1. Concepto de "Género"
Origen y uso del término en idioma español
De acuerdo con la Real Academia
Española, “en inglés la voz gender
se empleaba hasta el siglo XVIII con el sentido de ‘clase o tipo’ para el que
inglés actual prefiere otros términos: kind,
sort o class (...). Como en español, gender se utiliza también
con el sentido de ‘género
gramatical’. Pero, además, se documenta desde antiguo un uso (...) de gender como sinónimo de sex, sin duda nacido del empeño puritano
en evitar este vocablo. Con el auge de los estudios feministas,
en los años sesenta del siglo XX se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón
el término gender
con el sentido de ‘sexo de
un ser humano’ desde el punto de vista específico de las
diferencias sociales y culturales, en oposición a las biológicas, existentes
entre hombres y mujeres”[1].
“La palabra género tiene en español
los sentidos generales de ‘conjunto de seres establecido en función de
características comunes’ y ‘clase o tipo’” (género literario, género de vida,
etc.) “En gramática significa ‘propiedad de los sustantivos y de algunos
pronombres por la cual se clasifican en masculinos, femeninos y, en algunas
lenguas, también en neutros’: El
sustantivo ‘mapa’ es
de género masculino. Para designar la condición orgánica,
biológica, por la cual los seres vivos son masculinos o femeninos, debe
emplearse el término sexo (...) Es
decir, las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen
sexo (y no género). En español no existe tradición de
uso de la palabra género como sinónimo de sexo.”[2]
En busca de una definición
De acuerdo con la definición original
dada por la ONU en la IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la
Mujer (Pekín, 1995), "El género se refiere a las relaciones entre
mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u
otro sexo."[3]
En busca de una definición
Esta definición resultó un tanto
ambigua y confusa, por lo que se dio esta otra: "El sentido del término
'género' ha evolucionado, diferenciándose de la palabra 'sexo' para expresar la
realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son
construcciones sociales sujetas a cambio."[4]
“Género” es por tanto, un concepto según
el cual “las diferencias entre hombre y mujer responden a una estructura
cultural, social y psicológica y no a condiciones biológicas”[5]. Para los partidarios de esta ideología,
"no existe un hombre natural o una mujer natural, (...) no hay conjunción
de características o de una conducta exclusiva de un sólo sexo, ni siquiera en
la vida psíquica"[6].
Al desvincular la naturaleza sexuada y complementaria del varón y la mujer, la
teoría de género concluye que la
complementariedad de los sexos para la reproducción, no es más que una
“construcción social “biologizada”. Por tanto, no sería posible afirmar que la
sexualidad “natural” sea la heterosexualidad[7].
En consecuencia, el feminismo radical
termina afirmando que “ya no puede darse el lujo simplemente de vocear una tolerancia
del 'lesbianismo' como 'estilo alterno de vida' o hacer alusión
de muestra a las lesbianas. Se ha retrasado demasiado una crítica
feminista de la orientación heterosexual obligatoria de la mujer"[8].
Podemos afirmar
entonces con el P. Michael Schooyans, que “género” es una "ideología
según la cual, los roles del hombre y la mujer no están dentro de la
naturaleza, sino que son el resultado de la historia y de la cultura."[9]
2. Género y sexualidad
La ideología de género se basa, en
definitiva, en la denominada “teoría de los interesexos”. Esta teoría afirma la
existencia de cinco áreas fisiológicas: genes, hormonas, gónadas, órganos
reproductivos internos y órganos reproductivos externos.
2. Género y sexualidad
La teoría de los intersexos
Según sea
la distinta combinación de estas áreas, entre un hombre 100% heterosexual y una
mujer 100% heterosexual, puede existir una enorme diversidad de “intersexos”,
cuyo punto medio es el hermafroditismo.
“La
masculinidad y la feminidad –dicen- no son excluyentes de uno u otro
sexo, sino que son dimensiones que coexisten, en distinto grado, al interior de
cada persona, hombre o mujer, y que estos esquemas genéricos van a determinar
el comportamiento.”[10]
Habrían
sin embargo, algunas clasificaciones primarias y provisorias para agrupar los
“interesexos”, teniendo en cuenta sólo los caracteres sexuales internos y los
“secundarios”: hombres, mujeres, herms o hermafroditas, y estos a su vez en
merms o hermafroditas masculinos y ferms o hermafroditas femeninos. Otros
autores clasifican a los seres humanos en las siguientes categorías: hombres
heterosexuales, mujeres heterosexuales, hombres homosexuales, mujeres
homosexuales, bisexuales y transexuales.
Roles socialmente construidos
De acuerdo con los ideólogos de género,
la sociedad influye el contenido que cada uno le da al género, y por eso se
habla de género como “sexo socialmente construido”. Esto significa que cada
cultura concebiría subjetivamente qué es lo femenino y qué lo masculino. Un
volante que circuló en las reuniones preparatorias de la Cumbre de Pekín decía
que "género se refiere a los roles y responsabilidades de la mujer y
del hombre que son determinados socialmente. El género se relaciona a la forma
en que se nos percibe y se espera que pensemos y actuemos como mujeres y
hombres, por la forma en que la sociedad está organizada, no por nuestras
diferencias biológicas."[11]
Roles socialmente construidos
Si esto es así, cada uno puede
interpretar como quiera qué es ser varón y qué ser mujer;
cada uno puede elegir hoy y ahora qué quiere ser, varón o mujer,
y cambiar cuantas veces quiera esa elección. Uno ya no nacería hombre o
mujer, sino que vendría al mundo con un sustrato biológico de hombre o de mujer
–ocasionalmente de hermafrodita-, y luego podría ser lo que quisiera: el
sexo no estaría determinado por la naturaleza, sino por el gusto y gana de cada
uno. Por eso se habla de “opción sexual”: el sexo pasaría de ser
algo que viene dado, a ser algo por lo que cada quien puede optar.
“Aunque muchos crean
que el hombre y la mujer son expresión natural de un plano genético, el género
es producto de la cultura y el pensamiento humano, una construcción social que
crea la 'verdadera naturaleza' de todo individuo".[12]
El uso del término “rol”, también
lleva a confusión, pues “rol” es sinónimo de papel teatral, de representación
de algo que en realidad uno no es. “El uso del término 'rol' o de la frase
'roles desempeñados' transmite necesariamente la sensación de algo
artificial que se le impone a la persona.”[13]
De acuerdo con Dale O´Leary[14], cuando se sustituye 'rol'
por vocación (por ejemplo), se
pone de manifiesto cómo el término 'rol' afecta nuestra percepción de
identidad. Vocación
envuelve algo auténtico -no artificial-, un llamado a ser lo que somos. Respondemos a nuestra vocación a realizar nuestra
naturaleza o a desarrollar nuestros talentos y capacidades innatos. Así podemos
decir que la mayoría de
las mujeres –sino todas-, tienen vocación de madre, y esta no es un rol ni un papel, sino verdadera
vocación. “La cultura y
la tradición ciertamente influyen sobre el modo en que la mujer cumple con las
responsabilidades de la maternidad, pero no crean madres”, aclara O'Leary.
A pesar de ello, los ideólogos de
género insisten en afirmar que “toda relación o actividad de los seres
humanos es resultado de una "construcción social" que otorga al
hombre una posición superior en la sociedad y a la mujer una inferior” [15].
Llevan así la lucha de clases al interior del matrimonio. Con lo cual, para
liberar a la mujer y hacerla igual al hombre, hay que librar a la sociedad de
estas “construcciones sociales".
3.
“Equidad” de Género
Una buena excusa: la igualdad de la mujer
Para las feministas radicales, “la
“desigualdad de género” se da cuando los varones se hacen cargo de la vida
pública, el poder y el trabajo; y las mujeres de la vida privada y la
procreación: "Pensamos que ninguna mujer debería tener esta opción. No
debería autorizarse a ninguna mujer a quedarse en casa para cuidar a sus hijos.
La sociedad debe ser totalmente diferente. Las mujeres no deben tener esa
opción, porque si esa opción existe, demasiadas mujeres decidirán por ella”[16]
Por eso, para que las mujeres puedan
participar en la vida pública y ganar posiciones de poder, hay que eliminar a
los hijos mediante la anticoncepción y el aborto. Esto es muy similiar a lo que
planteaba Engels: “Conviene, por consiguiente, acabar con el matrimonio
monogámico, y liberar a la mujer de los cargos de la familia, de la maternidad,
del marido, etc. para que pueda dedicarse a la producción en la sociedad industrial”.[17]
"La igualdad
feminista radical significa, no simplemente igualdad bajo la ley y ni siquiera
igual satisfacción de necesidades básicas, sino más bien que las mujeres -al
igual que los hombres- no tengan que dar a luz… La destrucción de la familia
biológica que Freud jamás visualizó, permitirá la emergencia de mujeres y
hombres nuevos, diferentes de cuantos han existido anteriormente."[18]
De este
modo, quienes hablan de “género” y “equidad de género”, utilizan
a la mujer para cambiar la cultura. La mujer es utilizada como excusa para
difundir una ideología que va mucho más allá del respeto y la consideración
debidas al notable aporte que ella hace día a día en todos los ámbitos de la
sociedad (economía, política, educación, cultura, etc.).
Así, mientras el tradicional “feminismo
de equidad” pugnaba por la igualdad legal y moral de los sexos, y por un
tratamiento justo y sin discriminación para la mujer, “el feminismo del
'género' es una ideología que pretende abarcarlo todo, según la cual la mujer norteamericana
está presa en un sistema patriarcal opresivo.”[19]
Toda la
evidencia disponible muestra que el propósito de la “agenda de género”, “no
es mejorar la situación de la mujer, sino separar a la mujer del hombre y
destruir la identificación de sus intereses con los de sus familias.”[20]
La feminista Heidi Hartmann afirma en este sentido que “La cuestión de la
mujer nunca ha sido la 'cuestión feminista'. Esta se dirige a las causas de la
desigualdad sexual entre hombres y mujeres, del dominio masculino sobre la
mujer"[21].
Por tanto,
“la "nueva perspectiva" tiene como objeto propulsar la agenda
homosexual / lesbiana / bisexual / transexual, y no los intereses de las
mujeres comunes y corrientes.”[22]
El cangrejo bajo la piedra
¿Cuál es verdadero objetivo de la
ideología de género? “La meta de los promotores de la "perspectiva de
género", fuertemente presente en Pekín, es llegar a una sociedad sin
clases de sexo. Para ello, proponen desconstruir el lenguaje, las relaciones
familiares, la reproducción, la sexualidad, la educación, la religión, la
cultura, entre otras cosas.”[23]
De acuerdo con el D. Jorge Scala, “la
ideología de género que pretende imponer en todo el mundo el movimiento
feminista radical, con la colaboración del movimiento lésbico-gay tiene, como toda
ideología, un objetivo político bien definido: llevar a su movimiento al poder,
para dominar y someter a quienes –según estas personas- lo detentan hoy en día:
los hombres heterosexuales.”[24]
Estos
objetivos son bien diferentes, en todo caso, de la equidad de la mujer en el
sentido otorgado al término por las primeras feministas o por el actual
feminismo de raíz cristiana. Parece cada vez más claro que el feminismo de
género no busca la igualdad de la mujer, ni el respeto de su libertad, ni su
justa incorporación en todos los ámbitos de la sociedad, sino más bien el pleno
dominio de cierto tipo de mujeres –lesbianas y abortistas- sobre el resto de la
sociedad en su conjunto. “Queremos hacer notar que muchas de las líderes del
movimiento de mujer y salud, del movimiento por los derechos reproductivos, del
movimiento feminista y de otros movimientos sociales progresistas, son
lesbianas.”[25]
Se trata por tanto de una verdadera “revolución
cultural” a favor de ciertos intereses “de clase” y en contra de las
estructuras sociales comunes a toda sociedad; en particular, contra la
familia, en tanto escuela de valores. En el fondo, se trata de un choque de
civilizaciones, de una lucha teológica. Así, mientras la civilización cristiana
lucha por la dignidad de la persona, una civilización panteísta y ecologista
pretende sustituir los 10 mandamientos por la “nueva moral” de la Carta de la
Tierra. Para ello, no duda en perpetuar el dominio de los países ricos sobre
los países pobres, pues en ellos se encuentra la mayor parte de la población
del mundo, los recursos naturales y la reserva moral de la humanidad.
Manipulación del lenguaje
Una
herramienta muy utilizada para “desconstruir” la sociedad y hacer triunfar la
“revolución cultural”, es la manipulación del lenguaje. De acuerdo con Jorge
Scala, “la táctica que utiliza la ideología de género, consiste en un
movimiento de pinzas, que utiliza como instrumentos tanto a la educación
formal, como a los medios masivos de comunicación social, y tiene
tres etapas fundamentales:
- utilizar palabras del lenguaje común cambiando su contenido en forma subrepticia;
- bombardear a la opinión pública utilizando la palabra vieja, pero acercándose cada vez más al nuevo significado;
- finalmente la gente acepta el antiguo término con el nuevo contenido.
Así,
cuando hablamos de “pareja”, lo hacemos en sustitución de la
palabra “matrimonio”. Con ello se han logrado tres objetivos
fundamentales:
- desestigmatizar el concubinato, que ya no existe porque ahora se le llama pareja;
- eliminar el término matrimonio de los mass-media como etapa previa a la destrucción de la propia institución matrimonial;
- que en la percepción de las masas se tienda a homogeneizar todo tipo de parejas, ya sean estos concubinos, matrimonios o parejas homosexuales –para denominar a los cuales sí se usa, curiosamente, cada vez más el término “matrimonio”-.
4. ¿“Desconstrucción” o destrucción de
la sociedad?
Primer blanco: la familia
Para "desconstruir" la sociedad, las feministas
de género buscan ante todo, desconstruir –o destruir- los “roles socialmente
construidos", que según ellas, pueden ser divididos en cuatro categorías
principalmente:
- Masculinidad y Feminidad.- Si el hombre y la mujer nacen sexualmente “neutrales” y luego son “socializados en hombre o mujer”, habrá que depurar la educación y los medios de comunicación de todo estereotipo masculino o femenino para no influir “negativamente en las nuevas generaciones, exponiéndoles a trabajos “sexo-específicos.”[27] De ahí la aparición en TV de muñecos y dibujos animados asexuados, cuando no con dudosas y hasta claras “tendencias homosexuales”.
- Relaciones familiares: padre, madre, marido y mujer.- Además de sustituir los términos "género-específicos" por palabras "género-neutrales", habrá que eliminar las diferencias de conducta y de responsabilidad entre el hombre y la mujer en la familia. Esta es la categoría de "roles socialmente construidos" a la que las feministas le atribuyen mayor importancia porque consideran que la experiencia de relaciones "sexo-específicas" en la familia son la principal causa del sistema de clases "sexo/géneros."[28] De ahí la importancia que le dan a la legalización de las parejas homosexuales, y a la adopción de hijos por parte de homosexuales, y a la educación y aún la crianza de los hijos por parte del Estado.
- Ocupaciones o profesiones.- El tercer tipo de "roles socialmente construidos" abarca las ocupaciones que una sociedad asigna a uno u otro sexo. Hace poco, en un informativo pasaron la noticia de que en un match de box, una mujer mató a otra de un golpe. Consecuencia no prevista por quienes pretenden evitar la “violencia de género”...
- Reproducción humana que, según dicen, también es determinada socialmente. Al respecto, Heidi Hartmann afirma: "La forma en que se propaga la especie es determinada socialmente. Si biológicamente la gente es sexualmente polimorfa y la sociedad estuviera organizada de modo que se permitiera por igual toda forma de expresión sexual, la reproducción sería resultado sólo de algunos encuentros sexuales: los heterosexuales. (...) En sociedades más imaginativas, la reproducción biológica podría asegurarse con otras técnicas"[29]. De ahí el fuerte respaldo de feministas y gays a todo tipo de técnicas tendientes a “fabricar vida” en forma artificial.
Christine Riddiough, miembro de las
"Católicas por el derecho a decidir" explica por qué es necesario
destruir la familia: "La familia nos da las primeras lecciones de
ideología de clase dominante y también le imparte legitimidad a otras
instituciones de la sociedad civil. Nuestras familias son las que nos enseñan
primero la religión, a ser buenos ciudadanos… tan completa es la hegemonía de
la clase dominante en la familia, que se nos enseña que ésta encarna el orden
natural de las cosas. Se basa en particular en una relación entre el hombre y
la mujer que reprime la sexualidad, especialmente la sexualidad de la mujer."[31]
Para los propulsores del
"género", la familia y las cargas que implica son enemigas de la
realización de la mujer, al afectar negativamente sus "proyectos
profesionales". Por eso, lejos de querer que se represente
auténticamente la vida de la mujer, buscan una estereotipificación inversa,
según la cual las mujeres que "sólo" sean esposas y madres nunca
aparezcan bajo un prisma favorable.
Ataque a la religión
En esta lucha por imponer la ideología de
género, el peor enemigo a los ojos de las feministas –y “feministos”- de
género, es la religión, a la que consideran “la causa principal de la
opresión de la mujer”. No es raro por tanto, que ataquen sistemáticamente
al Papa y a todos aquellos que, permaneciendo fieles a la Iglesia y a su
Magisterio, se niegan a ceder ante reclamos contrarios a la naturaleza humana y
a la ley natural.
Las feministas de
género ven a todas las religiones como formas de fundamentalismo que atentan
contra los derechos humanos de la mujer y la convierten en víctima de violencia
externa.
Elisabeth Schussler –autodenominada “teóloga feminista de género”- afirma que "los
textos bíblicos no son revelación de inspiración verbal ni principios
doctrinales, sino formulaciones históricas… Análogamente, la teoría feminista
insiste en que todos los textos son producto de una cultura e historia
patriarcal androcéntrica."[32]
Otras “teólogas de género” afirman asimismo que hay que cambiar a Dios
por Sophía, la sabiduría femenina, que hay que dejar de adorar a Dios, para
adorar a “La Diosa”, o bien que la mujer debe encontrar a Dios en sí
misma, en lugar de ver a un hombre como figura salvadora.[33]
Por su
parte, Joanne Carlson Brown y Carole R. Bohn, ven al cristianismo con el
principal propulsor del abuso infantil: "El cristianismo –dice-
es una teología abusiva que glorifica el sufrimiento. ¿Cabe asombrarse de que
haya mucho abuso en la sociedad moderna, cuando la imagen teológica dominante
de la cultura es el 'abuso divino del hijo' - Dios Padre que exige y efectúa el
sufrimiento y la muerte de su propio hijo? Si el cristianismo ha de ser
liberador del oprimido, debe primero liberarse de esta teología."[34]
La Santa
Sede por su parte, señaló en los meses previos a Pekín, el peligro de la
tendencia en el texto planteado por la ONU, a dejar de lado el derecho de las
mujeres a la libertad de conciencia y de religión en las instituciones
educativas.
Demolición de la filosofía realista y el sentido común
Otros dos
“enemigos mortales” –si se puede hablar así- del género, son la filosofía
realista y el sentido común. Si existen cosas reales, es lógico que
cada cosa tenga su naturaleza, su esencia. El ser humano será por tanto,
una unidad sustancial de materia y espíritu, en la que a pesar de las
evidentes diferencias físicas y culturales entre los individuos, se reconoce una
misma naturaleza humana y por tanto, una idéntica dignidad y unos
idénticos derechos. Por eso no es lógico hablar de los derechos de la
mujer, o de los derechos de los homosexuales como si fueran tipos
distintos de personas, puesto que los derechos de ser humano –al ser
inherentes a la persona- están ya implícitos en los derechos humanos
fundamentales. Si todos compartimos la misma naturaleza, todos debemos
regirnos por los mismos derechos.
El sentido
común, por su parte, nos muestra que el hombre y la mujer tienen sexos
complementarios, desde que se necesitan dos para concebir un hijo.
Pero no sólo en ese sentido son complementarios varón y mujer, sino en todos
los órdenes de la vida: el hombre aplica en muchas de sus tareas la fuerza
física, y la mujer en las suyas, la ternura, la delicadeza. El hombre por lo
general aporta una buena dosis de racionalidad en las cosas que hace, mientras
que la mujer aporta sentimientos, emociones, intuiciones. Incluso hay quienes
afirman que “los sexos determinan diferencias más acusadas en los aspectos
psicológicos, que en lo biológico de los seres humanos; y que esa diversidad
muestra que tanto el varón como la mujer están llamados a la entrega libre de
sí mismos, al don interpersonal recíproco, cuya dimensión básica, aunque no
exclusiva, es el matrimonio y la familia.”[35]
Es por
tanto de sentido común, que la relación afectiva natural entre dos seres
humanos, es la heterosexual. De mismo modo, es de sentido común que los órganos
que se utilizan en las relaciones homosexuales, fueron establecidos por la
naturaleza para otros fines. Nadie puede comer por la nariz, ni sonarse la
nariz por la boca cuando está resfriado, ni oler con los oídos, ni oír con la
lengua: nadie puede “construir” a su antojo su sensitividad. Lo mismo
sucede con la sexualidad: es de sentido común que nadie puede construirla a su
antojo.
Una
feminista argentina -Marta Lamas- afirmaba en una reunión preparatoria del Foro
de Organismos Gubernamentales que “la investigación, reflexión y debate
alrededor del género conduce ineluctablemente a desencializar la idea de mujer
y de hombre, con todas las consecuencias epistemológicas que eso implica.”[36].
Parece
claro entonces que para las feministas de género, es muy importante
desencializar la idea de mujer y de hombre, esto es, vaciar de
su esencia o contenido a estos conceptos, hacer que hombre y mujer dejen de
ser lo que son para convertirlos en otra cosa: pura materia orgánica sobre la
cual se puede construir cualquier tipo de sexualidad. Esto es nada más ni nada
menos que la total negación de la antropología realista, y del concepto de
naturaleza humana. Pero no es una negación racional, en virtud de que se
tienen nuevos datos científicos, sino una negación puramente ideológica
que nada tiene que ver con la realidad.
5. Revolución cultural
Copar la educación
Para imponer esta revolución cultural,
las feministas de género proponen la "desconstrucción de la
educación". Así lo dijo la
Presidenta de Islandia, Vigdis Finnbogadottir, en una conferencia preparatoria
a la Conferencia de Pekín en febrero de 1995: “urge desconstruir no sólo la familia
sino también la educación. Las niñas deben ser orientadas hacia áreas
no tradicionales y no se las debe exponer a la imagen de la mujer como
esposa o madre, ni se les debe involucrar en actividades femeninas
tradicionales.”[37]
"La
educación es una estrategia importante para cambiar los prejuicios sobre los
roles del hombre y la mujer en la sociedad. La perspectiva del 'género'
debe integrarse en los programas. Deben eliminarse los estereotipos en los
textos escolares y concientizar en este sentido a los maestros, para
asegurar así que niñas y niños hagan una selección profesional informada, y no
en base a tradiciones prejuiciadas sobre el 'género'."
A tales
efectos, se propone utilizar la escuela, empezando por la educación inicial
de los niños[38].
Las
feministas de género desconocen así, el derecho humano de los padres a
elegir la educación de los hijos tanto en materia religiosa como moral, de
acuerdo con sus propias convicciones. Este derecho es inalienable.
Para atropellar este derecho, han llegado a cambiar el significado del término “confidencialidad”,
que tiene excepciones precisamente cuando se trata de menores, y ahora
se escudan detrás de él para que los médicos y personal sanitario puedan
repartir gratuitamente métodos anticonceptivos a menores sin el consentimiento
de sus padres[39].
Esta nueva concepción del concepto de confidencialidad, estaba implícita en el
libro “¡Escucha, Aprende y Vive!” publicado en el año 2.000 por ONUSIDA, ANEP y
el CODICEN. El sustituto actual de aquel libro, se puede encontrar en Internet:
http://www.iniciativalatinoamericana.org/main.html
A los
efectos de provocar un cambio cultural en las nuevas generaciones, se pretende establecer
todo tipo de programas a través de instituciones públicas o privadas para
difundir la ideología de género; en la Intendencia Municipal de Montevideo,
funciona una Comisión de la Mujer, uno de cuyos objetivos específicos es: “Contribuir
al cambio de las imágenes femenina y masculina que surge de los estereotipos
tradicionales y que fomente relaciones hombre-mujer basados en el respeto y la
solidaridad.”[40]
En Uruguay
existe, en la Facultad de Psicología de la Universidad en la República, una Cátedra
Libre en Salud Reproductiva, Sexualidad y Género[41],
que cuenta con el auspicio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y
del tristemente célebre Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP). A cargo de esta Cátedra de Sexualidad[42],
está una de las firmantes del mencionado Caucus de Lesbianas[43].
Esta misma persona, elaboró con el apoyo del FNUAP una “guía metodológica” para
apoyar a “Equipos técnicos de los Centros CAIF en Género y Salud Sexual y Reproductiva.
Copar los medios de “comunicación”
Una forma muy difundida de para convencer a
la opinión pública de ideas que nadie en su sano juicio estaría dispuesto a
aceptar, es “trabajar sobre al conciencia individual (de los
teleespectadores) criticando y -demoliendo- los fundamentos del realismo y
del sentido común. En este sentido, se da una importancia fundamental a la
cultura de la imagen, que ataca más a lo emocional que a lo racional.”[44]
En este
sentido, los ideólogos de género utilizan una estrategia similar a la del
movimiento gay. En un artículo titulado “Por qué hollywood promueve la causa
"gay"”[45] publicado por el crítico
de cine Michael Medved, se desenmascara la agenda gay. Allí se cita un artículo
de la revista gay Christopher Street, en el que el lobby gay declara
abiertamente su estrategia:
- Insensibilizar al público: Aquí el objetivo es hacer de la homosexualidad algo tan aburrido, que llegue a parecer normal. Esto se bombardeando a los espectadores con imágenes de homosexuales en diversidad de programas y películas. Lo importante es que se vea la homosexualidad con indiferencia, desapasionadamente, como algo muy normal.
- Presentar a los gays como víctimas: Partiendo del hecho de que los medios audiovisuales son los más poderosos creadores de imagen, se propone entrar a través de ellos en los hogares como en un caballo de Troya. El mensaje a transmitir es que los gays (“normales” y “buenos”) son víctimas del “fundamentalismo” moral reinante. Se busca con ello que los heterosexuales se conmuevan y se sientan inclinados a protegerlos y ampararlos: “Debemos vencer la tentación de hacer alarde público de nuestro "orgullo gay" cuando esto entre en conflicto con la imagen del gay como víctima”.
- Satanizar al oponente: Finalmente, habrán de “arremeter contra los que todavía se opongan. Hay que vilipendiarlos. Aquí nuestro objetivo es doble. Primero, hemos de procurar cambiar su arrogancia en sentimiento de vergüenza y de culpa por ser homófobos. Segundo, hay que mostrar al público imágenes de homófobos acérrimos que tengan otros rasgos y creencias desagradables para el americano medio. Entre tales imágenes podrían estar: el Klu Klux Klan pidiendo que se queme vivos a los gays o se los castre; pastores fanáticos del sur que babean de odio histérico hasta el punto de que parezcan cómicos y trastornados; punkies, matones y criminales que hablen en tono amenazador y descarado de los "maricas" que han matado o les gustaría matar; un recorrido por los campos nazis donde se torturaba y gaseaba a homosexuales.”
Por eso no nos extrañan los ataques recibidos
por los católicos –del Papa hasta el último laico- cuando salen a la opinión
pública a decir la verdad. Es importantísimo aquí el papel de la
prensa oral y escrita, ya sea a favor o en contra: en el mundo actual, la
gente tiende a identificar, por un lado, lo bueno con lo legal y
lo malo lo ilegal. Por otro, tiende a creer que la verdad
es la última noticia aparecida en el diario, las revistas, la radio o la tele,
sin importar demasiado las aclaraciones posteriores que hagan los medios si
dieron una noticia errónea.
6.
Género
y derechos humanos
“Derechos
sexuales y reproductivos”
La defensa de unos presuntos “derechos
sexuales y reproductivos”, es una de las tantas banderas que enarbolan las
feministas –y “feministos”- de género.
Sin embargo, para el movimiento
feminista estos derechos son meras herramientas para alcanzar su objetivo
final: obtener un mayor poder político con miras a la “construir la
ciudadanía”; en buen romance, esto significa que –en palabras de la feminista
Cristina Zurutuza- “el feminismo crea un nuevo campo y, sobre todo,
subvierte profundamente sus sentidos.” (...) “Vale la pena preguntarnos
sobre las estrategias para lograr que las leyes vayan recogiendo la
denominada “perspectiva de género”. Es cierto que se trata de una lógica
casi antagónica con el dispositivo jurídico tradicional”[46].
De acuerdo con este esquema, surgen los “derechos sexuales y reproductivos”,
con el pseudoderecho al aborto a la cabeza.
Según el
Dr. Jorge Scala, uno de los hechos más preocupantes en materia de derechos
humanos, se produjo en la Conferencia de Viena de la ONU en 1993, a
partir de la cual los derechos humanos tienen 4 características:
- Son pactables por consenso de las naciones. Según esta concepción, ya no se consideran inherentes a las personas, sino que los dan los Estados.
- Son universales, se pueden aplicar a todos los seres humanos (mientras existan y no sean cambiados por otros).
- Son variables, según se modifiquen los acuerdos políticos entre los Estados: los débiles quedan siempre a merced de los fuertes.
- Pueden desaparecer, si se pierde el consenso político respecto de alguno de ellos.
Por tanto, si los derechos humanos son
variables y pactables, no son inmutables, sino que pueden
cambiar si hay acuerdo entre los Estados. Un indicador del posible alcance de
los “derechos sexuales y reproductivos”, lo dan las propias feministas
cuando dicen que "una estrategia apropiada y viable del derecho al
aborto es la de informar a toda mujer que la penetración heterosexual es una
violación, sea cual fuere su experiencia subjetiva contraria."[47]
¿Y
los Derechos Humanos fundamentales?
De acuerdo con el derecho natural, el primer
derecho humano es el derecho a la vida de todo ser inocente, desde la
concepción hasta la muerte natural. Sobre él se afirman el derecho a la
supervivencia individual y el derecho a la supervivencia de la especie[48].
Derechos humanos
derivados
de estos principales, son el derecho al matrimonio indisoluble, el derecho
a la procreación, el derecho de mantener a los hijos -si es
necesario con ayuda de la sociedad- y el derecho a la educación de los hijos[49].
También son de gran importancia para
el perfeccionamiento personal y social el derecho a la libertad religiosa,
el derecho a no ser esclavo o siervo, el derecho al reconocimiento de la
personalidad jurídica, el derecho a la igualdad ante la ley, el derecho a la
nacionalidad, a la libertad de pensamiento, etc.[50]
Asimismo, la percepción de las
feministas en cuanto a que toda relación sexual implica una violación (de la
mujer y de los Derechos Humanos), contrasta notablemente con la Declaración
Universal de los Derechos Humanos promulgada por la ONU en 1948. En el artículo
16 de la misma, las Naciones Unidas defienden enfáticamente a la familia y al
matrimonio:
- Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
- Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
- La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
De acuerdo
con Rita Barros, experta en asuntos de familia, la ideología de “género” es,
desde el punto de vista político, “una estrategia para el control de la
capacidad procreativa del ser humano y un mecanismo para crear una nueva
sociedad sin diferencias de sexo, de clases y de puntos de vista.”[51]
“La
ideología de género responde a dos líneas de acción: imponer nuevos
criterios morales acordes con los principios de la sustentabilidad
-mentalidad ecologista-, unificando los sistemas de creencias. Al mismo
tiempo, pretende manipular las conductas humanas vinculadas a la generación
de la especie para digitarla y controlarla. El objetivo es el de
siempre: el control de los recursos naturales con fines económicos.
¿Por qué?
Porque la población y los recursos naturales, son más abundantes
en los países del Tercer Mundo que en los países industrializados: si la
población de los primeros aumenta, se incrementa la demanda y suben los precios
de las materias primas. Por eso los países ricos quieren controlar la población
de los países pobres: para mantener bajos los precios de los commodities, y
para que evitar que crezca numéricamente, la reserva moral de la humanidad: la
mayor parte de los cristianos está en América Latina.
La
ideología de género pretende “blanquear culturalmente, todos aquellos
elementos técnicos que un gobierno puede esgrimir a la hora de aplicar
políticas de control demográfico. Para ello se promueven estilos de vida
no procreativos, en particular la homosexualidad, que es la
herramienta más poderosa que tiene un gobierno para hacer control demográfico,
sin que le cueste un peso. Además, induce conductas, y modifica de un
modo tan profundo el esquema de pensamiento, el esquema moral de la población,
que hace que la misma población ansíe para sí el no tener hijos.” [52]
Estas
ideas para el control de la población estaban ya en la Antigua Grecia y en el
Impero Romano; ello condujo a la caída de ambos imperios. Hoy, estas ideas
están en casi todos los documentos de la ONU, el Banco Mundial, y de diversos
organismos internacionales.
“Entre los documentos presentados al
evaluar el Plan de Acción de la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El
Cairo (1994) –comenta Rita Barros-, figuraba la siguiente expresión: “género,
para estabilizar la población.”. (...) Años antes, en una conferencia
realizada en Río de Janeiro, la Fundación Rockefeller -una de las que más ha
promovido el control demográfico en el mundo- presentó una propuesta de género.
Cuando le preguntaron a Steve Rockefeller por qué la Carta de la Tierra
asumía tres puntos que estaban vinculados a la cuestión de género, contestó:
“Porque es necesario para estabilizar la población.”[53]
Desde hace años esta propuesta se
viene introduciendo en las legislaciones de los países del Tercer Mundo sin que
ella sea suficientemente conocida por el pueblo. Además, se ha ido
colando dentro del lenguaje común de la gente, sin que haya existido una
posibilidad de conocimiento profundo sobre el significado real de “género”,
y de que manera está siendo aplicado en nuestros países.”
Queda claro entonces el nexo entre la
ideología de género y el control de la población en el mundo entero. Hoy esta
teoría está siendo introducida en los programas escolares con el fin de
modificar su el pensamiento de las nuevas generaciones desde su más tierna
infancia. Si nos fijamos en algunos textos escolares, ya han comenzado a
introducir una filosofía pro-homosexualidad en la educación primaria.
En la Apertura del Seminario de
Propuestas “Educación Sexual en Uruguay: LA materia pendiente”, el Dr.
Álvaro Arroyo decía: “La Educación Sexual debe ser vista como la concreción
de ese derecho que todas las personas tienen a acceder a información respecto
de su sexualidad. Información que debe ser precisa, de calidad, en lugar y
forma oportuna, con perspectiva de género, para así poder tener la
oportunidad de tomar decisiones positivas para la salud a lo largo de toda la
vida.”[54] Puede verse que entre los
patrocinantes de dicha página web se encuentran el Banco Mundial, la UNESCO,
ONUSIDA y UNICEF: un banco internacional y tres agencias de la ONU. Más claro,
imposible.
7.
Conclusiones
La ideología de género afirma que nadie
nace varón o mujer, sino que sobre un sustrato biológico masculino o femenino,
la sociedad nos construye unos roles y luego nos obliga a comportarnos de
acuerdo a ellos.
Para ser verdaderamente libres –según esta
ideología- deberíamos desligarnos de esos roles asignados por la sociedad de
manera antinatural, y construirlos cada uno según le plazca, de manera autónoma.
Así, un niño podría ser biológicamente varón o mujer, e
independientemente de ello –si se eliminan los estereotipos y se le brinda un
ambiente “adecuado”- podrá hacerse –“libremente”- varón
o mujer, y cambiar cuantas veces quiera su opción sexual. Esta
teoría niega, claramente, la naturaleza humana. Y contraría la ley natural.
Para lograr el cambio cultural, la ideología
de género debe vencer varios obstáculos: la familia, la religión –en
particular la Iglesia Católica- y la filosofía realista y el sentido común.
Para lograr esto, se han propuesto “copar” la
educación y los medios de comunicación, en particular la prensa.
El objetivo es llevar a cabo una verdadera revolución cultural
con el objetivo de imponer a toda la humanidad unos estilos de vida
antiprocreativos –una “sexualidad polimorfamente perversa”-, fomentando al
mismo tiempo un pensamiento “light” que permita manipular y controlar a la
población con fines económicos
El poder, el dominio y la posesión de los
bienes materiales, importan más que el respeto a los Derechos Humanos
fundamentales, de los cuales la Iglesia es la principal defensora. Entre estos
derechos, destacan el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte
natural, al matrimonio, a la familia, a la libertad de religión y a la libertad
de opinión.
La mujer es la principal víctima de esta
ideología. Gracias al “género”, quedará –no cabe duda- en condición mucho peor
que la que jamás estuvo:
- víctima del aborto, porque la mitad de los niños que se abortan, son mujeres;
- víctima de la FIVET, porque la mitad de los embriones secuestrados, son mujeres;
- embarazada y abandonada, víctima del “se usa y se tira”;
- víctima del síndrome pos-aborto, problema del que los “pro-género” jamás informan;
- víctima del divorcio, que siempre genera pobreza;
- víctima de los anticonceptivos, que no pocas veces traen enfermedades;
- víctima del SIDA, por la falsa garantía de protección atribuida al preservativo;
- víctima de la cirugía estética, la bulimia, la anorexia y la cultura de la imagen;
- víctima de pasiones descontroladas, que a veces, la terminan prostituyendo.
[1] Informe de la Real Academia Española sobre la expresión
“violencia de género”
[2] Informe de la Real Academia Española sobre la expresión
“violencia de género”
[3] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances.
Conferencia Episcopal Peruana. En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.
[4] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P. En
Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org..
[5] La perspectiva de género
en el sistema educativo. Rita Barros de Sverdlik
[6]
La autora de esta última propuesta de definición, fue Bella Abzug, exdiputada
estadounidense, quien en defensa del uso del término género, afirmó: "El
concepto de 'género' está enclavado en el discurso social, político y legal
contemporáneo. Ha sido integrado a la planificación conceptual, al lenguaje,
los documentos y programas de los sistemas de las Naciones Unidas… los intentos
actuales de varios Estados Miembros de borrar el término 'género' en la
Plataforma de Acción y reemplazarlo por 'sexo' es una tentativa insultante y
degradante de revocar los logros de las mujeres, de intimidarnos y de bloquear
el progreso futuro". (Perspectiva de Género: sus peligros y alcances.
C.E.P. En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.)
[7] Cfr. La perspectiva de género en el sistema educativo.
Rita Barros de Sverdlik
[9] La filosofía del género. Daniel
Calcaterra. Church Forum. http://www.www.churchforum.org
[10] La perspectiva de género en el sistema educativo. Rita
Barros de Sverdlik
[12] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P.
En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.
[13] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P.
En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.
[14] Perspectiva de Género: sus peligros y alcances. C.E.P.
En Arbil, Nº 21; http://www.arbil.org.
[17] "El Origen de la Familia Propiedad y el
Estado", Frederick Engels, 1884.
[24] Jorge Scala, “Género y Derechos Humanos”, Ed. Promesa.
[25] Declaración del Caucus de Lesbianas[25] - 9no. Encuentro Internacional Mujer y Salud, Toronto,
Canadá - Agosto 12-17, 2002
[26] Cfr. Jorge Scala, “Género y Derechos Humanos”, Ed.
Promesa.
[35] Jorge Scala, op. cit.
[36] Jorge Scala, op. cit.
[38] En Uruguay, con apoyo del Fondo de Naciones Unidas para
Actividades de Población, se elaboró un Manual para capacitación en “Género” de
técnicos que trabajan en CENTROS CAIF (red nacional de guarderías).
[39] Jorge Scala, op. cit.
[44] Eduardo Martín Quintana, “Aproximación a Gramsci”, Ediciones de la
Universidad Católica Argentina.
[45] Aceprensa,
Servicio 56/99 (www.aceprensa.com). Michael Medved, estadounidense, judío, es crítico de
cine y televisión, autor del libro Hollywood versus America (ver servicio
167/92) y, junto con su esposa, Diane, del más reciente Saving Childhood
(HarperCollins, Nueva York, 1998). El artículo en el que figuran estos datos es
una versión adaptada de su intervención en el simposio "Homosexuality and
American Public Life", organizado por el American Public Philosophy Institute
en 1997.
[46] Jorge Scala, op. cit.
[48] Jorge Scala, op. cit.
[49] Jorge Scala, op. cit.
[50] Jorge Scala, op. cit.
[51] Com. Pers., Mayo de
2005..
[52] Conferencia “Ideología de Género y sus posibles
consecuencias para la familia” Rita Barros, Agosto de 2001, Montevideo,
Uruguay.
[53] Conferencia “Ideología de Género y sus posibles
consecuencias para la familia” Rita Barros, Agosto de 2001, Montevideo,
Uruguay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario