujer, sino separar a la mujer del hombre y destruir la identificación de sus intereses con los de sus familias.”[20] La feminista Heidi Hartmann afirma en este sentido que “La cuestión de la mujer nunca ha sido la 'cuestión feminista'. Esta se dirige a las causas de la desigualdad sexual entre hombres y mujeres, del dominio masculino sobre la mujer"[21].
Por tanto, “la "nueva perspectiva" tiene como objeto propulsar la agenda homosexual / lesbiana / bisexual / transexual, y no los intereses de las mujeres comunes y corrientes.”[22]

El cangrejo bajo la piedra

¿Cuál es verdadero objetivo de la ideología de género? “La meta de los promotores de la "perspectiva de género", fuertemente presente en Pekín, es llegar a una sociedad sin clases de sexo. Para ello, proponen desconstruir el lenguaje, las relaciones familiares, la reproducción, la sexualidad, la educación, la religión, la cultura, entre otras cosas.”[23]
De acuerdo con el D. Jorge Scala, “la ideología de género que pretende imponer en todo el mundo el movimiento feminista radical, con la colaboración del movimiento lésbico-gay tiene, como toda ideología, un objetivo político bien definido: llevar a su movimiento al poder, para dominar y someter a quienes –según estas personas- lo detentan hoy en día: los hombres heterosexuales.”[24]
Estos objetivos son bien diferentes, en todo caso, de la equidad de la mujer en el sentido otorgado al término por las primeras feministas o por el actual feminismo de raíz cristiana. Parece cada vez más claro que el feminismo de género no busca la igualdad de la mujer, ni el respeto de su libertad, ni su justa incorporación en todos los ámbitos de la sociedad, sino más bien el pleno dominio de cierto tipo de mujeres –lesbianas y abortistas- sobre el resto de la sociedad en su conjunto. “Queremos hacer notar que muchas de las líderes del movimiento de mujer y salud, del movimiento por los derechos reproductivos, del movimiento feminista y de otros movimientos sociales progresistas, son lesbianas.”[25]
Se trata por tanto de una verdadera “revolución cultural” a favor de ciertos intereses “de clase” y en contra de las estructuras sociales comunes a toda sociedad; en particular, contra la familia, en tanto escuela de valores. En el fondo, se trata de un choque de civilizaciones, de una lucha teológica. Así, mientras la civilización cristiana lucha por la dignidad de la persona, una civilización panteísta y ecologista pretende sustituir los 10 mandamientos por la “nueva moral” de la Carta de la Tierra. Para ello, no duda en perpetuar el dominio de los países ricos sobre los países pobres, pues en ellos se encuentra la mayor parte de la población del mundo, los recursos naturales y la reserva moral de la humanidad.

Manipulación del lenguaje

Una herramienta muy utilizada para “desconstruir” la sociedad y hacer triunfar la “revolución cultural”, es la manipulación del lenguaje. De acuerdo con Jorge Scala, “la táctica que utiliza la ideología de género, consiste en un movimiento de pinzas, que utiliza como instrumentos tanto a la educación formal, como a los medios masivos de comunicación social, y tiene tres etapas fundamentales:
  1. utilizar palabras del lenguaje común cambiando su contenido en forma subrepticia;
  2. bombardear a la opinión pública utilizando la palabra vieja, pero acercándose cada vez más al nuevo significado;
  3. finalmente la gente acepta el antiguo término con el nuevo contenido.

Así, cuando hablamos de pareja”, lo hacemos en sustitución de la palabra “matrimonio”. Con ello se han logrado tres objetivos fundamentales:
  1. desestigmatizar el concubinato, que ya no existe porque ahora se le llama pareja;
  2. eliminar el término matrimonio de los mass-media como etapa previa a la destrucción de la propia institución matrimonial;
  3. que en la percepción de las masas se tienda a homogeneizar todo tipo de parejas, ya sean estos concubinos, matrimonios o parejas homosexuales –para denominar a los cuales sí se usa, curiosamente, cada vez más el término “matrimonio”-.
Con la palabra género se ha hecho algo similar, pues los promotores de esta ideología pretenden que las personas -que sólo existen como varón o mujer-, elijan arbitrariamente a qué género quieren pertenecer independientemente de su sexo biológico. Así, al incorporarse la palabra género al lenguaje común, se termina hablando de la autoconstrucción de la propia sexualidad.[26]

4.     ¿“Desconstrucción” o destrucción de la sociedad?

Primer blanco: la familia

Para "desconstruir" la sociedad, las feministas de género buscan ante todo, desconstruir –o destruir- los “roles socialmente construidos", que según ellas, pueden ser divididos en cuatro categorías principalmente:
  1. Masculinidad y Feminidad.- Si el hombre y la mujer nacen sexualmente “neutrales” y luego son “socializados en hombre o mujer”, habrá que depurar la educación y los medios de comunicación de todo estereotipo masculino o femenino para no influir “negativamente en las nuevas generaciones, exponiéndoles a trabajos “sexo-específicos.”[27] De ahí la aparición en TV de muñecos y dibujos animados asexuados, cuando no con dudosas y hasta claras “tendencias homosexuales”.
  2. Relaciones familiares: padre, madre, marido y mujer.- Además de sustituir los términos "género-específicos" por palabras "género-neutrales", habrá que eliminar las diferencias de conducta y de responsabilidad entre el hombre y la mujer en la familia. Esta es la categoría de "roles socialmente construidos" a la que las feministas le atribuyen mayor importancia porque consideran que la experiencia de relaciones "sexo-específicas" en la familia son la principal causa del sistema de clases "sexo/géneros."[28] De ahí la importancia que le dan a la legalización de las parejas homosexuales, y a la adopción de hijos por parte de homosexuales, y a la educación y aún la crianza de los hijos por parte del Estado.
  3. Ocupaciones o profesiones.- El tercer tipo de "roles socialmente construidos" abarca las ocupaciones que una sociedad asigna a uno u otro sexo. Hace poco, en un informativo pasaron la noticia de que en un match de box, una mujer mató a otra de un golpe. Consecuencia no prevista por quienes pretenden evitar la “violencia de género”...
  4. Reproducción humana que, según dicen, también es determinada socialmente. Al respecto, Heidi Hartmann afirma: "La forma en que se propaga la especie es determinada socialmente. Si biológicamente la gente es sexualmente polimorfa y la sociedad estuviera organizada de modo que se permitiera por igual toda forma de expresión sexual, la reproducción sería resultado sólo de algunos encuentros sexuales: los heterosexuales. (...) En sociedades más imaginativas, la reproducción biológica podría asegurarse con otras técnicas"[29]. De ahí el fuerte respaldo de feministas y gays a todo tipo de técnicas tendientes a “fabricar vida” en forma artificial. 
"El final de la familia biológica eliminará también la necesidad de la represión sexual. La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones sexuales extramaritales ya no se verán en la forma liberal como opciones alternas, fuera del alcance de la regulación estatal… en vez de esto, hasta las categorías de homosexualidad y heterosexualidad serán abandonadas: la misma 'institución de las relaciones sexuales', en que hombre y mujer desempeñan un rol bien definido, desaparecerá. La humanidad podría revertir finalmente a su sexualidad polimorfamente perversa natural." Estas palabras de Alison Jagger, autora de diversos libros de texto utilizados en programas de estudios femeninos en Universidades norteamericanas, revelan claramente la hostilidad de las "feministas del género" frente a la familia.”[30]
Christine Riddiough, miembro de las "Católicas por el derecho a decidir" explica por qué es necesario destruir la familia: "La familia nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante y también le imparte legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil. Nuestras familias son las que nos enseñan primero la religión, a ser buenos ciudadanos… tan completa es la hegemonía de la clase dominante en la familia, que se nos enseña que ésta encarna el orden natural de las cosas. Se basa en particular en una relación entre el hombre y la mujer que reprime la sexualidad, especialmente la sexualidad de la mujer."[31]
Para los propulsores del "género", la familia y las cargas que implica son enemigas de la realización de la mujer, al afectar negativamente sus "proyectos profesionales". Por eso, lejos de querer que se represente auténticamente la vida de la mujer, buscan una estereotipificación inversa, según la cual las mujeres que "sólo" sean esposas y madres nunca aparezcan bajo un prisma favorable.

Ataque a la religión

En esta lucha por imponer la ideología de género, el peor enemigo a los ojos de las feministas –y “feministos”- de género, es la religión, a la que consideran “la causa principal de la opresión de la mujer”. No es raro por tanto, que ataquen sistemáticamente al Papa y a todos aquellos que, permaneciendo fieles a la Iglesia y a su Magisterio, se niegan a ceder ante reclamos contrarios a la naturaleza humana y a la ley natural.
Las feministas de género ven a todas las religiones como formas de fundamentalismo que atentan contra los derechos humanos de la mujer y la convierten en víctima de violencia externa. Elisabeth Schussler –autodenominada “teóloga feminista de género”- afirma que "los textos bíblicos no son revelación de inspiración verbal ni principios doctrinales, sino formulaciones históricas… Análogamente, la teoría feminista insiste en que todos los textos son producto de una cultura e historia patriarcal androcéntrica."[32] Otras “teólogas de género” afirman asimismo que hay que cambiar a Dios por Sophía, la sabiduría femenina, que hay que dejar de adorar a Dios, para adorar a “La Diosa”, o bien que la mujer debe encontrar a Dios en sí misma, en lugar de ver a un hombre como figura salvadora.[33] 
Por su parte, Joanne Carlson Brown y Carole R. Bohn, ven al cristianismo con el principal propulsor del abuso infantil: "El cristianismo –dice- es una teología abusiva que glorifica el sufrimiento. ¿Cabe asombrarse de que haya mucho abuso en la sociedad moderna, cuando la imagen teológica dominante de la cultura es el 'abuso divino del hijo' - Dios Padre que exige y efectúa el sufrimiento y la muerte de su propio hijo? Si el cristianismo ha de ser liberador del oprimido, debe primero liberarse de esta teología."[34]
La Santa Sede por su parte, señaló en los meses previos a Pekín, el peligro de la tendencia en el texto planteado por la ONU, a dejar de lado el derecho de las mujeres a la libertad de conciencia y de religión en las instituciones educativas.

Demolición de la filosofía realista y el sentido común

Otros dos “enemigos mortales” –si se puede hablar así- del género, son la filosofía realista y el sentido común. Si existen cosas reales, es lógico que cada cosa tenga su naturaleza, su esencia. El ser humano será por tanto, una unidad sustancial de materia y espíritu, en la que a pesar de las evidentes diferencias físicas y culturales entre los individuos, se reconoce una misma naturaleza humana y por tanto, una idéntica dignidad y unos idénticos derechos. Por eso no es lógico hablar de los derechos de la mujer, o de los derechos de los homosexuales como si fueran tipos distintos de personas, puesto que los derechos de ser humano –al ser inherentes a la persona- están ya implícitos en los derechos humanos fundamentales. Si todos compartimos la misma naturaleza, todos debemos regirnos por los mismos derechos.
El sentido común, por su parte, nos muestra que el hombre y la mujer tienen sexos complementarios, desde que se necesitan dos para concebir un hijo. Pero no sólo en ese sentido son complementarios varón y mujer, sino en todos los órdenes de la vida: el hombre aplica en muchas de sus tareas la fuerza física, y la mujer en las suyas, la ternura, la delicadeza. El hombre por lo general aporta una buena dosis de racionalidad en las cosas que hace, mientras que la mujer aporta sentimientos, emociones, intuiciones. Incluso hay quienes afirman que “los sexos determinan diferencias más acusadas en los aspectos psicológicos, que en lo biológico de los seres humanos; y que esa diversidad muestra que tanto el varón como la mujer están llamados a la entrega libre de sí mismos, al don interpersonal recíproco, cuya dimensión básica, aunque no exclusiva, es el matrimonio y la familia.”[35]
Es por tanto de sentido común, que la relación afectiva natural entre dos seres humanos, es la heterosexual. De mismo modo, es de sentido común que los órganos que se utilizan en las relaciones homosexuales, fueron establecidos por la naturaleza para otros fines. Nadie puede comer por la nariz, ni sonarse la nariz por la boca cuando está resfriado, ni oler con los oídos, ni oír con la lengua: nadie puede “construir” a su antojo su sensitividad. Lo mismo sucede con la sexualidad: es de sentido común que nadie puede construirla a su antojo.
Una feminista argentina -Marta Lamas- afirmaba en una reunión preparatoria del Foro de Organismos Gubernamentales que “la investigación, reflexión y debate alrededor del género conduce ineluctablemente a desencializar la idea de mujer y de hombre, con todas las consecuencias epistemológicas que eso implica.”[36].
Parece claro entonces que para las feministas de género, es muy importante desencializar la idea de mujer y de hombre, esto es, vaciar de su esencia o contenido a estos conceptos, hacer que hombre y mujer dejen de ser lo que son para convertirlos en otra cosa: pura materia orgánica sobre la cual se puede construir cualquier tipo de sexualidad. Esto es nada más ni nada menos que la total negación de la antropología realista, y del concepto de naturaleza humana. Pero no es una negación racional, en virtud de que se tienen nuevos datos científicos, sino una negación puramente ideológica que nada tiene que ver con la realidad.

5.     Revolución cultural

Copar la educación

Para imponer esta revolución cultural, las feministas de género proponen la "desconstrucción de la educación".  Así lo dijo la Presidenta de Islandia, Vigdis Finnbogadottir, en una conferencia preparatoria a la Conferencia de Pekín en febrero de 1995: “urge desconstruir no sólo la familia sino también la educación. Las niñas deben ser orientadas hacia áreas no tradicionales y no se las debe exponer a la imagen de la mujer como esposa o madre, ni se les debe involucrar en actividades femeninas tradicionales.”[37]
"La educación es una estrategia importante para cambiar los prejuicios sobre los roles del hombre y la mujer en la sociedad. La perspectiva del 'género' debe integrarse en los programas. Deben eliminarse los estereotipos en los textos escolares y concientizar en este sentido a los maestros, para asegurar así que niñas y niños hagan una selección profesional informada, y no en base a tradiciones prejuiciadas sobre el 'género'."
A tales efectos, se propone utilizar la escuela, empezando por la educación inicial de los niños[38].
Las feministas de género desconocen así, el derecho humano de los padres a elegir la educación de los hijos tanto en materia religiosa como moral, de acuerdo con sus propias convicciones. Este derecho es inalienable. Para atropellar este derecho, han llegado a cambiar el significado del término “confidencialidad”, que tiene excepciones precisamente cuando se trata de menores, y ahora se escudan detrás de él para que los médicos y personal sanitario puedan repartir gratuitamente métodos anticonceptivos a menores sin el consentimiento de sus padres[39]. Esta nueva concepción del concepto de confidencialidad, estaba implícita en el libro “¡Escucha, Aprende y Vive!” publicado en el año 2.000 por ONUSIDA, ANEP y el CODICEN. El sustituto actual de aquel libro, se puede encontrar en Internet: http://www.iniciativalatinoamericana.org/main.html 
A los efectos de provocar un cambio cultural en las nuevas generaciones, se pretende establecer todo tipo de programas a través de instituciones públicas o privadas para difundir la ideología de género; en la Intendencia Municipal de Montevideo, funciona una Comisión de la Mujer, uno de cuyos objetivos específicos es: “Contribuir al cambio de las imágenes femenina y masculina que surge de los estereotipos tradicionales y que fomente relaciones hombre-mujer basados en el respeto y la solidaridad.”[40]
En Uruguay existe, en la Facultad de Psicología de la Universidad en la República, una Cátedra Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y Género[41], que cuenta con el auspicio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y del tristemente célebre Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP). A cargo de esta Cátedra de Sexualidad[42], está una de las firmantes del mencionado Caucus de Lesbianas[43]. Esta misma persona, elaboró con el apoyo del FNUAP una “guía metodológica” para apoyar a “Equipos técnicos de los Centros CAIF en Género  y Salud Sexual y Reproductiva.

Copar los medios de “comunicación”

Una forma muy difundida de para convencer a la opinión pública de ideas que nadie en su sano juicio estaría dispuesto a aceptar, es “trabajar sobre al conciencia individual (de los teleespectadores) criticando y -demoliendo- los fundamentos del realismo y del sentido común. En este sentido, se da una importancia fundamental a la cultura de la imagen, que ataca más a lo emocional que a lo racional.”[44]
En este sentido, los ideólogos de género utilizan una estrategia similar a la del movimiento gay. En un artículo titulado “Por qué hollywood promueve la causa "gay"”[45] publicado por el crítico de cine Michael Medved, se desenmascara la agenda gay. Allí se cita un artículo de la revista gay Christopher Street, en el que el lobby gay declara abiertamente su estrategia:
  1. Insensibilizar al público: Aquí el objetivo es hacer de la homosexualidad algo tan aburrido, que llegue a parecer normal. Esto se bombardeando a los espectadores con imágenes de homosexuales en diversidad de programas y películas. Lo importante es que se vea la homosexualidad con indiferencia, desapasionadamente, como algo muy normal.
  2. Presentar a los gays como víctimas: Partiendo del hecho de que los medios audiovisuales son los más poderosos creadores de imagen, se propone entrar a través de ellos en los hogares como en un caballo de Troya. El mensaje a transmitir es que los gays (“normales” y “buenos”) son víctimas del “fundamentalismo” moral reinante. Se busca con ello que los heterosexuales se conmuevan y se sientan inclinados a protegerlos y ampararlos: “Debemos vencer la tentación de hacer alarde público de nuestro "orgullo gay" cuando esto entre en conflicto con la imagen del gay como víctima”.
  3. Satanizar al oponente: Finalmente, habrán de “arremeter contra los que todavía se opongan. Hay que vilipendiarlos. Aquí nuestro objetivo es doble. Primero, hemos de procurar cambiar su arrogancia en sentimiento de vergüenza y de culpa por ser homófobos. Segundo, hay que mostrar al público imágenes de homófobos acérrimos que tengan otros rasgos y creencias desagradables para el americano medio. Entre tales imágenes podrían estar: el Klu Klux Klan pidiendo que se queme vivos a los gays o se los castre; pastores fanáticos del sur que babean de odio histérico hasta el punto de que parezcan cómicos y trastornados; punkies, matones y criminales que hablen en tono amenazador y descarado de los "maricas" que han matado o les gustaría matar; un recorrido por los campos nazis donde se torturaba y gaseaba a homosexuales.”
Los ideólogos de género, siguen una estrategia similar: normalizar lo anormal, presentar como víctimas a las mujeres, gays y lesbianas y vilipendiar a quienes se oponen a la imposición de esta ideología.
Por eso no nos extrañan los ataques recibidos por los católicos –del Papa hasta el último laico- cuando salen a la opinión pública a decir la verdad. Es importantísimo aquí el papel de la prensa oral y escrita, ya sea a favor o en contra: en el mundo actual, la gente tiende a identificar, por un lado, lo bueno con lo legal y lo malo lo ilegal. Por otro, tiende a creer que la verdad es la última noticia aparecida en el diario, las revistas, la radio o la tele, sin importar demasiado las aclaraciones posteriores que hagan los medios si dieron una noticia errónea.

6.     Género y derechos humanos

“Derechos sexuales y reproductivos”

La defensa de unos presuntos “derechos sexuales y reproductivos”, es una de las tantas banderas que enarbolan las feministas –y “feministos”- de género.
Sin embargo, para el movimiento feminista estos derechos son meras herramientas para alcanzar su objetivo final: obtener un mayor poder político con miras a la “construir la ciudadanía”; en buen romance, esto significa que –en palabras de la feminista Cristina Zurutuza- “el feminismo crea un nuevo campo y, sobre todo, subvierte profundamente sus sentidos.” (...) “Vale la pena preguntarnos sobre las estrategias para lograr que las leyes vayan recogiendo la denominada “perspectiva de género”. Es cierto que se trata de una lógica casi antagónica con el dispositivo jurídico tradicional[46]. De acuerdo con este esquema, surgen los “derechos sexuales y reproductivos”, con el pseudoderecho al aborto a la cabeza.
Según el Dr. Jorge Scala, uno de los hechos más preocupantes en materia de derechos humanos, se produjo en la Conferencia de Viena de la ONU en 1993, a partir de la cual los derechos humanos tienen 4 características:
  1. Son pactables por consenso de las naciones. Según esta concepción, ya no se consideran inherentes a las personas, sino que los dan los Estados.
  2. Son universales, se pueden aplicar a todos los seres humanos (mientras existan y no sean cambiados por otros).
  3. Son variables, según se modifiquen los acuerdos políticos entre los Estados: los débiles quedan siempre a merced de los fuertes.
  4. Pueden desaparecer, si se pierde el consenso político respecto de alguno de ellos.
Nos permitimos agregar un 5° punto no declarado explícitamente: se pueden “crear” o “inventar” nuevos derechos, inexistentes en la realidad. Tal es la tergiversación que ha hecho la ONU de los derechos humanos.

Por tanto, si los derechos humanos son variables y pactables, no son inmutables, sino que pueden cambiar si hay acuerdo entre los Estados. Un indicador del posible alcance de los “derechos sexuales y reproductivos”, lo dan las propias feministas cuando dicen que "una estrategia apropiada y viable del derecho al aborto es la de informar a toda mujer que la penetración heterosexual es una violación, sea cual fuere su experiencia subjetiva contraria."[47]

¿Y los Derechos Humanos fundamentales?

De acuerdo con el derecho natural, el primer derecho humano es el derecho a la vida de todo ser inocente, desde la concepción hasta la muerte natural. Sobre él se afirman el derecho a la supervivencia individual y el derecho a la supervivencia de la especie[48].
Derechos humanos derivados de estos principales, son el derecho al matrimonio indisoluble, el derecho a la procreación, el derecho de mantener a los hijos -si es necesario con ayuda de la sociedad- y el derecho a la educación de los hijos[49].
También son de gran importancia para el perfeccionamiento personal y social el derecho a la libertad religiosa, el derecho a no ser esclavo o siervo, el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica, el derecho a la igualdad ante la ley, el derecho a la nacionalidad, a la libertad de pensamiento, etc.[50]
Asimismo, la percepción de las feministas en cuanto a que toda relación sexual implica una violación (de la mujer y de los Derechos Humanos), contrasta notablemente con la Declaración Universal de los Derechos Humanos promulgada por la ONU en 1948. En el artículo 16 de la misma, las Naciones Unidas defienden enfáticamente a la familia y al matrimonio:
  1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
  2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
  3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Género y políticas antinatalistas

De acuerdo con Rita Barros, experta en asuntos de familia, la ideología de “género” es, desde el punto de vista político, “una estrategia para el control de la capacidad procreativa del ser humano y un mecanismo para crear una nueva sociedad sin diferencias de sexo, de clases y de puntos de vista.”[51]
“La ideología de género responde a dos líneas de acción: imponer nuevos criterios morales acordes con los principios de la sustentabilidad -mentalidad ecologista-, unificando los sistemas de creencias. Al mismo tiempo, pretende manipular las conductas humanas vinculadas a la generación de la especie para digitarla y controlarla. El objetivo es el de siempre: el control de los recursos naturales con fines económicos.
¿Por qué? Porque la población y los recursos naturales, son más abundantes en los países del Tercer Mundo que en los países industrializados: si la población de los primeros aumenta, se incrementa la demanda y suben los precios de las materias primas. Por eso los países ricos quieren controlar la población de los países pobres: para mantener bajos los precios de los commodities, y para que evitar que crezca numéricamente, la reserva moral de la humanidad: la mayor parte de los cristianos está en América Latina.
La ideología de género pretende “blanquear culturalmente, todos aquellos elementos técnicos que un gobierno puede esgrimir a la hora de aplicar políticas de control demográfico. Para ello se promueven estilos de vida no procreativos, en particular la homosexualidad, que es la herramienta más poderosa que tiene un gobierno para hacer control demográfico, sin que le cueste un peso. Además, induce conductas, y modifica de un modo tan profundo el esquema de pensamiento, el esquema moral de la población, que hace que la misma población ansíe para sí el no tener hijos.” [52]
Estas ideas para el control de la población estaban ya en la Antigua Grecia y en el Impero Romano; ello condujo a la caída de ambos imperios. Hoy, estas ideas están en casi todos los documentos de la ONU, el Banco Mundial, y de diversos organismos internacionales.
“Entre los documentos presentados al evaluar el Plan de Acción de la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo (1994) –comenta Rita Barros-, figuraba la siguiente expresión: género, para estabilizar la población.. (...) Años antes, en una conferencia realizada en Río de Janeiro, la Fundación Rockefeller -una de las que más ha promovido el control demográfico en el mundo- presentó una propuesta de género. Cuando le preguntaron a Steve Rockefeller por qué la Carta de la Tierra asumía tres puntos que estaban vinculados a la cuestión de género, contestó: “Porque es necesario para estabilizar la población.”[53]
Desde hace años esta propuesta se viene introduciendo en las legislaciones de los países del Tercer Mundo sin que ella sea suficientemente conocida por el pueblo. Además, se ha ido colando dentro del lenguaje común de la gente, sin que haya existido una posibilidad de conocimiento profundo sobre el significado real de “género”, y de que manera está siendo aplicado en nuestros países.”
Queda claro entonces el nexo entre la ideología de género y el control de la población en el mundo entero. Hoy esta teoría está siendo introducida en los programas escolares con el fin de modificar su el pensamiento de las nuevas generaciones desde su más tierna infancia. Si nos fijamos en algunos textos escolares, ya han comenzado a introducir una filosofía pro-homosexualidad en la educación primaria.
En la Apertura del Seminario de Propuestas “Educación Sexual en Uruguay: LA materia pendiente”, el Dr. Álvaro Arroyo decía: “La Educación Sexual debe ser vista como la concreción de ese derecho que todas las personas tienen a acceder a información respecto de su sexualidad. Información que debe ser precisa, de calidad, en lugar y forma oportuna, con perspectiva de género, para así poder tener la oportunidad de tomar decisiones positivas para la salud a lo largo de toda la vida.”[54] Puede verse que entre los patrocinantes de dicha página web se encuentran el Banco Mundial, la UNESCO, ONUSIDA y UNICEF: un banco internacional y tres agencias de la ONU. Más claro, imposible.

7.     Conclusiones

La ideología de género afirma que nadie nace varón o mujer, sino que sobre un sustrato biológico masculino o femenino, la sociedad nos construye unos roles y luego nos obliga a comportarnos de acuerdo a ellos.
Para ser verdaderamente libres –según esta ideología- deberíamos desligarnos de esos roles asignados por la sociedad de manera antinatural, y construirlos cada uno según le plazca, de manera autónoma. Así, un niño podría ser biológicamente varón o mujer, e independientemente de ello –si se eliminan los estereotipos y se le brinda un ambiente “adecuado”- podrá hacerse –“libremente”- varón o mujer, y cambiar cuantas veces quiera su opción sexual. Esta teoría niega, claramente, la naturaleza humana. Y contraría la ley natural.
Para lograr el cambio cultural, la ideología de género debe vencer varios obstáculos: la familia, la religión –en particular la Iglesia Católica- y la filosofía realista y el sentido común.
Para lograr esto, se han propuesto “copar” la educación y los medios de comunicación, en particular la prensa. El objetivo es llevar a cabo una verdadera revolución cultural con el objetivo de imponer a toda la humanidad unos estilos de vida antiprocreativos –una “sexualidad polimorfamente perversa”-, fomentando al mismo tiempo un pensamiento “light” que permita manipular y controlar a la población con fines económicos 
El poder, el dominio y la posesión de los bienes materiales, importan más que el respeto a los Derechos Humanos fundamentales, de los cuales la Iglesia es la principal defensora. Entre estos derechos, destacan el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, al matrimonio, a la familia, a la libertad de religión y a la libertad de opinión.
La mujer es la principal víctima de esta ideología. Gracias al “género”, quedará –no cabe duda- en condición mucho peor que la que jamás estuvo:
  1. víctima del aborto, porque la mitad de los niños que se abortan, son mujeres;
  2. víctima de la FIVET, porque la mitad de los embriones secuestrados, son mujeres;
  3. embarazada y abandonada, víctima del “se usa y se tira”;
  4. víctima del síndrome pos-aborto, problema del que los “pro-género” jamás informan;
  5. víctima del divorcio, que siempre genera pobreza;
  6. víctima de los anticonceptivos, que no pocas veces traen enfermedades;
  7. víctima del SIDA, por la falsa garantía de protección atribuida al preservativo;
  8. víctima de la cirugía estética, la bulimia, la anorexia y la cultura de la imagen;
  9. víctima de pasiones descontroladas, que a veces, la terminan prostituyendo.
Por eso Juan Pablo II, escribió en su mensaje a la presidenta de la Cumbre de Pekín, que “el éxito de la Conferencia dependerá de si ofrece una visión verdadera de la dignidad y de las aspiraciones de la mujer.” Pero “igualdad de dignidad no significa ser idéntica al hombre. Esto sólo empobrecería a la mujer y a toda la sociedad, deformando o perdiendo la riqueza única y los valores propios de la femineidad.” (...) “Ninguna respuesta a las cuestiones que atañen a la mujer puede olvidar su papel en la familia o tomar a la ligera el hecho de que toda vida nueva está confiada totalmente a la protección y al cuidado de la mujer que la lleva en su seno (cf. E.V., 58). Para respetar este orden natural, es necesario oponerse a la falsa concepción según la cual el papel de la maternidad es opresivo para la mujer, y que un compromiso con su familia, particularmente con sus hijos, le impide alcanzar la plenitud personal.” 



[1] Informe de la Real Academia Española sobre la expresión “violencia de género”
[2] Informe de la Real Academia Española sobre la expresión “violencia de género”
[3] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. Conferencia Episcopal Peruana. En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.
[4] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P. En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org..
[5] La perspectiva de género en el sistema educativo. Rita Barros de Sverdlik
[6] La autora de esta última propuesta de definición, fue Bella Abzug, exdiputada estadounidense, quien en defensa del uso del término género, afirmó: "El concepto de 'género' está enclavado en el discurso social, político y legal contemporáneo. Ha sido integrado a la planificación conceptual, al lenguaje, los documentos y programas de los sistemas de las Naciones Unidas… los intentos actuales de varios Estados Miembros de borrar el término 'género' en la Plataforma de Acción y reemplazarlo por 'sexo' es una tentativa insultante y degradante de revocar los logros de las mujeres, de intimidarnos y de bloquear el progreso futuro". (Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P. En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.)
[7] Cfr. La perspectiva de género en el sistema educativo. Rita Barros de Sverdlik
[9] La filosofía del género. Daniel Calcaterra. Church Forum. http://www.www.churchforum.org
[10] La perspectiva de género en el sistema educativo. Rita Barros de Sverdlik
[12] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P. En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.
[13] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P. En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.
[14] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P. En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.
[17] "El Origen de la Familia Propiedad y el Estado", Frederick Engels, 1884.
[24] Jorge Scala, “Género y Derechos Humanos”, Ed. Promesa.
[25] Declaración del Caucus de Lesbianas[25] - 9no. Encuentro Internacional Mujer y Salud, Toronto, Canadá - Agosto 12-17, 2002
[26] Cfr. Jorge Scala, “Género y Derechos Humanos”, Ed. Promesa.
[35] Jorge Scala, op. cit.
[36] Jorge Scala, op. cit.
[38] En Uruguay, con apoyo del Fondo de Naciones Unidas para Actividades de Población, se elaboró un Manual para capacitación en “Género” de técnicos que trabajan en CENTROS CAIF (red nacional de guarderías).
[39] Jorge Scala, op. cit.
[44] Eduardo Martín Quintana, “Aproximación a Gramsci”, Ediciones de la Universidad Católica Argentina.
[45] Aceprensa, Servicio 56/99 (www.aceprensa.com). Michael Medved, estadounidense, judío, es crítico de cine y televisión, autor del libro Hollywood versus America (ver servicio 167/92) y, junto con su esposa, Diane, del más reciente Saving Childhood (HarperCollins, Nueva York, 1998). El artículo en el que figuran estos datos es una versión adaptada de su intervención en el simposio "Homosexuality and American Public Life", organizado por el American Public Philosophy Institute en 1997.
[46] Jorge Scala, op. cit.
[48] Jorge Scala, op. cit.
[49] Jorge Scala, op. cit.
[50] Jorge Scala, op. cit.
[51] Com. Pers., Mayo de  2005..
[52] Conferencia “Ideología de Género y sus posibles consecuencias para la familia” Rita Barros, Agosto de 2001, Montevideo, Uruguay.
[53] Conferencia “Ideología de Género y sus posibles consecuencias para la familia” Rita Barros, Agosto de 2001, Montevideo, Uruguay.
[54] http://www.iniciativalatinoamericana.org/main.html  (El seminario de realizó en setiembre de 2004) 

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