lunes, 3 de enero de 2011

COMENTARIO DE RICARDO ROVIRA AL ARTÍCULO "¿HACIA DÓNDE VA EL MUNDO?", DE S. GARCÍA DÍAZ


Como presidente general de CIVILITAS, Sebastián García Díaz ha puesto hace unos días el disparador del debate que nos habíamos propuesto para finalizar el año 2010 en nuestra Red Global: ¿HACIA DÓNDE VA EL MUNDO?

Puede parecer una pregunta demasiado teórica, general, abstracta, tópica y utópica, pero a mi me parece que es oportuna y que está bien formulada, a pesar de las reticencias iniciales que a muchos nos produce. Es más, a los observadores cualificados de la realidad internacional les está pareciendo en estos días QUE ESO ES PRECISAMENTE LO PRIMERO QUE HAY QUE PREGUNTARSE.
Como ejemplo, puedo espigar la opinión del Dr. Joaquín Navarro-Vals. Acaba de publicar un libro muy esperado: “Recuerdos y reflexiones”, donde saca conclusiones de los 25 años que recorrió el mundo entero junto a Juan Pablo II –todos saben que fue su Portavoz- y en los que asistió a sus entrevistas con casi el 100% de los Jefes de Estado de entonces, o cumplió misiones especiales como visitar a Fidel Castro para preparar juntos la histórica visita del Papa a la Isla. Tuve la oportunidad de cambiar serenamente impresiones con el autor –a partir de lo que comenta en su libro- sobre la situación general del mundo, sabiendo que sus opiniones tienen el valor sobreañadido de ser también en parte la visión de Juan Pablo II, y puedo decirles que la pregunta que nos hemos hecho para reflexionar juntos desde distintos rincones del mundo es la que se están haciendo los mejores y más profundos analistas.

Como presidente de CIVILITAS-EUROPA me corresponde a mí ahora contestar a Sebastián. Intentaré hacerlo a través de este escrito de modo breve aunque habrá que profundizar un poco. Mañana lo voy a hacer a través de filmaciones que subiremos a la Red, pero el estilo tendrá que ser tan conciso que prefiero ofrecer ahora un poco más de background reflexivo. Numero mis respuestas a nuestro presidente general:

1.    Estimo que su relato de qué pasó en estos últimos veinte años –por cierto, el espacio de tiempo que mide la existencia de CIVILITAS- es correcto, tiene una gran capacidad de síntesis y de detectar lo relevante, y allí están asentadas las líneas principales. Acierta a poner en primer lugar el ESCEPTICISMO que se ha generado: vienen haciéndolo los pensadores más relevantes desde que se avizoró la llegada del tercer milenio. Por tanto, no haré comentarios sobre el elenco de las circunstancias pasadas más significativas porque considero que acierta al señalarlas.

2.    Entramos en el año 2000 escuchando una insistencia casi obsesiva de Juan Pablo II: “A pesar de que los diagnósticos sobre el presente y el futuro sean tan sombríos, lo más peligroso es que PERDAMOS LA ESPERANZA”. Lo continuó diciendo Benedicto XVI. No los cito en este caso a ambos porque sean el Papa, sino porque son pensadores humanistas profundos y originales, pero que además reciben diariamente informaciones de esa institución capilar y reticular que es la Iglesia desde todos los rincones del planeta, amén de que conversan con personas muy cualificadas continuamente, procedentes del más universal y variado de los extractos.

3.    Disiento con Sebastián en algo a lo que ya estoy muy acostumbrado por vivir rodeado de periodistas y comunicadores: que “EL PROBLEMA QUIZÁS ESTUVO EN LA AUSENCIA DE UN RELATO ADECUADO”. Es el argumento típico de quienes se dedican al mundo de la imagen, de la comunicación, de la forma… Los demás, en el fondo, nos quedamos sin saber qué quieren decir, y ellos mismos –me parece- dan esa explicación sin suficiente sustentación. Para mí, nuestro presidente tiene dotes diagnósticas y comunicativas excepcionales, pero podría pasarle como dicen que le pasó a Ortega y Gasset: se quedó tan prendado de su propia retórica que nunca cerró su pensamiento. Sé que en gran medida puede deberse a algo que, en este momento, a mí también me está condicionando, que es la necesidad de no abusar del espacio y tiempo de quienes nos están leyendo, pero estimo que la gravedad de los problemas que acertadamente –a mi entender- plantea, exige una lectura de mayor profundidad.

4.    Precisamente un gran maestro de periodistas como es Navarro-Vals, sostenía que siempre hay que buscar la conexión de nuestras explicaciones teóricas con los acontecimientos de actualidad, pero sólo un relato de esos acontecimientos no dice nada, es tautológico. Por eso hace falta un criterio interpretativo, pero la mera interpretación si no hace referencia a la actualidad degenera en una teoría abstracta que no resulta útil.  Por eso pretendo enlazar esas dos variables: qué nos están diciendo los acontecimientos mundiales actuales y qué ver detrás de ellos PARA ENTENDERLOS; entonces podremos tener una lectura justa de la actualidad. Deberíamos buscar un equilibrio estable entre las ideas y lo acontecido, entre los hechos y las interpretaciones. Una vez más los clásicos nos ayudan a orientarnos acertadamente: ellos cifraban el ideal del conocimiento humano como una adecuación entre pensamiento y realidad. Tenemos que intentar dar un sentido a las situaciones y que ese sentido sea el VERDADERO. Pero aunque parezca lejano y paradójico sin un sentido de lo qué es la vida en general no se entienden bien los acontecimientos: es lo que permite la adecuada contextualización e interpretación de los hechos. Los hechos por sí solos "no hablan". La mera crónica no significa nada.

5.    De algún modo vivimos en el "ecosistema de la mentira institucionalizada". Debemos intentar ser portadores de una VISIÓN MÁS RICA EN HUMANIDAD. Un caso claro es cómo Reagan y Occidente conciben la lucha contra la URSS y el comunismo ("el enemigo de Occidente") y cómo la concibe Juan Pablo II: es una opresión a los pueblos eslavos y son los propios países del Este quienes deben librarse de ese yugo. Europa acepta la partición decidida en Yalta como "el precio de la paz", aunque bien mirado eso es profundamente antihumano. Woijtyla centra su estrategia en algo aparentemente inútil y sin consecuencias políticas: la sensibilización de sus conciudadanos en los principios fundamentales de la antropología y de la ética... Parecía que estaban juntos pero tenían dos misiones totalmente diferentes. Reagan era la defensa de USA, el anticomunismo, y la sociedad neocapitalista y neoliberal idealizada. En ese ambiente los derechos humanos son un dato más que de algún modo pueden ser traídos al tablero de la negociación. A la época Reagan, Kissinger la sintetizó bien: "la profunda simplicidad de su lenguaje y la desarmante banalidad de sus objetivos políticos" (años 80). Juan Pablo II –gran protagonista mundial en aquellos años-  insiste en cambio en la dignidad absoluta y trascendente de la persona humana: era como un gran río subterráneo que erosionaba y resquebrajaba los cimientos de los dos grandes bloques enfrentados. Sólo en 1989 la gente se dio un poco cuenta de las consecuencias. Y Gorbachov sí había captado el mensaje elaborado en su propia mentalidad ética eslava.

6.    ¿Hacia dónde va el mundo? El mundo son los hombres: ¿Hacia dónde van los hombres? Ya están en el camino de la desesperanza. La gente ha perdido esperanza humana, no sólo la sobrenatural. Por eso, se resignan a dejar que las cosas pasen, se sienten impotentes para "superar la fatalidad o las fuerzas del mal". Hay quienes están interesados en sembrar desesperanza: porque la esperanza impulsa a luchar, y por ende, los desesperanzados son más fáciles de manejar, dejan hacer... Una tarea urgente es lograr convencer a muchos que hay razones para la esperanza (así llamó Juan Pablo II a un libro suyo donde ensayaba un diagnóstico del mundo actual). Por tanto, saber educar con pedagogía, convencimiento y datos concretos en la virtud de la esperanza, principalmente a los jóvenes, que es a quienes pertenece el futuro. Frenar ese convencimiento —-quizás inducido— de que unas fuerzas ciegas, o no, son las que llevan el mundo de un lado a otro, y que nosotros debemos "dejarnos llevar", y no tenemos nada qué hacer.

7.    En su momento admiramos e imitamos el proceso de la Unidad Europea. Convendría no olvidar quiénes fueron las cinco personas claves que idearon y concretaron esa Unión: Robert Schuman, Konrad Adenauer, Jean Monet, Alcide De Gasperi y Paul Henry Spaak. Si ustedes indagan en sus ideales morales y en sus vidas privadas, se encontrarán que, en el fondo, la Historia no depende tanto del adecuado diseño, implementación y funcionamiento de las instituciones, como de la calidad y probidad de los hombres que las llevan a cabo. La historia humana es la resultante de una serie de decisiones libres y personales, y no una ficción ni un juego, ni la consecuencia de un acaso ciego, imposible de controlar. Eso nos da esperanza: “quien mueve la cuna, mueve los imperios”. Si cuidamos en serio la educación y formación de los ciudadanos, llegando a una masa crítica suficiente, y si hacen cabeza LOS MEJORES, es posible encauzar para bien la Historia.

8.    Para los que vivimos aquí hace décadas, ¿qué es ahora Europa para nosotros?  Es un aparato burocrático bulímico. La mentalidad estatista, el socialismo anquilosado, la sustitución de las libertades e iniciativas personales por las previsiones oficiales, la agobiante reglamentación de todos los aspectos de nuestra existencia, etc., lleva a la frustración que ahora se vive, y no solamente por la ausencia de recursos mentales y volitivos suficientes para superar la actual crisis económica. En América Latina deberíamos aprender del caso de Fidel Castro: hay que saberse adaptar con rapidez a los cambios históricos, los ideales y la retórica más brillante se pueden marchitar cada vez con más rapidez y dejarnos en un callejón sin salida, como le está pasando a él y a su régimen: no tienen ningún futuro. Su imagen externa se ha impuesto a su personalidad interior. En vez de construir su persona —como diría Romano Guardini— "de dentro hacia fuera", es una personalidad la suya que se le ha impuesto desde fuera, está preso de ser "el comandante revolucionario", sin futuro alguno, decadente y frágil.

9.    Los mayores expertos culturales (Habermas, por ejemplo) sostienen ahora que el destino de la Humanidad se decidirá según sean las relaciones entre las grandes religiones monoteístas del planeta: si no, nos espera la guerra infinita. Aunque yo siempre recuerdo lo que me decía don Álvaro d´Ors ya antes del año dos mil: “la 3ª Guerra Mundial se ha desatado hace ya muchos años: es el terrorismo internacional y tiene su epicentro en Jerusalén, que sigue siendo el nudo gordiano de todas las negociaciones”. ¿Puede ocurrir que los fenómenos espirituales personales se den también como fenómenos espirituales colectivos? Si esto fuera posible, no dudo en afirmar que estamos viviendo aquel invierno del espíritu que temía Aristóteles. No es agradable tener que reconocer algo de razón a quienes tienen gran optimismo sobre el futuro del pesimismo hoy dominante… En la democracia el futuro DEBE ESTAR EN NUESTRAS MANOS , no deberíamos tener miedo al futuro, lo tenemos porque sabemos que no podemos controlar democráticamente a la hoy llamada "democracia" (un ejemplo es la falta de democracia interna en los partidos de la actual democracia). Sebastián García Díaz acierta también cuando enfatiza la importancia de asegurar un futuro con respeto a la libertad dentro del sistema democrático, pero la experiencia política directa convence a la mayoría que vivimos “formalmente” en una democracia que es muy poco democrática, pero son muy pocos quienes se animan a decir en voz alta ese pensamiento mayoritario: el sistema dominante establecido (los poderes constituidos manejados por unos pocos) los combatiría, e incluso sancionaría, como “antidemocráticos”.

He pretendido incoar algunas ideas que pudieran ser objeto de crítica y discusión. En otra entrega buscaré trazar líneas sobre lo que pienso como vías de salida. Es más fácil siempre la fase destruens que la construens, pero a mi parecer ésta, también está exclusivamente en nuestras manos.

Ricardo Rovira, Pamplona, 26 de diciembre de 2010.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El hombre es el gran protagonista de la Historia. La visión de Juan Pablo II, de raiz antropolÒgica, es más profunda y acertada que la de Reagan, exclusivamente polìtica y estatista.
Cómo se incide en el hombre, en cada hombre, para sacarlo de la desesperanza a la que parece abocado?
Quizàs esta iniciativa de formar lìderes, sea el granito de arena exigible...